Nemesio Fernández-Cuesta: “El cierre de las nucleares es una decisión ideológica y no de negocio”

Nemesio Fernández-Cuesta fue secretario de Estado de Energía entre 1996 y 1998. Una etapa que le permitió impulsar la liberalización de los mercados eléctricos y gasistas. Dos décadas después, esos mercados han cambiado mucho. El gas vive como ‘un mal necesario’ y la electricidad afronta un futuro a corto plazo sin la estabilidad de las nucleares. 

“El cierre de las nucleares es una decisión ideológica y no de negocio”, denuncia el economista. “Me parece que no tiene sentido. Es perjudicial para la estabilidad del mercado eléctrico y tiene un impacto directo en el aumento de las emisiones porque su sustitución natural de su generación es el gas de los ciclos combinados”, puntualiza. 

El exsecretario de Estado apunta que no es una defensa de “unos pocos” en España. La propia Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que extender la vida útil de las centrales nucleares, junto con la eólica y la fotovoltaica, es la forma más barata de producir electricidad. “En 2025 llega la sentencia para la central de Almaraz y, ahora, la duda es si el resto de centrales nucleares van a ir acumulando las cargas fiscales que hay encima de la mesa asfixiando aún más su operativa según vayan cerrando”, detalla. 

Nemesio Fernández-Cuesta se ha incorporado al consejo asesor del ‘think tank’ Oikos. Un centro de investigación de tendencia liberal-conservadora que ha defendido en varios informes la necesidad de aumentar la vida útil de estas centrales como vía útil en la lucha contra el cambio climático. “Iré a dar ideas”, explica. “Soy un convencido de que la transición energética es imprescindible y hay que hacerlo con criterio. Con un balance de coste beneficio y con perspectiva de neutralidad tecnológica”, comenta el economista.

Nuevos tiempos para la energía 

Cuando Nemesio Fernández-Cuesta era secretario de Estado, España generaba su electricidad con agua, carbón y con las centrales nucleares. Ahora el ‘mix’ se alimenta, en muchos días del año, con eólica y fotovoltaica. El siguiente paso es eliminar los combustibles fósiles de la ecuación e incorporar alternativas como el hidrógeno para, principalmente, mover la gran industria pesada. 

Aunque para el experto todavía estamos en una fase muy inicial. “Hacer electricidad para producir hidrógeno para luego producir electricidad no tiene mucho sentido”, comenta. “El hidrógeno, ahora mismo, es un proceso caro y que tiene grandes dificultades en su transporte”, añade. 

Soy un convencido de que la transición energética es imprescindible y hay que hacerlo con criterio. Con un balance de coste beneficio y con perspectiva de neutralidad tecnológica Nemesio Fernández-Cuesta

Fernández-Cuesta considera que es necesario que la industria y la energía vayan de la mano. “Tenemos un Ministerio de Transición Ecológica, no de Energía, y por otro lado un Ministerio de Industria. La energía es una de las principales industrias de este país y las industrias dependen de la energía, mucho más ahora que todos ellos tienen que cambiar el modelo para adaptarse a las exigencias de la descarbonización de la economía”, afirma.

Porque uno de los grandes problemas que ve en 'la hoja de ruta' eléctrica del Gobierno es la falta de demanda y sobra producción. "Vamos a exportar a Francia una gran cantidad de electricidad por dos conexiones que ni los propios franceses saben que se va a hacer. Hay unos vertidos de electricidad muy grande y así será muy difícil invertir en tecnologías como la fotovoltaica", explica el también asesor de Everwood FCR VI, fondo de inversión en construcción de plantas fotovoltaicas.

Una nueva Comisión

El exsecretario de Estado es escéptico también con la nueva Comisión de Energía. “Al principio de la anterior legislatura, el Gobierno traspasó muchas competencias a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), con el Ministerio de Economía al frente. Esta escisión sirve ahora para cumplir los deseos del Ministerio de la Transición Ecológica, pero no para mejorar el sector”, asegura. 

Una escisión que servirá para controlar más a las empresas. Y que ahora vigilan de cerca. "No creo que puedan extralimitarse", comenta. Una presión que Nemesio Fernández-Cuesta conoce, ya que ocupó varios puestos de responsabilidad en Repsol, entre ellos director general de Upstream y director general de Negocios.

"Las empresas quieren estabilidad para seguir evolucionando en su transformación, no necesitan más problemas", reivindica. Una estabilidad regulatoria por la que intentará pelear desde el consejo asesor de Oikos.