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Ferrovial y Renfe podrán lograr una licencia de operador ferroviario en Reino Unido

Renfe, preparada para dar el salto al mercado británico de transporte ferroviario de viajeros

Renfe y Ferrovial han dado un paso definitivo para poder convertirse en operadores ferroviarios en Reino Unido, donde el transporte de pasajeros en el sector lleva liberalizado más de dos décadas. El Departamento de Transportes del país, que sigue negociando las condiciones para abandonar la Unión Europea, decidió ampliar la lista de operadores que podrán optar a una licencia para operar en su red y ha dado entrada a siete nuevos aspirantes. Entre ellos, Renfe Viajeros, filial del grupo español de titularidad pública, y Amey Rail, controlada por Amey Group, filial británica de Ferrovial.

Precisamente, la compañía controlada por la familia Del Pino lleva mucho tiempo interesada en el proceso de liberalización del transporte de pasajeros por vía férrea en España. Su filial Ferrovial Railway cuenta con licencia de operador, tanto de mercancías como de pasajeros, desde el año 2011, así como los correspondientes certificados de seguridad.

Sin embargo, es posible que la oportunidad le llegue antes en Reino Unido, uno de los principales mercados para la compañía, hasta el punto de que una cuarta parte de su facturación proviene de este país, especialmente a través de Amey y de su participación en el aeropuerto londinense de Heathrow.

Por su parte, Renfe lleva tiempo buscando oportunidades en el exterior con vistas a la diversificación geográfica de su negocio y ante la perspectiva de que perderá el monopolio del transporte de viajeros en dos años. En este sentido, la compañía pública compitió por ser operador de alta velocidad en EEUU, aunque finalmente quedó relegada por la alemana Deutsche Bahn. También hizo lo propio con la segunda línea de AVE en Reino Unido, igualmente sin éxito.

Diversificación geográfica

La actividad internacional de Renfe está focalizada en Arabia Saudí, toda vez que será la encargada de operar la primera línea de alta velocidad en el país, que une las ciudades santas de La Meca y Medina. Además de la construcción del trazado, el consorcio Al-Shoula, del que forma parte Renfe, tiene encomendada la operación del servicio por un periodo de doce años.

A finales de 2015, el Departamento de Transportes del Reino Unido introdujo un nuevo sistema para obtener licencias para operar en la red con el fin de simplificar el proceso que hasta entonces estaba en vigor. En principio, ofreció hasta 25 plazas, aunque actualmente tan sólo eran once los supervivientes de la relación debido que algunos habían unido sus destinos a través de fusiones y otros habían decidido renunciar.

Las autoridades británicas decidieron incrementar el número hasta 18. Entre los siete nuevos grupos con posibilidades de optar a una licencia de operación también figura la compañía pública francesa SNCF, que igualmente figura en el registro especial ferroviario de España con su certificado de seguridad.

Una liberalización fallida

España no abrirá el mercado de transporte de viajeros por vía férrea hasta 2021, cuando entrará en vigor la obligación de la Comisión Europea de liberalizar el sector. El primer Gobierno de Mariano Rajoy avanzó en el proceso para conceder un título habilitante que permitiera la entrada de una empresa privada en el sector, concretamente en la línea de alta velocidad Madrid-Levante. Sin embargo, el título ni siquiera llegó a licitarse. Las dificultades a la hora de llegar a un acuerdo con las empresas privadas que aspiraban a participar en el proceso hicieron que éste fuera inviable.

De esta forma, el Ejecutivo decidió esperar a trasponer el denominado cuarto paquete ferroviario y apurar los plazos dados por Bruselas para abrir el mercado. Renfe Viajeros tendrá competencia a partir de enero de 2021. Mientras, además de rearmarse todo lo posible en España, tratará de abrirse camino en el exterior.

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