La piel no solo es el órgano más grande de nuestro organismo, sino su barrera natural ante las agresiones externas. Y esto vale para todo el año. Frente a la extendida creencia de que es en verano cuando más debemos protegerla (que también), el invierno tampoco se lo pone fácil a nuestra piel: el frío, las calefacciones o el viento cortante propios de los meses invernales requieren cuidados específicos para mantener en las mejores condiciones nuestra primera frontera hacia el exterior. Más aún, es la época idónea para realizar tratamientos terapéuticos que en verano no son aconsejables.
Así lo advierte la doctora Isabel González Partida, especialista en medicina estética del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar (Cádiz), cuya experiencia en consulta le demuestra que no solemos dar a las agresiones medioambientales a nuestra piel la importancia que tienen. “Muchas pacientes vienen por norma en verano para cuidarla y protegerla. Pero lo que la mayoría parece desconocer es que las condiciones climatológicas y ambientales del invierno deshidratan y alteran la barrera cutánea de protección, haciendo nuestra piel vulnerable”, explica, de ahí que “en esta época del año la rutina de cuidado diario de la piel se hace imprescindible”.
En la opinión experta de la doctora González Partida, bastan cinco pautas para que nuestra piel supere con éxito los envites del invierno y, además, afrontemos la temporada cálida de primavera y verano en las mejores condiciones.
Todas estas acciones harán que nuestra piel evite o minimice los efectos nocivos de los meses fríos y la preparará para el resto del año. Y para los pacientes más exigentes, la especialista del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar aconseja otros tratamientos de efectividad probada como la toxina botulínica para arrugas de expresión o implantes de relleno para recuperar volúmenes perdidos, mejorar el perfil facial, devolver a la piel el esplendor perdido y protegerla para el futuro.