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Banca

También junto a Países Bajos

España ensayó con Alemania y Francia un gran simulacro de crisis bancaria tras la caída de Credit Suisse

Se probó la capacidad de respuesta de los fondos de garantía de depósitos para devolver el dinero garantizado. Fue la prueba con mayor participación de la UE hasta la fecha.

crisis bancaria
Sede del Banco de España. EP.

Hace un año los tambores de crisis financiera resonaron otra vez con fuerza. La caída de varios bancos regionales en Estados Unidos y la de Credit Suisse en Europa extendieron la duda sobre una posible fuga de depósitos masiva, que al final se logró contener. Aunque los principales países europeos lanzaron un gran simulacro de crisis bancaria que implicó a España, Alemania, Francia y Países Bajos, según ha podido saber Vozpópuli de fuentes financieras.

La intención no era otra que medir la capacidad de respuesta de los distintos fondos europeos nacionales. Durante la crisis del Silicon Valley Bank (SVB) y de Credit Suisse muchas voces apuntaron precisamente a la falta de un fondo de garantía de depósitos único como una debilidad para atajar este tipo de crisis a nivel europeo.   

En el simulacro participaron los fondos de garantía de España, Alemania, Francia y Países Bajos bajo un escenario de crisis simultánea de entidades en dos de los países citados y con conexiones con el resto. Fue la prueba con la mayor participación de fondos de garantía en el ámbito de la Unión Europea hasta fecha.

"El Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) español garantiza hasta 100.000 euros por titular y cuenta en caso de quiebra de una entidad

Con el fin de evaluar su capacidad operativa para realizar el reembolso de depósitos, los fondos de garantía suelen llevar a cabo simulacros de crisis con otros países.

Este es el caso del FGD español, que puso a prueba durante 2023 sus sistemas y procesos para un posible pago de depósitos transfronterizos de forma bilateral con el italiano FITF y el de Luxemburgo CSSF. Pero nunca se había involucrado a tantos países de manera conjunta, según las fuentes consultadas.

Operativa y comunicación

Este tipo de pruebas presta especial atención a los elementos operativos, pero también pone el foco en las estrategias de comunicación, tanto entre fondos y otras autoridades como con los depositantes y público en general. Como defendieron durante la crisis del SVB y Credit Suisse tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Banco de España un adecuado tratamiento de la información se revela cada vez más esencial en la gestión de una crisis financiera.

Las turbulencias financieras de hace un año, como se encargaron de dejar claro las autoridades, pusieron sobre la mesa la necesidad de una efectiva coordinación entre los países involucrados.

Rápida respuesta

“En lo que respecta al sector bancario, a principios de 2023 se produjeron algunos acontecimientos preocupantes. Me refiero a la crisis del Credit Suisse y a la de varios bancos regionales norteamericanos, el más importante de los cuales fue Silicon Valley Bank. Pero estos episodios se resolvieron en seguida y el tiempo ha demostrado que se trataba de casos aislados”, puso de manifiesto ayer Pedro Guerrero, presidente de Bankinter, durante la junta de accionistas del banco. Guerrero acaba de ceder el testigo a María Dolores Dancausa tras 17 años como presidente de la quinta entidad más grande de España por activos.

El FGD español garantiza hasta 100.000 euros por depositante y entidad, aunque existen excepciones en las que la cobertura puede superar esta cuantía. En general, cubre todos los depósitos dinerarios como, por ejemplo, cuentas corrientes, cuentas o libretas de ahorro, depósitos de ahorro, depósitos a la vista o de plazo fijo, imposiciones a plazo, entre otros.

Lazos entre el SVB y Credit Suisse

Entre los casos del SVB y Credit Suisse hubo conexiones pese a ser entidades con negocios opuestos: la mala gestión de la cúpula acabó salvada con la manguera del dinero público. La misma solución que en la crisis financiera mundial de 2008. Y eso que las autoridades supervisoras y políticas de todo el mundo se afanaron por marcar distancia con la crisis que desencadenó la quiebra de Lehman Brothers.

Credit Suisse al final cayó en manos de su rival histórico UBS, que compró la entidad por unos 3.000 millones de euros. Una solución rápida tomada por las autoridades suizas para proteger su sistema bancario y evitar que las dudas de los inversores de ese momento se extendieran al resto de Europa.

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