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Bienestar

El poder natural de las abejas: beneficios de la jalea, la miel y el propóleo

Las abejas nos proporcionan materias orgánicas muy valoradas por sus propiedades nutritivas, antioxidantes protectoras, antibacterianas y antifúngicas

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El poder natural de las abejas: beneficios de la jalea, la miel y el propóleo. Pixabay

Las abejas no solo son esenciales para la diversidad de las plantas gracias a la polinización, sino que los productos derivados de estos pequeños insectos tienen grandes beneficios para la salud de los seres humanos. Por eso, su preservación nos beneficia a todos y es importante conocer qué propiedades de esos productos nos ayudan a tener un organismo más fuerte y durante más años. 

Existen más de 20.000 especies de abejas, más del 85 por ciento de las cuales son solitarias y no viven en colmenas. Además, el 80 por ciento de las especies de abejas silvestres anidan en túneles subterráneos u otras estructuras hechas de barro, resina de plantas e incluso caparazones de caracoles.

Gracias a la actividad de las abejas, se puede producir miel, polen, jalea y cera, materias orgánicas muy valoradas desde hace más de 2.000 años por sus propiedades nutritivas, antioxidantes, protectoras, antibacterianas y antifúngicas. Pero, ¿cuáles son los beneficios individuales de estos productos que se usan tanto en alimentación como en cosmética o medicina tradicional?

El polen de las abejas

El polen lo elaboran las propias abejas una vez que lo transportan de las plantas al panal. Tiene una apariencia en forma de gránulos amarillos o anaranjados que puede consumir en grano, polvo o en cápsulas en forma de suplemento. Este producto destaca por su alto nivel de proteínas y vitaminas que aportan importantes beneficios a nuestra salud.

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Los productos derivados de las abejas tienen grandes beneficios para la salud.Pixabay

Sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas combaten las diarreas y el estreñimiento, por lo que facilitan así las digestiones y hacen que el sistema digestivo funcione a la perfección. Además reducen el dolor y las molestias que causan estos problemas al mismo tiempo que reducen la hinchazón abdominal. 

El zinc y la vitamina C que contiene se encargan de prevenir la oxidación celular que afecta a los ojos con el paso del tiempo, por lo que es bueno par prevenir futuras enfermedades oculares como las cataratas. Además, el polen tiene un efecto calmante para momentos de estrés o ansiedad y estimula la capacidad intelectual, nos da más energía, combate la fatiga y la tensión baja.

Si hablamos de sus beneficios para la piel (se puede usar tanto en productos cosméticos como a través de suplementos alimenticios), podemos decir que su efecto antiinflamatorio previene la aparición de arrugas y combate el exceso de grasa que puede provocar brotes de acné y la flacidez. 

Jalea real: un plus de energía

La jalea real podríamos decir que es la leche de las abejas, que usan para alimentar a las larvas y a la abeja reina. Su consistencia es cremosa, su color amarillo y su sabor es parecido al yogur natural. Es un ingrediente rico en proteínas, azúcares, minerales como el calcio, el potasio, el hierro y el zinc; aminoácidos esenciales como la arginina o la serina, ácido fólico y vitaminas, sobre todo B1, B2, B5 y B6. 

La principal propiedad de la jalea real es que nos proporciona un plus de energía en momentos de mayor cansancio físico o mental o en picos de estrés en los que parece que no podemos con todo. Además, cuenta con beneficios rejuvenecedores y propiedades vasodilatadoras, antidiabéticas, antioxidantes, fortalece el sistema inmunológico y previene que contraigamos virus y estimula el crecimiento. Entre otras cosas, la jalea también puede actuar contra la anemia, la hipertensión, el colesterol alto y el insomnio, así como contra la falta de vigor sexual.

Propóleo: abejas contra los virus

El propóleo es una sustancia resinosa de color castaño, verdosa o casi negra y su sabor puede resultar algo amargo, pese a su olor agradable. Las abejas lo extraen de yemas de diversos árboles y arbustos. Cuenta con compuestos fenólicos o flavonoides, provitamina A y vitaminas del grupo B (B1 y B3), minerales como el hierro, aminoácidos y aceites esenciales. En el Antiguo Egipto, los sacerdotes de la corte lo empleaban habitualmente para embalsamar los cuerpos de los faraones.

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La miel de las abejas cuenta con un gran poder anticatarral.Pixabay

Como principal propiedad del propóleo encontramos que nos defiende de posibles agresiones microscópicas como son bacterias, hongos y virus, ya que tiene propiedades antibacterianas, antifúngicas, antibióticas, antiinflamatorias, antisépticas, analgésicas, cicatrizante, descongestivas y fortificante de los mecanismos inmunológicos. En casos de afonía, se puede usar en forma de spray (lo encontrarás hasta en los supermercados), para suavizar la garganta, proteger las cuerdas vocales de infecciones y de los daños ocasionados por el frío, así como aliviar las molestias en faringe y laringe.

Su aplicación en heridas es buena en el caso de que puedan infectarse y también es bueno usarlo para combatir enfermedades como la bronquitis, la gripe, la sinusitis, los catarros, la otitis, la laringitis, el asma bronquial, la neumonía crónica o la tuberculosis pulmonar. Siempre hay que pedir consejo a un médico que nos diga si podemos usarlo o no es recomendable en cada caso. El propóleo sirve además para tratar algunas afecciones de la piel como los abscesos, los eczemas o la psoriasis. 

Miel: remedio contra la tos

La miel es seguramente el producto más conocido y consumido que proviene de las abejas. Es el resultado del néctar de las flores extraído y modificado por las abejas, que sirve de alimento energético a toda la colmena, y que almacenan también para la época invernal, llegando a producir hasta 150 kilos de miel. Hay muchos estudios que aseguran que consumir miel de manera frecuente ayuda a combatir el estrés y hace más fuerte nuestro sistema digestivo y cardiovascular, ya que reduce los niveles del llamado colesterol malo y aumenta los del bueno. 

Es una fuente de nutrientes (manganeso, hierro, cobre) para la sangre, el corazón, los músculos y el cerebro. Según la web Abejasenagricultura.org, por su poder antibacteriano y antiinflamatorio, se puede aplicar en forma de emplastos, sobre quemaduras y heridas, para calmar la zona afectada, disminuyendo el dolor y escozor, gracias a su efecto antiséptico. Eso sí, el uso más común es tomar miel en procesos catarrales para reducir la tos o cuando tenemos dolor de garganta. Puedes añadir una cucharada a un vaso de leche caliente para que su efecto sea mayor.

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