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El juez condena a Delforca a pagar 77 millones a Santander tras 14 años de conflicto

Mobiliara Monesa, matriz de Delforca, la antigua Gaesco Bolsa, dice que la sentencia "resulta alejada de cualquier principio contractual que rige la contratación financiera y sus principios"

El juez condena a Delforca a pagar 77 millones a Santander tras 14 años de conflicto
El empresario Luis Portillo, en una imagen de 2007.

Casi tres lustros después de que estallara el caso de Gaesco Bolsa, un Juzgado de Barcelona ha condenado a la empresa, hoy Delforca, controlada por Mobiliaria Monesa, a pagar 66 millones de euros, más otros 11 millones de euros en intereses, a Santander.

El conflicto se originó justo con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la caída de la inmobiliaria Colonial y su entonces presidente, Luis Portillo, a finales de 2007.

El empresario sevillano, entre 2006 y 2007, llevó a cabo agresivas operaciones inmobiliarias, como la compra de Inmocaral y de Riofisa, valoradas en más de 5.000 millones de euros. Portillo participó entonces en una ampliación de capital lanzada por Colonial para afrontar estas operaciones, invirtiendo él mismo 314 millones de euros.

El estallido de la burbuja inmobiliaria castigó la cotización de Colonial y la financiación mediante derivados de Luis Portillo

El entonces presidente de Colonial acudió a esa ampliación mediante derivados sobre acciones de la misma inmobiliaria, confiando en un próximo incremento del valor del grupo en Bolsa.

Para asegurar su inversión en la operación, Luis Portillo acudió a la sociedad de valores catalana Gaesco, mientras que Santander tomó como garantía los derivados sobre los títulos de Colonial.

Sin embargo, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y las noticias aparecidas en prensa castigaron la cotización de Colonial, que se situó a finales de 2007 al borde del concurso de acreedores, y que propició la salida de Portillo.

Mobiliaria Monesa ha informado de su intención de recurrir la sentencia del Juzgado de Barcelona

Luis Portillo no pudo afrontar el vencimiento de los derivados, y Santander los reclamó a Gaesco. A partir de ahí se inició una batalla legal en los juzgados que hoy se mantiene entre Santander y la antigua Gaesco Bolsa.

El Juzgado Mercantil número 10 de Barcelona, al frente del concurso de acreedores en el que terminó Gaesco Bolsa, dictó sentencia sobre el caso el pasado mes de septiembre, condenando a Delforca al pago de los 77 millones de euros. A su vez, en el mismo proceso, Delforca reclamaba a Santander la devolución de 57 millones de euros.

Mobiliaria Monesa ha informado de su intención de recurrir la sentencia del Juzgado de Barcelona. Este diario trató el viernes de contactar con la empresa para ampliar la información y conocer si finalmente ha recurrido, pero no fue posible.

La compañía anunció a la Comisión Nacional del Mercado de Valores "su disconformidad absoluta con el tenor y fallo de la resolución judicial".

Mobiliaria Monesa sostiene que Santander actuó sobre las acciones de Colonial logrando un beneficio de 49 millones

En su comunicado al regulador, Mobiliaria Monesa indica que mantiene "su confianza en nuestro sistema judicial, que tras 14 años de controversia judicial en distintas jurisdicciones y procedimientos con Banco Santander, ha venido dando la razón a los postulados de la compañía Delforca, con la anulación de tres laudos arbitrales, una sentencia judicial (posteriormente revocada por cuestiones procesales) y el acogimiento de una Casación por el Tribunal Supremo en 2015".

La empresa asegura que la base del fallo judicial "resulta alejada de cualquier principio y normativa contractual que rigen la contratación financiera y sus principios".

Mobiliaria Monesa sostiene que Santander "desde el principio de la contratación" actuó sobre las acciones de Colonial, vendiendo 46,4 millones de títulos y prestando al mercado otros 37 millones de acciones. Y que esta operativa reportó al banco durante la vigencia del contrato un beneficio de más de 49 millones de euros.

"No cabe admitir que se pueda contratar un producto financiero en el que la entidad bancaria que actúa de contraparte puede disponer libremente del objeto de éste, durante la vigencia del contrato y así alterar su resultado, siquiera potencialmente, incidiendo en su propio beneficio", dice Mobiliaria Monesa.

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