Panorámica de Buitrago del Lozoya.
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A los pies del río Lozoya, a unos 70 kilómetros de Madrid capital, se erige Buitrago del Lozoya, una Villa de Madrid cuya localización geográfica la ha convertido en centro de atención de culturas muy diversas y tránsito de viajeros a lo largo de su ya dilatada historia, que se remonta al Siglo XI. Plaza militar estratégica, cristianos y musulmanes se alternaron su dominio durante la Edad Media, y fue objeto del deseo de ejércitos de todas las épocas, desde los soldados napoleónicos hasta republicanos y franquistas durante la Guerra Civil. Y es que situada al pie del puerto de Somosierra, esta localidad amurallada y fortificada actúa como frontera natural entre las dos Castillas, un rasgo que marca carácter y que hoy sigue atrayendo a miles de visitantes cada año.
Situada al pie del puerto de Somosierra, esta localidad amurallada y fortificada actúa como frontera natural entre las dos Castillas
Y es que, además de sus muchos atractivos históricos y culturales, Buitrago también ofrece otros puntos de interés al visitante. “Cada año vienen muchísimas personas a realizar numerosas actividades deportivas y de turismo activo, como rutas a caballo, paseos en piragua o senderismo”, comenta Iván Barral, responsable de la Oficina de Turismo de Buitrago del Lozoya.
Recorrer los 800 metros de perímetro de su muralla es una excelente forma de comenzar la visita a esta Villa de Madrid. “Tenemos el recinto amurallado más largo y mejor conservado de la Comunidad de Madrid”, apunta Iván Barral. Declarada monumento nacional desde 1931, esta construcción defensiva rodea el casco antiguo de la ciudad. La muralla presenta menor altura y grosor en los tramos en los que limita con el río Lozoya (muralla baja), que actúa como foso y protección natural. Uno de los puntos más recomendables para acceder a la muralla es el Jardín Medieval, un pequeño parque lleno de encanto desde el que es posible subir al adarve bajo.
En el lado sur de la ciudad se levanta la llamada muralla alta. En ella pueden apreciarse aún los restos de las antiguas defensas musulmanas bajo una nueva construcción cristiana. Sobre sus muros se encuentra ubicado otro de los atractivos turísticos de la ciudad, la exposición permanente “Dos siglos de artillería”, que recoge reproducciones realistas y a tamaño natural de catapultas, lanzapiedras, ballestas y otras máquinas de asedio que fueron usadas en la defensa de fortificaciones de épocas medievales y hasta romanas. Se trata, “la exposición de armas más grande del mundo encima de una muralla”, recuerda el historiador Vicente Blázquez, uno de los responsables de la exposición.
La muralla está rematada por la Torre del Reloj. De 16 metros de altura y planta pentagonal, esta torre fue construida en el siglo XIV con funciones de observación y defensa. El reloj del que recibe su nombre está equipado con una maquinaria que data del siglo XIX y una esfera de mediados del XX.
Todo pueblo medieval que se precie tiene su castillo, y Buitrago del Lozoya no es una excepción a esa regla. Su alcazaba se levanta a los pies del río y junto a la coracha. Fue levantado en estilo gótico-mudéjar en el siglo XV, integrado perfectamente en el recorrido del recinto amurallado. De planta rectangular y con un patio de armas que ha sido recientemente reabierto, en su momento de máximo esplendor fue residencia de personajes como la reina Juana de Portugal y su hija Juana la Beltraneja. Su estado de conservación hoy, sin embargo, es limitado debido al severo deterioro que sufrió durante los siglos XIX y XX. En la actualidad es aprovechado como espacio para la celebración de distintos eventos culturales. Mención especial merece la coracha, un apéndice de la muralla que penetra en el río desde uno de los extremos del castillo.
De estilo gótico, la iglesia de Santa Maria del Castillo se terminó de construir a principios del siglo XIV, posiblemente sobre una antigua mezquita. Es la única parroquia que se mantiene en pie de las cuatro que llegó a tener Buitrago en esa época. Este templo es el mejor exponente del crisol de culturas que desde siempre ha caracterizado a esta villa, como prueban las numerosas referencias a los distintos credos, cristiano, ortodoxo, musulmán y judío, que se encuentran en su decoración interior. A destacar el artesonado del siglo XV que cubre el altar mayor, procedente del antiguo hospital de San Salvador. Restaurada en numerosas ocasiones, su nave original gótica fue reconstruida en estilo mudéjar tras desplomarse su techo en el incendio de 1936, en el que se perdieron numerosos retablos e imágenes.
Pero no todo es medievo en Buitrago. Una de las gratas sorpresas que aguardan al visitante que se acerca al pueblo es un pequeño museo cuya historia es casi tan valiosa como su contenido. Y es que el Museo Picasso “Colección Eugenio Arias” nace de la amistad que entablaron el inmortal pintor malagueño con un vecino de Buitrago al que conoció en su compartido exilio francés. Eugenio Arias fue barbero, confidente y amigo íntimo de Picasso desde 1948 hasta el final de la vida del artista. Fruto de esa relación, el pintor regaló a Arias multitud de carteles, cerámicas, litografías o dibujos procedentes de su mano. Un legado de gran valor que a su regreso a España Arias donó al ayuntamiento de su ciudad natal y que desde 1985 constituye uno de los grandes atractivos de Buitrago.
Más información:
https://turismo.buitrago.org/
https://www.turismomadrid.es/es/descubre/villas-de-madrid/buitrago-del-lozoya.html