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Economía

Los independentistas maniobran para ganar peso mediático en Cataluña

República TV, una televisión digital vinculada a la Asamblea Nacional Catalana (ANC), ha comunicado formalmente al Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) su puesta en marcha como canal digital

Varias banderas esteladas.

El Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) bendice el nuevo altavoz del independentismo. El pleno del regulador audiovisual de Cataluña ha mostrado su conformidad a la puesta en marcha de República TV, un canal que se emite a través de YouTube y que está destinado a todos los catalanes que el 1 de octubre defendieron el referéndum de autodeterminación, según detalló en su momento la propia cadena hace tres años.

La Ley 22/2005 de la comunicación audiovisual de Cataluña establece la obligatoriedad de comunicar al CAC la prestación de servicios de comunicación audiovisual “mediante tecnologías distintas al espectro radioeléctrico”, como es el caso de República TV. La solicitud se presentó el 26 de marzo y ha sido aprobada el pasado 14 de abril por el pleno del CAC, según consta en la documentación consultada por Vozpópuli.

El canal, dirigido por Enric Folch, se autodefine como “la televisión libre y crítica de la República Catalana”, además de considerarse “transversal, abierta, plural y contundente”. Al cierre de esta información, el canal cuenta con apenas 8.810 suscriptores pese a llevar en activo desde 2018.

"Queremos mostrar al mundo como somos los catalanes promoviendo el desarrollo de nuestra conciencia nacional y fomentando nuestra identidad, el pensamiento filosófico, cultural, político, económico y artístico para ayudar, humildemente, a lograr la libertad de los Países Catalanes sin límites de distancia con todo del mundo. Ejercemos la libertad de expresión en un medio libre".

Hace apenas seis meses, la Generalitat acordó regar al canal con una subvención de 27.000 euros tras considerar que encajaba dentro de la categoría de “entidades sin ánimo de lucro y organizaciones profesionales del sector de la comunicación para el desarrollo de iniciativas que contribuyan al fomento del periodismo y al fortalecimiento del espacio catalán de comunicación”, según publicó Eltriangle.eu, que detalla que el dinero se pidió “para emitir cinco programas: dos de entrevistas, dos de debates de actualidad y política, y un informativo”.

Estructura del CAC

Conviene recordar que el CAC está controlado por las formaciones independentistas. Esto es gracias a que su presidente, Roger Loppacher, próximo a los tradicionales convergentes, posee voto de calidad en el Consejo y -según detallan fuentes conocedoras del organismo- generalmente ha servido para respaldar los intereses de la Generalitat.

Esta institución cuenta con las competencias audiovisuales de Cataluña y vela porque los contenidos de sus medios de comunicación públicos cumplan con la normativa. En teoría, esto debería servir para evitar que su línea editorial sea imparcial, pero, en la práctica, el CAC ha hecho la vista gorda ante actuaciones como la de la escritora Empar Moliner, que quemó un ejemplar de la Constitución española en un plató de TV3; o la de Mónica Terribas, exlocutora estrella de Catalunya Ràdio que, en septiembre de 2017, hizo un llamamiento a los ciudadanos para que revelaran la posición de la Guardia Civil mientras trabajaba para evitar la celebración del referéndum del 1-O.

El CAC también tiene una competencia que han utilizado todas las Administraciones Públicas para hacer política, como es el reparto de las licencias de radio y de televisión. También se encarga de dar el visto bueno a proyectos como el de República TV.

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