Los contactos son aún informales, pero Génova ya está dando los primeros pasos. Alberto Núñez Feijóo ha encomendado a su 'staff' de confianza elaborar una lista de nombres de profesionales independientes, con nivel y experiencia demostrada. El objetivo: tener identificados al menos 100 perfiles 'top' para ocupar altos cargos públicos. Si el líder popular logra gobernar, quiere rodearse del mejor equipo; y, de paso, dar ejemplo al Parlamento y a la opinión pública, contribuyendo a despolitizar las esferas más elevadas del Estado.
Desde la cúpula del PP se ha sondeado de manera oficiosa a socios de grandes consultoras, con vistas a recopilar posibles candidatos. Tras los directivos consultados hay firmas de la talla de McKinsey, según aseguran fuentes conocedoras de esos primeros movimientos de Génova. Si en algo está especializada la compañía neoyorquina es en prestar servicios del más alto nivel al sector público (también al privado).
McKinsey tiene la capacidad de localizar currículums consistentes. Y con la misma efectividad operan las 'big four' (Deolitte, PwC, EY y KPMG), de ahí que el equipo económico de Feijóo haya puesto el foco en ellas para iniciar su particular 'casting'.
Cosa distinta es que los profesionales finalmente recomendados estén dispuestos a sumarse a un hipotético Gobierno popular, con todo lo que ello implica (más responsabilidad y menos sueldo). Pero esa es otra historia: Génova avanza paso a paso, con cautela y bajo el secretismo que ha impuesto Núñez Feijóo desde el minuto 1 de su mandato.
El encargado, desde hace cinco meses, de atraer talento al PP -y al futuro Ejecutivo, si Pedro Sánchez 'cae' el 23-J- es Pablo Vázquez. Es abogado, doctor en Economía y trabajó, precisamente, en McKinsey. Era uno de los principales socios de la consultora cuando Núñez Feijóo le llamó el pasado febrero. Le hizo un encargo claro y difícil: "la incorporación de talento ajeno al mundo de la política, así como la identificación de perfiles con experiencia de gestión que puedan complementar el ideario político del PP".
Génova detalló la misión de Vázquez al anunciar, en febrero, su fichaje para la Fundación Concordia y Libertad. Su tarea consistía en reconvertirla, desde el puesto de director general, en el gran laboratorio de ideas del PP. Un mes más tarde, el economista y Núñez Feijóo comparecieron para anunciar la 'refundación'. Desde entonces se llama Reformismo 21 y en ella tienen cabida representantes de las distintas familias que conviven en la órbita popular (como Fátima Báñez o Elena Pisonero), más los perfiles de nivel 'pescados' en Ciudadanos (como Luis Garicano).
El maestro de la orquesta es Vázquez. Antes de McKinsey, pasó por Berkeley para realizar un posgrado y dirigió otro 'laboratorio' (Fedea). También acumuló experiencia de gestión pública al presidir dos años Renfe y otros dos INECO. Su nombre aparece, desde hace semanas, en las quinielas de 'ministrables' en un posible Gobierno de Núñez Feijóo. Otras fuentes próximas al político gallego le sitúan al frente de la Oficina Económica de Moncloa, el puesto que hoy ocupa Manuel de la Rocha.
Si el líder popular quiere materializar, de verdad, las propuestas avanzadas esta semana, necesitará mucha 'materia gris' en su Ejecutivo. Entre las 20 medidas anunciadas el pasado lunes, hay iniciativas muy difíciles de llevar a cabo.
Altos cargos para una misión difícil
Por ejemplo, el PP promete "asegurar la unidad de mercado mediante la colaboración con las CCAA". Es una de las eternas reivindicaciones de los empresarios (grandes y pequeños), que exigiría unificar el maremágnum de permisos, licencias y certificaciones exigidas para operar en el territorio nacional.
Génova redobla la apuesta y asegura por escrito su "compromiso con la simplificación normativa", planteando que "por cada ley o reglamento que se ponga en marcha, se eliminarán tres existentes".
La obsesión de Núñez Feijóo por 'descolonizar' los puestos públicos se repite en el documento presentado este lunes. El PP promete "devolver la independencia a las instituciones y la seguridad jurídica a los inversores, con un nuevo sistema de nombramientos que garantice su independencia y la capacidad de todos los altos cargos".
Otro de los grandes desafíos del presidente del PP consiste en "la reestructuración del funcionamiento de los fondos europeos". El objetivo es lograr lo que Sánchez no ha conseguido: que el dinero llegue, por fin, a las empresas, víctimas de un retraso interminable y de las muchas trabas que la coalición ha interpuesto en el camino.
