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Benzema I de Inglaterra toma Stamford Bridge y deja la eliminatoria vista para sentencia en el Bernabeu

El '9' galo ha dado toda una cátedra de fútbol en el campo del Chelsea para dejar muy de cara el pase a semifinales de la Champions League

¡Qué bonita es la Champions y qué bien le sienta al Real Madrid! Los de Carlo Ancelotti toman Stamford Bridge con el 'Zid' Karim Benzema en modo Santillana. La eliminatoria queda vista para sentencia la próxima semana en el Santiago Bernabeu y todo pinta muy bien para los blancos gracias a los goles, golazos mejor dicho, de su '9' que dejaron al Chelsea contra las cuerdas.

Los tres goles del francés, dos cabezazos inapelables en la primera parte y otro nada más comenzar la segunda gracias a un error del portero del Chelsea, le permite al Real Madrid dar un gran paso de gigante que le aproxima a una nueva semifinal de Champions.

La temporada del '9' blanco es digna de enmarcar. Lejos de su excelso juego, sus estadísticas van dedicadas para aquellos que dudaban de su puntería y le apodaban de "gato". En lo que va de temporada, el galo ha marcados 37 goles en 36 partidos oficiales con el conjunto merengue y para mayor calado. Este 'minino' lleva 11 goles en 8 partidos de esta Champions League. Como él mismo dice, juega "para la gente que sabe y le gusta el fútbol".

Pero, lejos de enmarcar las hazañas del ariete madridista, este Madrid es diferente al que en las dos últimas citas ligueras se ha visto. Los Ancelotti jugaron un serio y rocoso partido con una presión axfisiante durante casi la totalidad de los 90 minutos.

Querido Kylian Mbappé, estas noches mágicas de Champions como la que viviste en tus propias carnes en la pasada eliminatoria y la presenciada esta noche solo se viven en el Real Madrid. Toma nota.

El espíritu de Santillana se apoderó de Benzema

Vinicius descorchó la primera botella con un zapatazo al larguero cuando tan solo habían transcurrido diez minutos. El brasileño se lo pasó pipa hincando el diente en la defensa londinense y fue letal en la asociación con Benzema, su mejor socio en los metros finales. Una combinación exquisita fue el camino del primer gol. El delantero galo culminó en la mismísima escuadra con un testarazo de maestro.

El gol dejó sin respuesta a un Chelsea que solo había reclamado su sitio con una falta al borde del área ejecutada por James. Tan solo tres minutos después llegó el 0-2 con otro cabezazo de Benzema, en esta ocasión asistido por Modric. El '9' merengue saltó a contrapié y puso el cuero en el lugar más inaccesible para Mendy, otro conejo en la chistera.

Los de Thomas Tuchel, que no viven sus mejores días, avivaron sus dudas en los minutos posteriores con la presión del Real Madrid, que fue interminable. Carvajal y Militao, que se perderá la vuelta por tarjetas, tuvieron la opción de sorprender a los 'blues' en sendas contras, oxigenados ambos por Valverde, la gran apuesta de Ancelotti y su gran acierto. El técnico italiano encontró en el uruguayo el punto de equilibrio que tanto demanda, imprescindible en defensa y más que correcto en ataque.

El Chelsea despertó con más posesión, subió el nivel de presión y se volcó en el balón parado. A cinco minutos del descanso encontró el premio con un remate de cabeza de Havertz tras un caramelo de Jorginho. Un gol que ilusionó a la afición local dando vida a la eliminatoria. Eso sí, hasta que Benzema quiso.

Un segundo asalto para hacer bueno el primero

El ariete francés ya perdonó, de forma extraña, un mano a mano al borde del descanso y no se mojó su fusil cuando Mendy y Rudiger le hicieron un regalo nada más comenzar el segundo acto. La indecisión del portero local permitió a Benzema completar su noche perfecta, su diana número 37 en esta temporada, el tanto que lo cambiaba todo y dejaba tiritando a su rival.

Azpilicueta sacó el orgullo tras el 1-3 con un zurriagazo bestial que Courtois mandó a córner y Lukaku perdonó pasada la media hora con un cabezazo solo en el corazón del área. Al margen de estas situaciones, el Real Madrid se defendió bien, se adaptó a lo que pedía cada momento e incluso pudo haber ampliado su ventaja en algún contraataque.

James tuvo la última para el Chelsea con un disparo seco -que también paró Courtois-, pero no hubo mucho más de los ingleses, que murieron de forma clara ante el hambre y la ambición de una plantilla que no se cansa de agrandar su leyenda en Europa y de seguir alimentando la bestia. El Real Madrid quiere otra más. La decimocuarta.

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