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'Operación desLiberbankarización': el nuevo CEO de Unicaja borrará la huella de Menéndez

Los grandes accionistas del bloque andaluz y del asturiano entierran el hacha de guerra para dar estabilidad a la entidad y centrarse en generar valor en Bolsa.

Manuel Menéndez durante su etapa como consejero delegado de Liberbank.

Era un secreto a voces en el seno de Unicaja. Manuel Menéndez, el consejero delegado ahora en funciones procedente de Liberbank, llevaba meses sentenciado por su gestión y en medio de una lucha interna por el poder. A la pérdida de confianza de los grandes accionistas del bloque andaluz (la Fundación Unicaja y los dueños de Mayoral) se sumó en los últimos meses la salida de consejeros cercanos que dejaron en precario al ejecutivo asturiano también en el máximo órgano de gobernanza. Con el consejo volcado a su favor, el bando de Málaga maniobraba para acelerar la salida de Menéndez y cerrar la crisis de gobernanza cuanto antes.

La sentencia final para el exconsejero delegado de Liberbank se precipitó dos meses antes de la fecha límite que fijó el BCE para definir la nueva cúpula: el 31 de julio, cuando se cumplían dos años de la integración. La vía pacífica se impuso por los recelos de los supervisores ante el movimiento de la Fundación Unicaja y los dueños de Mayoral, que llegaron a plantearse exigir abiertamente en un consejo la dimisión de Menéndez, como publicó este medio.

Pero el BCE apagó esta ‘rebelión’ para no asestar otro golpe de reputación al banco con consecuencias imprevisibles para la estabilidad financiera. Unicaja es la quinta entidad financiera del país y en el supervisor existía el miedo a que despertara un nuevo episodio de turbulencias en los mercados.

La presión del BCE recondujo la situación y alentó el pacto entre Menéndez y Manuel Azuaga, presidente de Unicaja. Azuaga tanteó al asturiano para ver bajo qué condiciones estaba dispuesto a salir de la entidad, con la amenaza de que el informe de revaluación que preparaba la firma Spencer Stuart daría un golpe a su gestión y quedaría señalado.

“Hay que saber perder en las luchas internas", trasmitían fuentes próximas a Manuel Menéndez tras el consejo en el que se pactó por unanimidad su cese como consejero delegado de Unicaja"

Entre los accionistas de los dos bancos se apostó por la cordura y se pactó además que el presidente de Unicaja se mantenga hasta abril de 2025, cuando el bloque asturiano interpretaba que los pactos de fusión daban por finalizada su etapa. Será un presidente no ejecutivo y sin competencias en áreas claves, a pesar del pulso de Azuaga para retener parte de sus poderes, según fuentes próximas al banco. “Hay que saber perder”, transmitían fuentes cercanas a Menéndez tras el consejo de este jueves en el que se acordó por unanimidad el cese del banquero.

Recuperar la esencia malagueña

La solución pacífica pasa ahora por nombrar un hombre de la casa que sea capaz de restablecer los lazos malagueños y recuperar la esencia de la política comercial y de negocio del banco, como señalan distintas fuentes internas del banco. Isidro Rubiales, que está al frente de la Dirección General Adjunta al presidente, de Control, Estrategia y Relaciones con supervisores, es el favorito.

La mano derecha de Azuaga es la persona sobre la que los grandes accionistas de ambos bandos se han puesto de acuerdo. Contaría con el respaldo de los dos tercios necesarios del consejo, que ahora está formado por once miembros y no está claro que el desembarco de cuatro nuevos independientes llegue a tiempo para la votación.

"Todos queremos la estabilidad del banco para recuperar el negocio y el valor en Bolsa", repiten fuentes de ambos bandos

Tras pactar la salida amistosa de Menéndez, que percibirá alrededor de un millón de euros de indemnización, la entidad ha abierto un proceso de búsqueda de candidatos internos y externos para ocupar el puesto de máximo ejecutivo. Pero en el seno del banco se da por garantizado que Rubiales será el nuevo CEO salvo sorpresa de última hora, según coinciden distintas fuentes conocedoras.

Presión de Mayoral y Oceanwood

Rubiales tiene un prestigio reconocido en el BCE y además podría recuperar a directivos claves de la etapa de Unicaja previa a la fusión con Liberbank y que tuvieron que salir por desavenencias con Menéndez. Accionistas clave de ambos bandos, como los dueños de Mayoral y el fondo Oceanwood, con un 8,5% y un 7,4%, respectivamente, consideran que la mano derecha de Azuaga sería capaz de insuflar aire al negocio del banco y hacer subir la acción.

Una de sus prioridades, como señalan fuentes internas, será la de recuperar la política de riesgos y comercial genuina de Unicaja, que quedó relegada por la gestión de Menéndez. En Málaga, el bastión de Unicaja, algunos competidores con poca presencia han captado clientes y nuevas oportunidades de negocio que achacan a la crisis de gobernanza de la entidad andaluza, según fuentes cercanas a uno de los grandes bancos españoles.

El inicio de la 'desliberbankarización' de Unicaja se ha activado con las espadas, al menos de momento, envainadas. “Todos queremos la estabilidad del banco para recuperar valor en Bolsa”, repiten desde hace días fuentes de ambos bloques. Habrá que ver si a partir de ahora las discrepancias confluyen en un solo bando y si la batalla por el poder no vuelve a emerger tras la etapa de transición del nuevo CEO.   

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