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Economía

Arabia Saudí, primer productor mundial de petróleo, se embarca en la energía nuclear

El Rey de Arabia Saudí Salman bin Abdulaziz Al Saud

Sacudida en los mercados de materias primas. Arabia Saudí, el indiscutible primer productor mundial de petróleo, ha anunciado su entrada en la generación de energía nuclear, con la intención de convertirse en un país autosuficiente en esta fuente a medio plazo.

La noticia, dada a conocer en el marco de una conferencia de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, llega poco después de que Arabia Saudí ratificara su compromiso de extender hasta finales de 2018 los recortes de producción acordados en la OPEP y a los que, en principio, parece querer sumarse Rusia. Un movimiento que llevó al barril de crudo Brent a alcanzar la cota de 60 dólares por vez primera en los últimos dos años.

La decisión del Gobierno saudí se enmarca en su proyecto Saudi Vision 2030, cuyo objetivo es ir reduciendo la dependencia del petróleo de la economía. El país comenzará a extraer uranio en su propio territorio con el fin de producir combustible nuclear. Para finales del próximo año prevé tener listos sus dos primeros reactores, que no serán ni mucho menos los últimos.

Arabia Saudí es el segundo país de la región que opta por embarcarse en la generación de energía nuclear, después de Emiratos Árabes Unidos, que ya encargó su primer reactor, listo para comienzos de 2018. A partir de ahora, Arabia Saudí pondrá en marcha un plan para diseñar una nueva legislación que regule la actividad nuclear, una normativa que podría estar lista en la segunda mitad de 2018.

Pendientes de la OPV de Aramco

Los planes de las autoridades saudíes pasan por contar con cerca de 18 gigawatios de potencia instalada para comienzos de la década de los 30, precisamente el objetivo del ambicioso plan que tiene como fin que la economía local pueda prescindir por completo del petróleo. Para lograr este objetivo, Arabia Saudí debe instalar 17 reactores nucleares hasta esa fecha.

Hace unos días, el Gobierno saudí confirmó que sigue adelante con otra de las operaciones que marcará su futuro energético: la salida a Bolsa de la petrolera estatal Saudi Aramco, custodia de las reservas de crudo del principal productor mundial. La hoja de ruta para la que será la mayor OPV de la historia se mantiene para que la compañía dé su salto al parqué en la segunda mitad de 2018.

Los principales mercados bursátiles del mundo pelean por acoger una operación que ha despertado el recelo de algunos expertos por el hecho de que el estado saudí tan sólo pondrá a la venta un 5% de la compañía. De hecho, estos recelos han sido incluso expresados por altos cargos de la Bolsa de Londres, una de las que aspira a recibir las acciones de Saudi Aramco.

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