Economía

Los economistas calculan que el tope al precio del gas reducirá la inflación en un punto

Según Caixabank Research, si a causa del límite al gas el precio de la electricidad bajara un 30%, la inflación en el promedio del año sería un punto porcentual menor

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Teresa Ribera. EFE

El tope al precio del gas aprobado por el Gobierno este viernes tras dos meses de negociación con la Comisión Europea y Portugal reducirá la inflación media anual en un punto porcentual, según los economistas. A la espera de recibir el aval de Bruselas en las próximas semanas, la ministra Teresa Ribera ha reconocido que el objetivo principal de esta medida es reducir la tarifa eléctrica y, por consiguiente, la inflación (que como consecuencia de la energía está en niveles no vistos desde hace décadas).

La inflación, que en abril se situó en el 8,3%, se debe en gran medida al encarecimiento de la luz por su vinculación con el gas, lo que ha llevado al Gobierno a presionar para poner tope al precio de esta segunda materia prima. Además, el Instituto Nacional de Estadística (INE) sólo tiene en cuenta los contratos de la tarifa regulada (que son, precisamente, los que notarán más inmediatamente el límite al gas) y no los del mercado libre.

En este sentido, los economistas de Caixabank Research estiman que "si a causa del límite al gas el precio de la electricidad bajara un 30%, la inflación en el promedio del año sería un punto porcentual menor". Esta es precisamente la reducción que se espera que se produzca en la factura de la luz para los hogares con tarifa regulada, los únicos que se tienen en cuenta en el Índice de Precios de Consumo (IPC).

Raymond Torres, director de Coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), coincide en el mecanismo podría reducir la factura media del mercado regulado en un 25% y esto restaría un punto al IPC total en media anual. Sus cálculos están basados en un un precio Mibgas del gas de 80 euros y una proporción de gas en la generación de energía del 20%.

La luz sigue un 35% más cara que hace un año

El IPC publicado este viernes por el INE reflejó una moderación considerable en la escalada del precio de la electricidad ya en abril: mientras en marzo era un 108% más alto que un año antes, en abril esta variación anual se redujo al 35%. Parte de esta bajada responde a las rebajas de impuestos que ya viene aplicando el Gobierno desde el verano pasado. Sin ellas, la luz habría subido un 54% en abril, elevando el IPC general.

Por tanto, esta rebaja de impuestos ha ayudado, pero no es el principal causante. Fundamentalmente influye el propio mercado: el precio de la electricidad ha bajado un 27% entre marzo y abril en gran medida, por la moderación del precio del gas. También hay que tener en cuenta el efecto base: en abril de 2021, mes con el que se compara el IPC, los precios empezaban a repuntar y la electricidad experimentaba una subida interanual del 37%. Es decir, que al comparar un mes en el que bajaron los precios (abril de 2022) con otro en el que subieron (abril de 2021), la tasa se modera.

El problema es que la energía está contagiando al resto de la cesta de la compra. La inflación subyacente (que no tiene en cuenta la energía y los alimentos frescos y, por tanto, es menos volátil), alcanzó en abril una tasa del 4,4%, la más alta desde 1995. Los alimentos siguieron en abril un 10% más caros que un año antes, y las bebidas no alcohólicas, un 7%. También servicios de alojamiento (+27,9%) y paquetes turísticos (+12,3%) o los servicios financieros (+10,6%) se encarecieron.

Una inflación media de entre el 5,5% y el 6,5%

El dato de IPC de abril ha llevado a Funcas a revisar al alza la inflación media esperada para el conjunto del año. En concreto, la eleva en dos décimas, hasta el 7%, por el aumento de la inflación subyacente por encima de lo esperado. Por su parte, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) también elevó esta semana su previsión y aseguró el índice de precios de consumo aumentaría un 6,5% en 2022.

Más pesimista en este sentido es el Banco de España (BdE), que en sus últimas previsiones, presentadas en abril, elevó la tasa media anual al 7,5%, frente al 3,8% previsto en diciembre. Por tanto, en base a estas estimaciones y las de Caixabank Research, la nueva medida del Gobierno para rebajar la factura eléctrica podría dejar la inflación anual entre el 5,5% y el 6,5%.

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