Laporta abre la puerta a desmarcarse de la Superliga para evitar la exclusión de la Champions

Mientras busca soluciones para la plantilla del nuevo Barça, Joan Laporta espera al menos haber cumplido los deberes con la UEFA. El presidente blaugrana ha estado entre la espada y la pared por el estallido de la investigación penal del caso Negreira, pero confía en haber sorteado una sanción cautelar del ente europeo al Barça por los 7,5 millones pagados al exvice de los árbitros españoles. O al menos, por esta temporada.

Y es que con el objeto de ablandar a la UEFA y ganar tiempo, el president ha puesto en duda su vinculación pública con el proyecto de la Superliga europea que encabeza Florentino Pérez, el mismo por el que intervino en su día uno de los ahora inspectores del caso Negreira.

Laporta ha encontrado esa salida tras el planteamiento que le hizo el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, en su reunión en Eslovenia, según fuentes cercanas al mandatario blaugrana, si bien informantes de la RFEF han asegurado que el directivo europeo no realizó ninguna petición como tal.

Lo cierto es que desde Can Barça se ha abierto la puerta a una revisión de la posición del club en cuanto al proyecto de Florentino Pérez dependiendo de lo que diga la prejudicialidad del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la legalidad o no del monopolio que ejerce la UEFA. El abogado general de la UE, que el Tribunal suele seguir en un 80% de los casos, ha propuesto permitir al ente europeo sanciones contra los impulsores de la competición alternativa a las que se ha opuesto la Justicia española.

Sentencie lo que sentencia el TJUE -entre julio y septiembre-, no será el final del proceso judicial ni tiene por qué serlo de la Superliga como proyecto -de hecho, el abogado europeo esgrimió que los clubes rivales de la UEFA tienen la potestad de iniciar una competición por su cuenta-. Sin embargo, el Barça se ha apresurado a reconocer como posible un "retiro" de la Superliga, en un intento de apaciguar a Ceferin y evitar una exclusión discrecional de Europa ya para la temporada 2023/2024 que supondría un roto inmediato de 100 millones. En la misma línea se enmarca la para no pocos sorprendente retirada del Barça del proceso judicial que lidera Florentino contra el acuerdo de LaLiga con el fondo CVC Capital Partners tras un año de palancas económicas de la mano de socios del mandatario merengue.

Laporta se plantea tomar distancias pero sin romper

Las últimas maniobras de Laporta no conllevan una ruptura total sino que la idea del Barça sería, en todo caso, seguir la estela de los demás equipos de la Superliga que se han desmarcado públicamente del proyecto sin por ello romper sus lazos contractuales con la empresa promotora. De esta, solo se ha desvinculado por completo el Inter de Milán y por un asunto comercial.

El mandatario blaugrana llegó a informar de una posible penalización de 350 millones de euros para quien abandone la empresa del grupo promotor de la Superliga, si bien apuntaba que los blaugrana estarían exentos en tanto los socios compromisarios no votaran a favor del proyecto. Esto último ha sido motivo de discusiones jurídicas internas: el president sí que pidió -y aseguró públicamente haber obtenido- el "aval" de los socios compromisarios, alegando la falta de un formato concreto de Superliga para no ver necesaria la realización de una votación.

Fuentes cercanas tanto al Barça como al Real Madrid han denunciado una supuesta "conducta legalmente cuestionable" de Ceferin, al que han acusado de presionar a Laporta. El presidente blaugrana ha maniobrado para encontrar un equilibrio entre sus intereses a corto plazo y a largo. Confía en que eso bastará al dirigente esloveno, responsable de haber nombrado a los inspectores que resolverán el expendiente de los blaugrana.