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Economía

Así logró una abuela echar de su casa a una okupa profesional de pisos de lujo

Así logró una abuela echar de su casa a una okupa profesional de pisos de lujo

Ante la ocupación ilegal de una vivienda, el pequeño propietario tiene pocas opciones, y todas ellas suponen un gasto adicional y una demora en el tiempo insufrible. El afectado puede denunciar la entrada en la vivienda en los juzgados, o contratar a una empresa especializada en desalojos. O también puede llamar a Paz Ortiz, una mujer, septuagenaria, abuela, y escuchar cómo el pasado año logró echar de su casa a una 'okupa' profesional de pisos de lujo.

"Estaba ingresada en el hospital, con una hernia de disco", recuerda Paz Ortiz. "Tenía mi casa puesta en alquiler, una casa de 160 metros cuadrados, en una de las mejores zonas del centro de Madrid; vivo de ese alquiler, son mis ingresos, mis ahorros de toda una vida".

La gestora que había contratado para alquilar la casa le ofreció la posibilidad de hacerlo a una mujer que había mostrado mucho interés por entrar a vivir ahí cuanto antes. "Mi hija se vio con la mujer, y la impresión que nos dio fue estupenda", recuerda Paz. "Iba vestida elegantemente, de punta en blanco, nos contó que era de buena familia, del norte, que era viuda, y tenía dos hijos pequeños, que era directora general en una empresa...".

"Le dije que como no se fuera le iba a pegar una patada en todas sus partes que se iba a enterar"

"Cuando salí del hospital quedamos para firmar el contrato. Nos pagó media fianza y se comprometió a pagar el resto y el primer mes cuando terminara el traslado", indica Paz. "De verdad que tenía una pinta impresionante la mujer".

Al cabo de una semana "fui a verla a mi casa, donde ya se había instalado; no me había llegado el dinero comprometido, y me aseguró que sí que me había hecho la transferencia, y me enseñó papeles, pero que debía haber un problema con el banco, decía".

Paz Ortiz se fue a ver al director de la oficina de su banco, quien le explicó que los papeles que acreditaban esa supuesta transferencia no eran legales. "Ahí ya me mosqueé, pasó una semana, dos, y no recibía el dinero, así que en la familia nos pusimos a investigar sobre esta mujer que se había metido en mi casa".

Los hijos de Paz Ortiz descubrieron entonces que la misma mujer a la que habían alquilado su casa estaba denunciada por ocupar ilegalmente otra vivienda.

"Nos pusimos en contacto con el señor que le había alquilado antes su casa, una vivienda de lujo en El Viso [uno de los barrios más ricos de Madrid, situado en el distrito de Chamartín] y nos contó que estuvo en su casa ilegalmente cerca de dos años, que no había pagado nada, que era mentira que fuera viuda, que la había denunciado, pero que todavía ni siquiera había habido juicio, que se había gastado una fortuna en abogados, y que se había enterado de que con anterioridad había también vivido ilegalmente de alquiler en otra casa, que si le cortaba la luz o el agua entonces sería yo la denunciada".

'Asustar y no dar' fue la estrategia seguida por Paz Ortiz para echar de su casa a una ocupa profesional de pisos de lujo

A partir de ese momento, Paz Ortiz optó por presionar todo lo posible. "Asustar y no dar", fue la estrategia seguida, comenta.

"Me presenté en lo que se suponía que era su empresa, su trabajo... Era un antro, creo que también su empresa debe ser una estafa, y ahí avisé de que su directora general era una estafadora, lo dije delante de todo el mundo que allí había", recuerda.

"Y después me fui a la casa. Allí me tiré horas, no me abría la puerta, no dejé de llamar al timbre y al telefonillo, todos los vecinos se enteraron de lo que estaba pasando, también el conserje, tengo muy buena relación con todos ellos, he vivido ahí durante 30 años con mi familia".

Paz Ortiz estuvo un par de días llamando sin parar al timbre de su casa ocupada, hasta que la inquilina abrió la puerta. "Vi que la casa estaba hecha un desastre, tenía un perro grandísimo que lo estaba poniendo todo perdido... Le dije que llamara de inmediato a la mudanza y que se fuera, que si no lo hacía, le iba a pegar una patada en todas sus partes que se iba a enterar...", cuenta.

El Gobierno ha aprobado esta semana el decreto de apoyo a situaciones de vulnerabilidad en el ámbito de la vivienda

La inquilina respondió llamando a la policía. "Se presentaron dos policías nacionales, y cuando llegaron, antes de nada, fui yo la que les contó lo que había pasado, que esa mujer había entrado ilegalmente en mi casa", señala. "Los policías se fueron como vinieron, me dijeron que no podían hacer nada".

Paz Ortiz siguió insistiendo, permaneciendo en la puerta de su casa, en el hall del inmueble. "Hasta que la mujer se dio por vencida, quería evitar el escándalo, y se fue; llamó a la misma mudanza que había contratado para poner sus muebles, y los de la mudanza me dijeron que no era la primera vez que les pasaba con esta clienta". 

"Fue violento, porque sí que era verdad que tenía hijos a su cargo; le dije que cómo podía hacer eso, que por qué no se buscaba una vivienda más humilde, más acorde con sus ingresos", apunta. "Me había gastado 15.000 euros en reformar la casa para poder alquilarla bien, y cuando entré las paredes estaban sucias, una puerta rota, el trastero donde dejaba al perro tuve que desinfectarlo...", lamenta. 

En España, cerca de 100.000 viviendas están ocupadas de forma irregular. En muchos casos se trata de familias vulnerables con pocas más opciones que la ocupación; pero también hay numerosos casos de ocupas profesionales, mafias, que se conocen todos los recovecos legales para poder ocupar una vivienda el máximo tiempo posible.

El Gobierno ha aprobado esta semana el Real Decreto-ley 37/2020, de medidas urgentes para hacer frente a las situaciones de vulnerabilidad social y económica en el ámbito de la vivienda y en materia de transportes. Los fondos de inversión -los propietarios de vivienda preferidos por las mafias- advierten que supondrá una llamada a la ocupación ilegal.

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