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Economía

La inflación forzará a subir salarios a dos de cada tres empresas en 2022

Según una encuesta del Banco de España, la mayoría de los empresarios asume que se incrementarán sus costes laborales el próximo año, en un contexto de inflación "persistente"

salarios
Trabajadoras en un supermercado.

La escalada de la inflación forzará a dos de cada tres empresas a subir los salarios en 2022. En una encuesta realizada por el Banco de España (BdE) entre el 10 y el 24 de noviembre a más de 5.000 entidades sobre facturación y empleo, la mayoría de las compañías anticipan incrementos en sus costes laborales el próximo año ante una subida de precios histórica y que se prevé "persistente".

Al ser preguntadas sobre los precios pagados y cobrados, las expectativas no son alentadoras: el 74% de las empresas admite que sufre actualmente un aumento en los precios de sus consumos intermedios (21 puntos porcentuales más que en el tercer trimestre) y el 78% prevé incrementos adicionales en el primer trimestre de 2022.

En este contexto, un 30% de las empresas ha trasladado ya este aumento de costes a los precios finales de sus productos para proteger sus márgenes y cerca del 60% espera hacerlo a lo largo del próximo año. Acto seguido, el Banco de España avanza que "de forma similar, casi dos tercios de las empresas encuestadas anticipan incrementos de sus costes laborales en 2022".

El organismo presidido por Pablo Hernández de Cos explica que los problemas en la cadena de suministros y el encarecimiento de los consumos energéticos se asocian positivamente con mayores perspectivas de costes laborales. "Cuando se incluyen en la regresión variables adicionales, relativas a la evolución reciente y a las perspectivas a corto plazo acerca de los costes y precios de venta, se observa una relación positiva entre ellas y los costes laborales esperados a un año", señala.

El Banco de España ha advertido del riesgo que supone para la economía que la inflación se traslade a precios y salarios

Además, el BdE apunta que "las empresas que perciben en la actualidad mayores dificultades en la disponibilidad de mano de obra anticipan mayores presiones sobre sus costes laborales, lo que denota que esa escasez de fuerza laboral tendría un reflejo sobre la cuantía de los incrementos salariales". Es decir, que las empresas que se enfrentan a mayores dificultades para encontrar trabajadores, mantienen unas mayores perspectivas de subir los salarios.

En concreto, un 27% de las empresas encuestadas están percibiendo un impacto negativo sobre su actividad asociado a la escasez de mano de obra, 14 puntos más que en el tercer trimestre. En algunas ramas como la construcción y la agricultura, esa proporción se sitúa cerca del 40%. Y en algunas ramas de servicios supera el 30%: hostelería (36,2%), información y comunicaciones (34,7%), y transporte (31,1%).

La cuestión es, hasta qué punto esta subida salarial está garantizada. Según los datos del Ministerio de Trabajo, un 16,5% de los trabajadores (1,2 millones de personas) están amparados por un convenio colectivo con una cláusula de garantía salarial para revisar al alza su sueldo cada año en función de la inflación y no perder así poder adquisitivo. Es el caso de Mercadona, que por convenio subirá un 5% el sueldo a sus más de 93.000 empleados. Sin embargo, otros 6,1 millones de trabajadores no disponen de esta herramienta (el 84% del total), siendo decisión de los empresarios aplicar dichas subidas.

En cualquier caso, las expectativas mostradas por las empresas al BdE van en contra de las recomendaciones de los expertos. El propio Banco de España advertía hace semanas del riesgo de que la inflación se traslade a precios y salarios. El director general de Economía y Estadística, Óscar Arce, explicaba que a mayores incrementos de precios y salarios, mayor es el riesgo de aumento de las expectativas de inflación, mecanismo a través del cual un fenómeno inflacionista transitorio puede adquirir una mayor persistencia y, eventualmente, requerir de la actuación de la política monetaria.

De la misma forma, el 87% de los expertos economistas y directivos de empresas consultados en el último panel trimestral de coyuntura económica de PwC, publicado este domingo, considera que si la inflación se traslada a los salarios, podría generar efectos de segunda ronda y convertirse en estructural. De hecho, casi la mitad (48%) de los panelistas creen que la inflación es el principal riesgo a medio plazo de la economía.

"Desaceleración" en 2022

Mientras crecen los precios y los salarios, la facturación se estanca. Tras la publicación de los resultados de su encuesta este lunes, el Banco de España advirtió de que las empresas consultadas anticipan una "leve desaceleración" en su actividad a principios del año próximo y "a diferencia de lo que se desprendía de las encuestas pasadas, las empresas no anticipan una mejoría adicional para el próximo trimestre".

Más de un tercio de las empresas de la muestra han recuperado ya el nivel de facturación anterior a la pandemia y casi un tercio adicional esperan hacerlo a lo largo de 2022. Sin embargo, el resto de los encuestados espera cerrar la brecha a partir de 2023 o no puede precisar una fecha debido a las incertidumbres que todavía subsisten.

Hay que tener en cuenta que, según detalla el Banco de España, "los incrementos previstos para los precios de venta siguen siendo inferiores a los observados en el coste de los consumos intermedios, lo que apuntaría a una compresión de los márgenes empresariales".

Además, las empresas se siguen enfrentando a la problemática de los cuellos de botella. Más del 30% de las empresas encuestadas declaran que las dificultades de suministro han tenido un impacto negativo sobre su actividad reciente (el doble que en el trimestre anterior). Sobre su duración, la mitad espera que estas distorsiones perduren al menos durante todo el primer semestre de 2020 y algo más de un cuarto, hasta finales del próximo año.

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