La pasarela Centenary Tree Canopy Walkway en Ciudad del Cabo, tiene 130 metros de largo, 2 metros de ancho y 12 metros de altura, y se ubica entre los cuatrocientos árboles de una reserva natural, sobrevolando sus copas en algunos tramos.

Nevadas que acaban en riadas, sequías que acaban en desiertos. En medio nosotros, con esta ilimitada capacidad de convertirnos tanto en inundación como en aridez. Siempre haciendo manar lo menos necesario que es la ignorancia y la falta de respeto hacia lo que nos hace posibles, como el agua.

Los árboles están de gala para todos aquellos que quieren disfrutar. La gran biodiversidad de España y las posibilidades del otoño se alían y nos proponen opciones perfectas para una escapada rural de fin de semana. Nos calzamos unas buenas botas y nos preparamos para la explosión de colores y olores de este, de momento, caluroso otoño. 

Las lluvias de septiembre, a las que se han sumado las de octubre, han resultado mucho más que oportunas. Especialmente en amplias zonas del Levante, donde este año se han batido todos los peores registros de sequía de la historia, al menos desde que contamos con estadística meteorológica. Han reverdecido los secarrales ibéricos y los árboles han dado un sorbo de esplendor que ha contagiado al paisaje entero. Por los aires nos invaden millones de alas tiritando y del suelo brota a borbotones un tesoro que la mayoría no valora.

Un centro plagado de casas blancas de madera como de cuento, un puerto marítimo de postal, frenética actividad cultural y además, animada vida nocturna. Si juntáramos todo eso en un cóctel y añadiéramos como telón de fondo la naturaleza en su estado más puro, obtendríamos la sorprendente ciudad de Stavanger, uno de los secretos mejor guardados de Noruega.

Islas paradisiacas, senderos de montaña, playas salvajes y pedacitos de selva en el salón de tu casa. Verdaderos paisajes en miniatura a los que contemplar durante horas sin cansarnos. El mundo de la acuariofilia ha cambiado para siempre. Se impone el acuario natural, donde las plantas acuáticas, la madera y la roca son las protagonistas y los peces un complemento. Se acabó la planta de plástico cutre y el castillo de la cenicienta sobre una gravilla de colores.

Sabemos que la inmensa mayoría de las personas usa, como mucho, unas dos mil palabras para comunicarse con los que comparten su idioma. Los llamados cultos llegan a triplicar esa cifra. 

Nuestras campiñas son un gigantesco óvulo al que el tiempo -eficaz y eficiente espermatozoide- preña regularmente en semanas como las que vamos a transitar: la primavera. Me propongo ordeñar el término por si consigo que seamos más conscientes de lo que está sucediendo y casi nunca es noticia.