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Economía

CIFRAS Y LETRAS

Por qué los empresarios no se atreven a invertir si sobra el dinero europeo

La inversión en maquinaria y bienes de equipo no acaba de despegar y las previsiones son poco optimistas. Tras el parón están las dudas sobre la recuperación y, sobre todo, el atasco de los fondos europeos

Por qué los empresarios no se atreven a invertir si sobra el dinero europeo
Maquinaria industrial en los trabajos de construcción de la línea de alta velocidad Almería-Murcia.

La cifra chirría y preocupa por partes iguales: la economía y el empleo van remontando el vuelo, pero la inversión privada no acaba de despegar. Al contrario, ni siquiera la lluvia de millones prometida desde Bruselas ha servido para que los empresarios vean el panorama despejado y comiencen a gastar. Y eso es lo que empieza a generar inquietud en el equipo de Nadia Calviño, en el entorno del gobernador Pablo Hernández de Cos y en los servicios de estudios más reputados. 

El estado de ánimo de las empresas, grandes y pequeñas, se mide con muchas variables. Entre las más atinadas está la formación bruta de capital fijo, que cifra los activos fijos que han sido adquiridos o producidos en un periodo determinado de tiempo. Esta partida, incluida en la contabilidad nacional, permite visualizar el comportamiento de la inversión en el corto plazo. 

El panel publicado esta semana por Funcas, que recoge las previsiones económicas de 20 departamentos de análisis, ilustra con datos el desánimo de muchos empresarios. La formación bruta de capital fijo avanzará este año una media del 4,2%, menos de la mitad de lo que espera el Gobierno (9%). Y el próximo año, cuando los fondos europeos deberían rendir ya a pleno rendimiento, crecerá cuatro décimas menos (8,1% frente al 12,4% oficial).

Pero las cifras más preocupantes afloran al desglosar la partida general. La inversión en maquinaria y bienes de equipo de las empresas está creciendo una media del 12,6%, casi cuatro décimas menos de lo que espera el Ministerio de Economía; y lo que es peor: en 2022 aumentará un 8,9%, frente a una estimación oficial del 18,3%%. Lo lógico, a ojos de los economistas, es que los empresarios estuvieran aprovechando el rebote del PIB y, sobre todo, la inminente llegada del 'maná' europeo para renovar sus equipos. Es decir, armándose para el proceso de transformación que van a impulsar los 140.000 millones procedentes de programa Next Generation EU (72.000 en transferencias directas y el resto en préstamos).

Entidades como Oxford Economics o Analistas Financieros Internacionales pronostican un crecimiento ínfimo de la inversión en maquinaria y bienes de equipo este año (un 4,2% y un 6,2%, respectivamente). Y respecto a 2022, 13 de los 20 servicios que participan en el panel de Funcas arrojan una estimación inferior al 10%, con el Instituto de Estudios Económicos (IEE) a la cabeza, que augura un raquítico aumento del 5,5%.

"Después de una recuperación intensa, los indicadores relacionados con la formación bruta de capital fijo fueron deteriorándose desde hace tres meses. Esto sucedió particularmente con las compras de maquinaria y equipo, que se vieron negativamente afectadas por varios factores", admite el informe de perspectivas publicado recientemente por BBVA Research. El organismo apunta a "las interrupciones en las cadenas de valor del sector manufacturero a nivel mundial” y al “incremento en los costes de transporte". Y, por supuesto, al "retraso en la ejecución de los fondos NGEU", un problema que tiene perfectamente identificado el Banco de España. En su última comparecencia parlamentaria (26 de octubre), Hernández de Cos alertó del "elevado grado de incertidumbre" que está provocando el atasco del dinero europeo."El ritmo de utilización ha sido inferior al incorporado en los distintos ejercicios de proyecciones realizados", recordó el gobernador.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.Europa Press

El temor del Banco de España -compartido plenamente por la AIReF- no está basado en proyecciones futuras, sino en el presente que dibuja la estadística oficial del Ministerio de Hacienda. Pese a presupuestar este año 26.355 millones, destinados a adelantar inversiones del Plan de Recuperación, sólo se han reconocido sobre el papel obligaciones de gasto por el 34,4% del total. Es decir, de las arcas estatales sólo han salido, de verdad, 9.162 millones en dirección a los promotores de proyectos. El resto (17.574 millones) está atascado en las tuberías. ¿Las causas? Hay varias, pero a la cabeza está la eterna incapacidad de las administraciones para aprovechar el dinero procedente de Europa.

La hemeroteca nos recuerda que España sólo ejecutó el 49% de los fondos de cohesión concedidos entre 2014 y 2020. El problema vuelve a plantearse ahora con causas similares, como el exceso de burocracia, la ausencia de 'ventanillas únicas' para gestionar las solicitudes o las dificultades que tienen las empresas de menor tamaño para cumplir los requisitos. A esos factores hay que añadir los errores de improvisación, provocada por la urgencia (el dinero comprometido hay que gastarlo) y el desconocimiento (la UE nunca había lanzado un programa de semejante envergadura). "Hay concursos para acceder a proyectos vinculados a los fondos con plazos de sólo 10 días. Sacan una subvención y hay que presentar rápido una iniciativa, eso es imposible", comentan desde una patronal de ámbito nacional.

Para desgracia de los empresarios, la ineficacia histórica de las administraciones es un factor diferencial para España. Se nota hasta en la evolución de las inversiones, que están tirando con más fuerza en países del entorno. Según la estadística que maneja el economista Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, la formación bruta de capital fijo ha avanzado en Italia un 5,1% en el tercer trimestre respecto a los niveles pre crisis; y en Francia, un 3%, mientras que en nuestro país sufría un retroceso contundente (6,5%).

La inversión de los empresarios no despega por el atasco de los fondos europeos
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro italiano, Mario Draghi.

La estadística de la OCDE apunta en la misma dirección. Al cierre del segundo trimestre (últimos datos disponibles), España estaba rezagada en comparación con sus vecinos en términos de formacion bruta de capital fijo. Mientras que la inversión caía un 2,2%, crecía un 2,4% en Francia, un 2,6% en Italia y un 4,3% en Grecia. En Alemania sólo avanzó un 0,5%; y en Portugal cedió, pero con menos fuerza (-1,1%).

Es paradigmático que países tan comparables con España estén beneficiándose de un despegue más firme de la inversión. Sobre todo, en el caso de Italia, que nunca ha sido, precisamente un ejemplo, en sacar todo el potencial a los fondos de cohesión. "Aunque la crisis actual está ejerciendo gran presión en los gobiernos italiano y español, es poco probable que lleven a cabo una absorción completa y adecuada de los fondos de recuperación", explica la economista de Oxford Economics Maddalena Martini, en un análisis publicado por el Istituto per gli Studi di Politica Internazionale.

En España, sin embargo, hay economistas que resaltan el mayor esfuerzo que está realizando Mario Draghi para que el programa Next Generation sea una excepción a la norma histórica. Lo cierto es que el expresidente del BCE logró en junio que todos los partidos -desde La Liga al Movimiento 5 Estrellas-cerraran filas con su plan de recuperación. Además, se está empeñando en desbloquear partidas presupuestarias con cargo a la recepción futura de fondos. El objetivo es doble. Por un lado, lograr que el dinero fluya cuanto antes hacia las empresas; por otro, generar la confianza que conviene a los empresarios italianos y que escasea a niveles preocupantes entre sus rivales españoles.

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