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Banca

El BCE empuja a los bancos a pagar 8.400 millones en depósitos

Asumiendo un tipo de interés del 1,5%, que es lo que paga el Estado por las letras del Tesoro, las entidades consumirían casi el 60% de los ingresos extra por la subida de tipos hasta 2024, según la consultora Alvarez & Marsal.

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El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos.

El Banco Central Europeo (BCE) puede sacar brillo a los ahorros. Las subidas de tipos en la eurozona empujarán a los bancos españoles a pagar más de 8.400 millones de euros por los depósitos. Tomando como referencia el tipo de interés del 1,5% que abona el Estado por las letras del Tesoro, las entidades consumirían casi el 60% de los ingresos extra por el cambio de era en la política monetaria, según un informe de la consultora Alvarez & Marsal, que basa sus estimaciones a dos años vista.

Son los primeros cálculos en el sector sobre el coste que tendrán que asumir los bancos por el pasivo en el nuevo escenario de tipos. La facilidad de depósito, que fija el interés que las entidades de crédito reciben por sus depósitos a un día en el banco central, se sitúa en el 0,75% tras las dos subidas aplicadas por el BCE en julio y septiembre y es probable que repunte por encima del 1% en la próxima reunión de tipos, prevista para el 27 de octubre.

Los depósitos desaparecieron de los escaparates de los bancos en la era de tipos negativos, que se prolongó durante ocho años. Pero con la inflación en niveles de dos dígitos y el euribor por encima del 2%, la presión sobre las entidades crecerá en los próximos meses.

Si ustedes son ahorradores y tienen cuentas corrientes, yo me iría lógicamente al banco a pedir remuneración por una cuenta corriente o un depósito a plazo"Luis de Guindos, vicepresidente del BCE

De hecho, el sector ya descuenta que tendrá que empezar a ofrecer remuneraciones atractivas antes de que finales este año, como anticipa un director financiero de uno de los grandes bancos. Eso sí, las entidades apuestan por mejorar la oferta de este producto tradicional para los clientes más vinculados, aquellos que también tengan contratados seguros o hipotecas, por ejemplo.

De momento, la guerra del pasivo la han iniciado pequeñas entidades extranjeras y bancos online. Ya ofrecen rentabilidades superiores al 2% en algunos plazos. Destacan el italiano Banco Progetto, que paga el 2,20% para depósitos a un año, y EBN Banco, con una rentabilidad de hasta el 1,75% a 36 meses.

La pelea se ha intensificado en las cuentas remuneradas de las entidades online, sobre todo tras el movimiento de ING. El banco con matriz holandesa anunció el 21 de septiembre que volvería a remunerar la Cuenta Naranja, su producto estrella. Desde el 1 de noviembre pagará el 0,3%. Este movimiento ya ha arrastrado a otros competidores del perfil de ING: Orange Bank ha elevado la rentabilidad de su cuenta remunerada hasta el 1%.

Presión del BCE

"Si ustedes son ahorradores y tienen cuentas corrientes, yo me iría lógicamente al banco a pedir remuneración por una cuenta corriente o un depósito a plazo", instó Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, hace unos días.

Pero, al menos en España, el atractivo del tradicional producto de ahorro no termina de despegar. El tipo de interés TEDR, que equivale a la TAE (tasa anual equivalente) sin incluir comisiones, de los depósitos a las familias se sitúa en el 0,10%, aunque con vencimientos de entre doce y 24 meses se eleva al 0,63%, según los últimos datos disponibles del Banco de España, correspondientes a agosto. En el caso de las empresas, las entidades dejaron de cobrar por su liquidez en junio, cuando el mercado descontaba la primera subida de tipos en la zona euro en once años. Ahora, el tipo medio ponderado alcanza el 0,12%.

Alvarez & Marsal estima que la subida de tipos elevará los ingresos de los bancos españoles en más de 14.000 millones, pero advierte de que no se traducirá en una mejora del beneficio, como dijo Pedro Sánchez el 12 de julio en el Congreso cuando anunció el impuesto extraordinario al sector. El extra coste por los depósitos (de unos 8.400 millones), las provisiones para afrontar una eventual recesión (de más de 3.300 millones), el impacto de la inflación (con un coste de casi 900 millones) y el nuevo gravamen (de unos 1.500 millones anuales) se comerían casi el 100% de la mejora del margen de intereses, según calcula Alvarez & Marsal.

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