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Economía

El Reino Unido congela los activos de Abramóvich por haberse beneficiado con Putin

El Gobierno británico incluye al dueño del Chelsea en la lista de empresarios a los que congelará activos, lo que supone paralizar la venta del club que le debe 1.800 millones. Las autoridades permitirían la operación bajo la condición de que Abramóvich no se beneficie mientras esté sancionado

Román Abramóvich, dueño del Chelsea CF.
Foto de archivo de Román Abramovich, en Múnich, durante un partido del Chelsea FC.

El Gobierno británico ha incluido finalmente a Román Abramóvich en la lista de empresarios sancionados por sus vínculos con Rusia. La incorporación del dueño del Chelsea CF ha tenido lugar este mismo jueves 10 de marzo, tras dos semanas de invasión rusa sobre Ucrania. Las sanciones incluyen el congelamiento de bienes y la prohibición de circulación.

Las autoridades británicas le califican de "oligarca pro-Kremlin" y esgrimen que "ha tenido una cercana relación durante décadas" con el presidente ruso Vladímir Putin. Ese vínculo ha incluido la obtención de "beneficios financieros y otros beneficios materiales" de parte de Putin y el Gobierno ruso, como ventajas fiscales para compañías ligadas a Abramóvich, la compra y venta de acciones para el Estado en condiciones ventajosas y los contratos recibidos en la antesala del Mundial de 2018 en Rusia.

Al empresario de nacionalidad rusa, portuguesa e israelí se le había vinculado ya directamente con el actual presidente ruso, con quien compartió afiliación e incluso gestión política -fue nombrado gobernador de la provincia de Chukotka por el mandatario- durante la primera década del siglo XX. A lo largo de esa misma década, Abramóvich vendió su petrolera Sibneft por 11.000 millones a Gazprom, controlada por el Gobierno ruso que encabezaba el propio Putin. La fortuna del empresario rondaría ahora los 11.500 millones de euros, según la revista Forbes.

Argumentos del Reino Unido contra Abramóvich

Entre sus argumentos, el Gobierno británico cita también conexiones de Abramóvich con otros empresarios. Entre ellos, con el antiguo director general de GazpromInvestment Holdings Alisher Usmanov, sancionado el 3 de marzo por haberse beneficiado de apoyar al Kremlin llevando a cabo negocios en un sector de "relevancia estratégica" para el Gobierno ruso.

Además, el dueño del Chelsea CF "está o ha estado involucrado en desestabilizar Ucrania amenazando su integridad territorial, soberanía e independencia" a través de la siderúrgica y minera Evraz en la que Abramóvich tiene una "participación accionarial significativa" y sobre la que "ejerce un control efectivo".

Consciente de sus nexos con Rusia, el empresario había anunciado la puesta a la venta del Chelsea FC

"Evraz PLC participa o ha participado en la prestación de servicios financieros, o en la puesta a disposición de fondos, recursos económicos, bienes o tecnología que podrían contribuir a la desestabilización de Ucrania o socavar o amenazar la integridad territorial, la soberanía o la independencia de Ucrania, lo que incluye el suministro potencial de acero al ejército ruso que puede haber sido utilizado en la producción de tanques (...) Abramóvich está o ha estado involucrado en la obtención de un beneficio del Gobierno de Rusia o en su apoyo, ya que Abramóvich y Evraz PLC realizan negocios en sectores de importancia estratégica para el Gobierno de Rusia, a saber, los sectores de construcción, defensa y extractivo".

Impacto en el Chelsea

Consciente de sus nexos con Rusia, el empresario había cedido ya la gestión de su activo más conocido, el Chelsea, a la fundación del club. En los últimos días, había intentado vender la propiedad del equipo de fútbol y actual campeón de Europa y el mundo, comprometiéndose con la afición a no reclamarle una deuda que ronda los 1.800 millones de euros. El proceso ha quedado ahora virtualmente paralizado, aunque el Gobierno se ha abierto a permitir una eventual venta siempre que esta no beneficie al empresario ruso mientras esté sancionado.

Mientras esté en vigor, la sanción a Abramóvich tendrá consecuencias también para el propio Chelsea, si bien las autoridades británicas las han suavizado a tenor del valor cultural de la institución. El club podrá seguir jugando sus partidos e incurrir en gastos "razonables" para albergar encuentros y pagar a sus jugadores "lo que protegerá a la Premier League, la pirámide del fútbol, sus fieles aficionados y otros clubes".

También podrá seguir ingresando dinero por sus contratos televisivos en vigor, pero no podrá realizar nuevas transacciones con su plantilla. Tampoco podrá vender nuevas entradas. Aquellas empresas que tuvieran productos de merchandising disponibles para la venta desde antes de la sanción podrán venderlos si certifican que no lo harán en beneficio del club.

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