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Economía

La mayoría de las empresas cree que la crisis de suministros durará hasta verano de 2022

El Banco de España recoge las previsiones de las empresas y asume que las perturbaciones en las cadenas de producción se mantendrán durante los tres primeros trimestres de 2022

suministros
Carguero con contenedores Europa Press

La crisis energética no será la única que se alargará más de lo previsto. La mayoría de los empresarios cree que la falta de suministros, que están generando cuellos de botella en las cadenas de producción, durarán al menos hasta mediados de 2022. Las perturbaciones de oferta afectan especialmente a aquellas compañías dedicadas a la fabricación de vehículos de motor, caucho y plásticos, papel, material y equipo eléctrico, informática y electrónica, y productos metálicos.

En la última edición de la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE) realizada en noviembre, sólo un 21% de las empresas totales (y un 10% de las industriales) espera que las dificultades de suministros cesen este año.

La mayoría (el 54% del total y el 59% del sector industrial) cree que durarán hasta mediados de 2022 y un 18% prevé que se alarguen hasta finales de 2022 (en el caso concreto de la industria, los que contemplan esta posibilidad ascienden al 25%). Un 7% restante (6% en la industria) es más pesimista aún y lo extiende a 2023 o después.

En un avance del Informe Trimestral de la Economía Española del cuarto trimestre de 2021, el Banco de España advierte que, aunque existe una notable incertidumbre sobre el grado de persistencia de estos cuellos de botella, "se asume que dichos shocks se mantienen fundamentalmente durante este cuarto trimestre y los tres primeros trimestres del año próximo".

En cualquier caso, estos colapsos han afectado de manera heterogénea según las ramas de actividad, con especial incidencia en los fabricantes que suministran bienes a otras empresas industriales. En este sentido, los desajustes entre oferta y demanda han sido más fuertes en la industria de semiconductores y circuitos integrados, con un impacto negativo en el sector del automóvil, donde muchos fabricantes se han visto obligados a paralizar o recortar sus planes de producción. Las fábricas españolas apuntan a un cierre de 2021 con 700.000 coches menos producidos por la crisis de suministros.

El organismo que gobierno Pablo Hernández de Cos también menciona las tensiones observadas en diversos mercados energéticos y de materias primas, que han repercutido negativamente en numerosos sectores industriales; por ejemplo, en aquellos intensivos en el uso de gas natural —como los de producción de fertilizantes y plásticos— o de magnesio — necesario para producir aleaciones de aluminio.

La crisis de suministros lastra la recuperación

La economía española se está recuperando más lentamente de lo esperado. Los organismos nacionales e internacionales (como la Comisión Europea o la OCDE) se han visto obligados a revisar a la baja sus previsiones y coinciden en que este año el crecimiento del PIB estará por debajo del 5%, frente al 6,5% que estima el Gobierno. De hecho, todo apunta a que será el último país de la UE en salir de la crisis, ya en 2023.

España se enfrenta a la incertidumbre sanitaria generada por la covid-19 (ahora con la nueva variante ómicron, que ha llevado a los economistas a rebajar tres décimas más el crecimiento del PIB), a la escalada incesante de la inflación (que ascendió al 5,6% en noviembre), a la debilidad del consumo privado, a la escasez de materias primas y a los cuellos de botella en las cadenas de producción.

Sobre este último punto, los problemas de suministros, el Banco de España estima que las disrupciones en las cadenas globales podrían provocar una reducción en la tasa de crecimiento del PIB español de entre dos y tres décimas en 2021, y de entre cinco y nueve décimas en 2022, un efecto en el que tendrían un papel destacado los efectos arrastre internacionales.

De la caída de tres décimas para el año 2021, casi una décima responde a los efectos directos, otra a las consecuencias de arrastre nacionales, y la tercera décima a efectos de arrastre internacionales. En los cálculos para 2022, un recorte de 0,2 puntos estaría vinculado a los efectos directos de la crisis, casi tres décimas a los efectos de arrastre nacionales, y el resto a los internacionales.

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