La pelea 'desesperada' para fichar al trabajador cualificado: "Recibo 10 ofertas cada semana"

En 2019, Maxi, un joven madrileño, dejó su trabajo como informático en una tecnológica. Acumulaba años de experiencia y había escalado dentro de la compañía, pero quería cobrar más. Después de unos años sin buscar empleo, se puso manos a la obra: "Noté un cambio abismal (…) Me contestaban solo con actualizar el LinkedIn". Maxi trabaja ahora en otra empresa del sector y cobra 65.000 euros al año. Cada semana recibe unas 10 ofertas de trabajo. "Hay un poco de desesperación en encontrar profesionales de mi perfil", cuenta a este diario.

Su caso no es una excepción. No es ningún secreto que en el sector tecnológico español existe una alta demanda de profesionales cualificados. En mayo, la patronal DigitalES cifró en 120.400 el número de vacantes en España. "La brecha entre oferta y demanda de empleo se ha ido agravando poco a poco, pero en los últimos años ha vivido un acelerón muy notable", explica Javier Miranda, responsable de Talento y Empleo de DigitalES. Entre las razones que explican esta situación, argumenta Miranda, está el impulso a la trasformación digital de muchas empresas debido a la pandemia, el despegue de inversiones en infraestructuras de telecomunicaciones, la apertura de nuevos centros de datos por todo el país o el auge de la realidad aumentada.

Javier Blasco, director de Adecco Group Institute, da otra clave: "Tener el conocimiento y la formación no basta". Las empresas ya no buscan solo a trabajadores formados técnicamente en una tecnología o en otra. Ahora, además, demandan competencias sociales, como la gestión de equipos, el liderazgo o la orientación a resultados.

Un "calvario" para las empresas

El experto reconoce que encontrar a un candidato que reúna todas estas condiciones "canibaliza" la búsqueda de talento y lo convierte en un "calvario" para las empresas. Esta situación, además, también se está viviendo en el marketing digital y podría verse en el futuro en algunos subsectores sanitarios, detalla Blasco.

De todos ellos, el caso del sector tecnológico es el más sangrante. Según DigitalES, los profesionales que trabajan en las TIC cobran de media 37.660 euros al año, "casi 11.000 euros más que la media nacional". Entre los perfiles más buscados, destacan, sobre todo, los especializados en desarrollo de software, en sistemas y hardware y en ciberseguridad.

A Maxi, por ejemplo, le han llegado a ofrecer entre 70 y 90.000 euros. De primeras, las ofertas que le hacen parten de los 40.000 euros, pero la mayoría de empresas acceden a "estirarse". El informático madrileño dio sus primeros pasos en el mundo de la programación siendo un adolescente. Tenía claro que no quería estudiar ingeniería informática en la universidad. Por ello, cursó primero un grado medio de sistemas microinformáticos y redes y, después, una formación superior en desarrollo de aplicaciones multiplataforma.

A lo largo de sus años en el sector, fue obteniendo certificados que le convertían en experto en tecnologías determinadas. Se especializó en ciberseguridad y en servicios en la nube. Ahora, trabaja como desarrollador 'Devops' -combinando el desarrollo informático con las operaciones de negocio- para un cliente de su compañía. Su especialización y sus años de experiencia le convierten en un claro objetivo del los cazatalentos, pero Maxi está contento con sus condiciones actuales y se toma el aluvión de ofertas con calma. La mayoría no las atiende, pero sí que escucha las más interesantes. Cada mes -asegura- suele tener dos llamadas de una media hora cada una con equipos de recursos humanos que intentan 'camelarle'.

El escenario de los próximos años no parece que vaya a cambiar. El informe de DigitalES prevé un "crecimiento moderado pero constante de los salarios para perfiles de valor añadido" y especializados en tecnologías de la información y una "escasez" de trabajadores que reúnan todas las cualidades demandadas. A su vez, sostiene que aquellos candidatos con formación más generalista deberán "especializarse" para poder adaptarse al mercado.