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Economía

Las empresas mueven a depósitos bancarios 41.000 millones, la cota más alta en 8 años

Las nuevas operaciones en septiembre y octubre se disparan a niveles de 2014, tras la subida de los tipos de interés del BCE y ofrecer las entidades financieras remuneraciones más atractivas

La presidenta del BCE, Christine Lagarde. EP

En los últimos años, el saldo vivo de los depósitos de las empresas en entidades financieras se ha reducido nada menos que un 78%. Ha pasado de 93.147 millones de euros de diciembre de 2013, a 20.262 millones que se contabilizaron en mayo del presente año, la cifra más baja que ha alcanzado. Como contrapartida, el dinero guardado en cuentas corrientes casi se ha triplicado, pasando de 111.094 millones en 2013, a los actuales 281.000 millones.

La política monetaria del Banco Central Europeo acabó reduciendo el precio oficial del dinero al 0% en el mes de marzo de 2016, lo que provocó que en el corto y medio plazo el euríbor y los bonos de hasta cinco años estuvieran en terreno negativo durante muchísimos meses. En los dos o tres últimos años daba lo mismo tener el dinero en una cuenta corriente que en un depósito a plazo, porque la diferencia en la rentabilidad obtenida resultaba inapreciable.

Las cosas han empezado a cambiar algo en los últimos doce meses. El rápido incremento de los precios experimentado desde la segunda mitad del pasado año obligó al Banco Central Europeo a modificar su política monetaria, en un desesperado intento de frenar la subida del IPC en todos y cada uno de los países que comparten la moneda única.

Las decisiones de subir los tipos de interés desde el 0% hasta el 2% actual en tres tramos (julio, septiembre y noviembre) empieza dar los primeros frutos. Según Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, el indicador adelantado de precios del mes de noviembre muestra un descenso de seis décimas en relación con el mes anterior en el conjunto de la Eurozona (10% frente al 10,6%), con España (6,8%) liderando una clasificación que tradicionalmente le ha sido esquiva.

La subida de los tipos de interés oficiales no se ha trasladado todavía a los clientes bancarios, especialmente a los hogares, aunque si se ha dejado sentir en las sociedades no financieras. Según los últimos datos del Banco de España, durante los meses de septiembre y octubre, las empresas han trasladado hacia los depósitos bancarios 41.307 millones de euros, 17.987 millones en el mes de septiembre y nada menos que 23.320 millones en el de octubre.

Habría que remontarse al mes de abril de 2015 para encontrar un dato mejor. En ese mes, las nuevas operaciones de depósitos a plazo de las empresas ascendió a 20.574 millones de euros. Durante ese año, se movieron hacia los depósitos a plazo de las sociedades 257.746 millones de euros, mientras que en 2021 apenas lo hicieron 101.317 millones. Hubo años, como 2018 y 2019, en los que las nuevas operaciones se quedaron en 66.000 millones.

El dato del mes de octubre, último publicado por el Banco de España, recoge los efectos de la primera subida de tipos de interés llevada a cabo por la institución que preside Christine Lagarde en el mes de julio (del 0% al 0,5%) y una mínima parte de la segunda subida, que se aprobó el 14 de septiembre. Habrá que esperar a conocer los datos del mes de octubre para ver cuál ha sido la respuesta de los ahorradores a los nuevos tipos que la banca tendrá que trasladar al mercado.

El Banco Central Europeo explicaba hace unos días el funcionamiento de la política monetaria y sus efectos en los bancos centrales indicando que “los depósitos que mantienen estos en el BCE representan una parte considerable de su pasivo y un elemento fundamental de nuestra política monetaria. Si subimos el tipo de interés que se paga a los bancos por depositar dinero en el banco central, estos transmiten esa subida a sus clientes. De este modo -añade- se estimula el ahorro y se modera el gasto, enfriando así la economía y, por tanto, ejerciendo presión a la baja sobre la inflación”.

Remuneración del pasivo

Así lo han entendido las empresas, que mantenían en cuentas corrientes y depósitos a plazo a cierre de octubre 316.856 millones de euros en las entidades financieras en depósitos, de los que 281.253 millones de euros estaban en cuentas a la vista (escasamente remuneradas), y 35.603 millones, a plazo. Esta última cifra, el saldo vivo, ha aumentado en los dos últimos meses en 9.890 millones, y en 15.341 millones si la comparación se realiza sobre el mes de mayo, que con 20.262 millones es la más baja desde enero de 2003.

¿Qué ha sucedido? Que los bancos, de forma muy cautelosa, han ido elevando la remuneración de su pasivo, que durante la práctica totalidad de 2021 estuvo en negativo: la banca cobraba por el dinero depositado por las empresas, que no por los hogares, lo mismo que hacía el BCE con los depósitos de las entidades financieras en Fráncfort a través de la facilidad de depósito, que llegó a cobrar el 0,5% hasta hace apenas unos meses.

Mientras el tipo medio de los depósitos a plazo se pagaba a un 0,03% en noviembre de 2021 (hasta octubre estuvo en negativo) y un 0,12%, en agosto de este año, en el mes de septiembre se abonó ya un 0,63% y en octubre un 0,73%, lo que explica el elevado número de nuevas operaciones que se han realizado en estos dos últimos meses.

Los depósitos a un plazo máximo de un año son los preferidos por las empresas para colocar los excesos de liquidez puntuales: en septiembre y octubre, con 41.307 millones de euros, absorbieron el 98,5% de todas las nuevas operaciones llevadas a cabo.

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