Quantcast

El Buscón

La curiosa tumba del PSOE en el cementerio civil de Madrid

Tumba del PSOE en el Cementerio Civil de Madrid.

El cementerio Civil de Madrid se ha convertido, como pasa en muchos países del mundo, en un atractivo para los amantes de la historia e incluso para los turistas. Los curiosos pasean entre ilustres políticos, poetas, intelectuales, militares e incluso algún obispo no católico.

Se inauguró con Maravilla Leal González, una joven que se suicidó en 1884, y que por exigencias de la iglesia de entonces no pudo ser enterrada en tierra bendecida. En poco menos de una hora se puede ver la última morada de personajes como 'Pasionaria', Pi y Margall, Giner de los Ríos, Marcelino Camacho,…o militares famosos durante la guerra civil.

Una de las más visitadas, y a la que nunca faltan flores, es la de Julián Grimau, fusilado por el régimen de Franco o la de Ramón García Sanz ajusticiado en 1975 en la decadencia del régimen. En este cementerio ocupa lugar destacado la tumba de Pablo Iglesias, fundador del PSOE, y no muy lejos están las de Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero, personajes también importantes en la historia del partido.

El cementerio está muy descuidado, y la empresa concesionaria, gestionada por la privada Funespaña, señala que las tumbas, muchas de ellas hundidas, deben ser cuidadas por sus propietarios

Los curiosos que pasean estos días hacen bromas sobre una de las tumbas del cementerio en la que hay una gran losa en la que se puede ver grabado un nombre: “PSOE”. Las bromas, según le dice a este buscón un estudioso del lugar, son estos días constantes. Sin embargo, si uno se fija se puede ver que la tumba, aunque pueda pertenecer al PSOE, contiene los restos de Ramón Hernández Delgado. Hernández estuvo en la Guerra Civil española y fue condenado a muerte, pero la pena le fue conmutada por 30 años de prisión.

Salió en libertad vigilada en el año 1943 y fue detenido luego varias veces más. Llegó a ser secretario general de la UGT y el PSOE, que lo enterró bajo sus siglas en 1984. El cementerio civil está en líneas generales mal cuidado, frente a su vecino el judío que está impecable y limpio.

La empresa concesionaria, gestionada por la privada Funespaña, señala que las tumbas, muchas de ellas hundidas, deben ser cuidadas por sus propietarios. Sin embargo, no parece que tenga el mismo criterio con el cementerio de La Almudena donde se han desalojado muchos nichos que amenazaban ruina y se han acometido obras de reforma.

Izquierda Unida ha tenido en los últimos años varias iniciativas para que se arregle el aspecto general del lugar, que posiblemente se reformará cuando en septiembre la concesión vuelva al Ayuntamiento de Madrid.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.