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Economía

Bruselas se da por satisfecha y no pedirá mayores ajustes si se incumple con el déficit de 2013

Cristóbal Montoro durante una comparecencia de prensa

Aunque en Hacienda se asegura que el déficit está controlado, Montoro tiene vía libre para desviarse del 6,5% fijado por Bruselas. No habrá represalias. La Comisión se conforma con un ajuste estructural y que por lo tanto no tenga en cuenta la caída del ciclo económico del 1,1 por ciento del PIB, requisito con el que ya cumple Montoro.

Sin embargo, según fuentes europeas sí que se espera un esfuerzo muy importante para 2015, año en el que BBVA considera que hará falta un ajuste de 9.000 millones. Y la próxima reforma fiscal que prepara Hacienda tendrá que apuntar cifras que justifiquen tamaño ajuste.

A mediados de enero de 2014, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, comparece ante el Parlamento europeo y es vapuleado una pregunta tras otra. Los eurodiputados inician una investigación sobre las actuaciones de la Troika y la presión sobre la labor del Ejecutivo comunitario en los rescates se dispara a escasos meses de las elecciones europeas de mayo. Hay que hacer frente al euroescepticismo rampante y defender las decisiones adoptadas durante la crisis.

El diagnóstico en Bruselas es que el esfuerzo de 2014 para bajar el déficit hasta el 5,8% es más o menos factible. El gran muro se levanta en 2015.

Y España se convierte en el mejor ejemplo a mano de que las políticas funcionan. En Bruselas hay una gran avidez de buenas noticias sobre la economía española. Se trata de realzar todo lo positivo sobre España y obviar lo negativo. El diagnóstico en los pasillos de Bruselas es que el esfuerzo de 2014 para bajar el déficit hasta el 5,8 por ciento es más o menos factible. El gran muro cual Tourmalet se levanta en el 2015, año en el que hay que reducir el déficit en unos 16.000 millones hasta el 4,2 por ciento del PIB.

De acuerdo con las estimaciones de BBVA, harán falta unos 9.000 millones adicionales de ajuste para alcanzar la meta en ese ejercicio, inmersos por si fuera poco en una campaña electoral. Y justamente una parte de ese ajuste es lo que espera ver la Comisión en la reforma fiscal sobre la que trabaja Hacienda. “Hay un consenso en Europa para dar una patada hacia delante al problema”, subrayan fuentes conocedoras de los entresijos de Bruselas.

“La actual Comisión está de salida. La nueva no tomará posesión hasta otoño y no querrá empezar propinando un palo. Así que este año se da por perdido. También hay que tener en cuenta que 2013 ha sido un año de recesión”, explican.

Cosa distinta es la presión que ejerce el BCE para que se prosiga con los ajustes. No en vano, en las palabras de Draghi siempre subyace la idea de que el aval del banco central tan sólo compra tiempo y los gobiernos deben aprovecharlo para llevar a cabo las reformas. Además, el Gobierno de Rajoy tendrá mucho más difícil librarse de un expediente por Desequilibrios Macroeconómicos si yerra en el déficit.

Pese a que fuentes gubernamentales reiteran que la recaudación en diciembre ha sido espectacular, con las cifras de los primeros tres trimestres sobre la mesa se antoja difícil el cumplimiento. Y organismos tan prestigiosos como Funcas, BBVA y Fedea así lo constatan. Hacienda probablemente está a la espera de recibir las cifras del superávit de los ayuntamientos, que podrían compensar parte de la desviación. Municipios como Madrid ya registran datos internos muy esperanzadores, señalan fuentes cercanas al Ministerio.

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