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El coche eléctrico con una autonomía de 2.300 kilómetros que hará temblar a Tesla

Prototipo del Da Vinci II, de Acabion

El problema de los coches eléctricos es la batería. La autonomía. Para circular dentro de las grandes ciudades son una solución perfecta; el problema viene cuando hay que enfrentarse a grandes recorridos.

Aunque desde Tesla, una de las marcas más activas del sector de la movilidad eléctrica, aseguran que sus vehículos ya pueden recorrer 800 kilómetros sin repostar, lo cierto es que esto depende mucho del tipo de conducción.

Alex López está dentro del proyecto Acabion, que ha planteado un reto: construir un coche eléctrico que sea capaz de recorrer hasta 2.300 kilómetros sin repostar. Se trata de multiplicar por tres la autonomía de los coches de Tesla.

"El modelo Insignia de Tesla consume 20 kilovatios por hora para recorrer 100 kilómetros a una velocidad de 120 kilómetros por hora. En las pruebas a las que hemos sometido a nuestro prototipo en un túnel de viento virtual para hacer lo mismo, el coche ha consumido tan sólo 2 kilovatios de energía".

La clave está en la aerodinámica

¿Cómo lo han conseguido? El equipo de Acabion está liderado por Peter Maskus, quien ha dedicado los últimos 30 años -y 7 millones de euros- al desarrollo del vehículo. Maskus ha sido Ingeniero en Porsche, Mercedes-Benz y Toyota Systems, pero también ha sido consultor de Ariane Space y Airbus, entre otras empresas. 

Esta experiencia es la que le ha servido para deducir que todo el problema del consumo está en la aerodinámica. "Maskus se dio cuenta de que los coches están basados en los antiguos carros tirados por caballos hace mucho tiempo. No han evolucionado. Un 90% de la energía de los coches se emplea en empujar el aire que va al parabrisas, en luchar contra las turbulencias que genera el vehículo", explica Alex.

Prototipo del Da Vinci II, de Acabion

La clave para la reducción del consumo está principalmente en la aerodinámica con la que se está diseñando la familia de vehículos de Acabion, con una estética más parecida a la de un cohete que a la de un vehículo convencional.

Otra de las claves de este coche es que su motor está en cada una de las ruedas, no en la carrocería. Esto hace que no se desperdicie energía, transmitiendo del motor a las ruedas el movimiento que hace que el coche se mueva.

Para demostrar que respecto al túnel virtual de viento dicen la verdad, el año que viene tratarán de recorrer 2.300 kilómetros con el modelo Da Vinci II. La idea es hacer el recorrido Lucerna-París-Lucerna a la velocidad que marquen las vías sin parar a repostar.

Aunque el modelo en cuestión es un biplaza, el equipo trabaja en otros vehículos de corte más utilitario, con cinco plazas, que si bien no alcanzan el bajo consumo del modelo Da Vinci II -así se llama el vehículo estrella-, mejoran mucho la autonomía actual de los coches eléctricos, tal y como asegura López.

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