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Economía

Un informe de la Guardia Civil alerta de un 'armagedón' por la falta de chips

Todas las miradas se centran en Taiwan y Corea del Sur, principales fabricantes de microchips

Panasonic vende su negocio de chips a la taiwanesa Nuvoton

La ausencia mundial de chips los ha vuelto tan inaccesibles como el oro, aseguraba el banco ING en un estudio sobre el sector de los chips. Una situación que puede provocar un 'armagedón', según explica un informe de la Guardia Civil consultado por Vozpópuli y elaborado por distintos expertos.

"Este desajuste de demanda y oferta ya es de gran nivel y crecerá exponencialmente debido a numerosas innovaciones tecnológicas (las criptomonedas, los drones, la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, las redes 5G, los satélites, los smartphones, el streaming, etc) creando la tormenta perfecta, un 'armagedón' que bloqueará el avance digital mundial", refleja el informe.

El texto explica, además, que de producirse esta situación "se pararía sin fecha de reinicio la producción de todo tipo de dispositivos de uso cotidiano (coches eléctricos, electrodomésticos inteligentes, teléfonos de última generación, videoconsolas...)".

El mundo entero mira de cerca lo que sucede en Taiwan y Corea del Sur, los principales países desarrolladores de chips. El estudio a distancia y el teletrabajo provocado por el confinamiento durante el coronavirus espoleó a máximos históricos la compra de ordenadores portátiles y de sobremesa, así como de tablets. Una demanda que ha desbordado a los fabricantes de chips.

El informe también señala a China por la caída en el mercado de los chips. El desabastecimiento de las tierras raras -aquellas en las que se encuentran los metales de los que están compuestos los procesadores- "debido a la limitación por parte de China ha provocado una enorme caída en la producción de microchips".

La UE debe invertir en el estudio de minerales presentes en territorio europeo que permitan potencialmente fabricar semiconductores

Tres de las empresas más grandes dedicadas a desarrollar chips son TSMC (Taiwan), Samsung (Corea del Sur) e Intel (Estados Unidos). Las dos primeras (asiáticas) tienen gran parte del monopolio mundial, lo que les da mucha libertad en el ámbito de fijación de precios.

Fabricantes y marcas como Toyota, Opel, Citröen, Peugeot, SEAT y Volkswagen han anunciado recortes en la producción a medida que se ha acentuado la crisis en la fabricación de chips.

Se trata de una situación, la de la escasez de este tipo de componentes, que se alargará previsiblemente hasta 2022 ó 2023, tal y como han explicado empresas de la talla de IBM o la propia Intel. Todo dependerá de cuándo se retome el comercio internacional de tierras raras.

La UE quiere su porción del mercado de los chips

La Unión Europea y Estados Unidos son conscientes de que la situación les obliga a depender siempre de lo que haga China. Por este motivo desde Bruselas se ha desarrollado un plan para conseguir ser autosuficientes en términos de semiconductores. La materia prima no es en Europa un problema para la independencia, a pesar de su escasez en el suelo europeo, el problema es que no hay fabricantes en el viejo continente especializados en el desarrollo de microchips.

El plan que se debe apoyar con la investigación en sectores como la mineralogía aplicada y la mineralogénesis sintética, a fin de sacar partido a otros recursos minerales muy presentes en tierra europea pero que de momento no sirven para el desarrollo de semiconductores, según el informe de la Guardia Civil.

En la Unión Europea el negocio de los semiconductores se duplicará, hasta alcanzar el billón de dólares. Es un mercado muy grande que Bruselas no quiere ceder sin intentarlo a Estados Unidos y China. Para ello destinará 800 millones de euros. El objetivo es atraer a empresas como Intel o TSMC para que fabriquen en Europa y duplicar así el peso del continente en la cuota de mercado de la producción del sector, que en la actualidad es del 10%.

El mercado de Internet de las cosas llenará ciudades y calles de todo el mundo de dispositivos que necesitan un chip para funcionar. De hecho, está previsto que el número de dispositivos de este tipo se tripliquen en los próximos años, alcanzando la cifra de 25.400 millones en 2030, lo que supone aproximadamente cuatro por cada ciudadano de la tierra.

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