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Emplazada en el sureste de la Comunidad de Madrid, la comarca de Las Vegas y La Alcarria es una de las más desconocidas y, al mismo tiempo, más conectadas con la naturaleza de Madrid. Un paraíso natural donde es posible bajar la velocidad de la vida cotidiana para perderse en alguno de sus muchos rincones y parajes con encanto. Unas tierras llenas misterio, tranquilidad, vinos, gastronomía, paisajes, historia y planes para realizar con amigos, en pareja o con la familia. Estos son algunos de esos horizontes infinitos de Las Vegas y La Alcarria en forma de rutas para recorrer a pie o en bicicleta.
Esta primera ruta propone una serie de agradables paseos por los dominios de los habitantes más antiguos de estas tierras: sus árboles centenarios. Y es que muchos ejemplares de encinas y otros árboles catalogados como Singulares por la Comunidad de Madrid se alzan en este territorio.
Los numerosos y espectaculares miradores, como el del Pico Peña Bermeja, a las afueras de la localidad de Los Santos de la Humosa, o el de la Peña Huevera, en Valdelaguna, permiten disfrutar de esos horizontes infinitos que caracterizan a esta comarca. Un ático natural desde el que es posible disfrutar de espléndidos atardeceres o asomarse a las campiñas y vegas de esta parte de Madrid.
Numerosos y espectaculares miradores permiten disfrutar de esos horizontes infinitos que caracterizan a esta comarca
Los aficionados a la ornitología también tienen una cita con la observación de una gran variedad de aves migratorias en lugares como la laguna de San Juan, en Chinchón, una de las mayores reservas de aves de la Comunidad de Madrid; los humedales de Casasola o San Galindo, o en la ruta de Los Cortados, en Titulcia.
El Tajo recorre la comarca de Las Vegas, creando a su paso pequeños vergeles en los que es posible refrescarse en los días más calurosos. El principal de ellos se encuentra en la localidad de Estremera, donde sorprende la presencia de la playa de Los Villares, único punto en el que los madrileños pueden bañarse en este río.
Siguiendo el curso del Tajo se abren numerosos caminos para pasear y disfrutar de la naturaleza. Una de esas rutas parte desde Villamanrique, una senda ecológica que arranca en el área recreativa de Las Cuevas y desciende aguas abajo, atravesando campos de cultivo de maíz, espárragos y cereales. Una ruta de dificultad baja y 4 km de distancia, perfectamente señalizada y desde la que se pueden ver y escuchar los reclamos de aves como fochas comunes, gallinetas y ánades reales o azulones.
Villarejo de Salvanés es el municipio desde el que parte la ruta al Pinar de la Encomienda, senda que brinda al paseante la oportunidad de conocer el último bosque natural de pino carrasco que se mantiene en la Comunidad de Madrid.
Por su parte, la ruta de Valdecabañas, en Belmonte de Tajo, es un recorrido en el que destaca una vegetación frondosa y variada, formada por encinas, quejigos, olivos y pinos. El camino está jalonado por un gran número de manantiales y fuentes. Otras rutas ideales para recorrer en familia y conocer esta comarca en las estaciones en las que la naturaleza se viste con sus mejores galas y va cambiando sus tonalidades son Vereda del Cristo (Colmenar de Oreja), Las Fuentes (Valdelaguna), Barranco de Villacabras (Villaconejos), Pinar (Valdidecha) y Cerro del Banderín y Barranco de los Lobos (Valdaracete).
Los territorios de La Alcarria madrileña y de las campiñas del Henares lucen espectaculares en primavera, cuando todos los cultivos acaban de germinar. Numerosas rutas permiten contemplar esta belleza a caballo o en bicicleta de montaña. Largos senderos de tierra sin tráfico rodado y rodeados de interminables mares de trigo como la Senda Fuente del Arca (Ambite), la de Anchuelo/Santorcaz, el paseo por los cultivos de Campo Real, la ruta de los Manantiales (Corpa), los Caminos Ganaderos (Pezuela de las Torres), la ruta del Ecce Homo (Los Santos de la Humosa) o la de la Cañada de las Merinas y el Anillo de la Alcarria (Olmeda e las Fuentes).
Se trata de una de las vías imprescindibles para los aficionados al senderismo y al ciclismo en la Comunidad de Madrid. Esta ruta, que discurre junto al río del mismo nombre por un agradable paisaje de vegas, es muy fácil de seguir, ya que toda ella cuenta con un firme de asfalto de inconfundible color rojo. El recorrido empieza en Arganda del Rey y discurre a lo largo de 49 km. hasta Ambite. Es perfecta para disfrutarla tanto en bicicleta, andando o incluso en patines.
Algunos de sus tramos, como los que transitan de Morata a Perales, dejan a su paso impactantes testimonios de la Guerra Civil. Pasado Perales, se puede admirar el singular risco de Las Cuevas. También destaca el tramo hasta Orusco de Tajuña, que discurre entre paredes de roca excavadas para la vía del tren, pasando en ocasiones bajo puentes de piedra, uno de los tramos más fotogénicos de la ruta. En las proximidades del destino final, Ambite, está el tramo más agradable de la Vía Verde, atravesando pequeños puentes, arboledas y acantilados sobre el río Tajuña.
La Ruta de la Vía del Ferrocarril de los 40 Días es la que tiene mayor valor histórico y patrimonial de todas, además de un gran atractivo turístico para quien deseé conocer un pedazo más de historia de la Guerra Civil Española. Durante los años 1937 y 1938 está vía sirvió para proveer de alimentos y armas a la capital de la República – Madrid -. Hoy en día es un agradable paseo de 15 km. (el tramo que va de Carabaña a Estremera) y de 12 km. en el tramo que pasa por Villar del Olmo. Ideal para hacer en bicicleta, esta vía permite conocer vestigios de la Guerra Civil, como túneles y trincheras.
Estas bonitas y sencillas rutas aprovechan el trazado de la Cañada Real Soriana Oriental, una de las nueve Cañadas Reales que surcan la península ibérica de norte a sur y una de las cuatro que atraviesan la Comunidad de Madrid. Su camino discurre por La Alcarria madrileña entre campiñas, páramos y vegas, permitiendo al viajero disfrutar del paisaje agrícola que marca la actividad principal de las comunidades rurales de Brea de Tajo, Valdaracete y Fuentidueña de Tajo, y, trasladándole a un tiempo, no tan lejano, en el que numerosos rebaños surcaban estos caminos en un duro viaje en busca de alimento.
Más información: https://vegasyalcarriamadrid.com/