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Tres deportivos que suman casi 1.500 CV de potencia: TT RS, M4 Competition y SL 63 AMG

En plena era de la electrificación, todavía quedan modelos en los que la eficiencia pasa a un segundo plano. En estos tres modelos encontrarás sobre todo prestaciones y unas sensaciones al volante inigualables.

M4, SL 63 AMG y TT RS, tres deportivos que bajan de los cuatro segundos en alcanzar los 100 km/h.

Los grandes deportivos de gasolina empiezan a tener las horas contadas. La obligada normativa europea recién aprobada para prohibir a partir de 2035 la comercialización de turismos que no sean cero emisiones supondrá la desaparición de modelos que, por encima de todo, transmiten enormes sensaciones a sus mandos, sobre todo por lo que al sonido de los motores se refiere.

Afortunadamente, podremos seguir disfrutando de ellos al menos hasta 2050 si no hay cambios, y son ya muchos los clientes que miran hacia este tipo de modelos como reliquias de futuro con las que, previo un desembolso al alcance de pocos bolsillos, guardar en el garaje turismos que a buen seguro se revalorizarán con el paso del tiempo. Son tres modelos muy diferentes en su concepción pero con un mismo argumento en común... ofrecer un máximo grado de disfrute al volante.

Audi TT RS Coupe

No es el deportivo más potente de la marca, pero sí uno de los más excitantes. Una configuración que combina una carrocería muy compacta y ligera con un motor de configuración prácticamente única, un cinco cilindros sobrealimentado y que con 400 CV logra ofrecer una relación peso/potencia con la que, al igual que el M4 o el SL AMG, logra bajar de los cuatro segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h.

Unas dimensiones que se sienten al ponernos al volante, con una sensación de estar casi a los mandos de un turismo de circuito, con un volante de pequeño tamaño, todos los mandos muy a mano y unos asientos que recogen a la perfección y te dejan muy bien integrado en el puesto de conducción.

Poner en marcha el motor ya nos descubre la personalidad deportiva percibida a sus mandos, un sonido ronco que se acompaña de una respuesta instantánea al insertar la primera velocidad y pisar el acelerador con decisión. El TT RS sale impulsado con enorme rapidez, la misma con la que el cambio S tronic sube de marchas que te llevan hasta los 200 km/h en un abrir y cerrar de ojos, algo que afortunadamente podemos testear en un circuito de velocidad. En carretera, con este tipo de modelos eres carne de cañón para dejarte algún que otro punto del carné de conducir.

Dispone de cuatro programas de conducción (confort, auto, dynamic y uno, individual, programable), que modifican la respuesta del motor, la asistencia de la dirección, el funcionamiento del cambio automático, el sonido del escape y la dureza de los amortiguadores variables, estos una opción.

Porque de serie la suspensión es de amortiguadores de dureza fija, y decimos dureza en su más amplio sentido. No es un deportivo radical en el sentido de anular totalmente el confort de marcha y la capacidad de bacheo, y al menos sobre asfaltos en buenas condiciones permite rodar muchos kilómetros con un confort de marcha suficiente, algo que cambia en asfaltos bacheados e irregulares, donde los rebotes de amortiguación condicionan el paso de los kilómetros.

Sea cual sea la amortiguación, la dureza está asegurada para afrontar todo tipo de curvas con el máximo aplomo, con una agilidad además muy superior por sus dimensiones que el M4 o el SL AMG. Muy reactivo al volante, entra en curva casi con un leve giro del mismo, y cambia de trayectoria entre curvas con una viveza que te obliga a estar muy atento para no perder la trayectoria.

Y es que el empuje del cinco cilindros es sobre todo desde medio régimen contundente, sube de vueltas con enorme rapidez y permite estirar marchas hasta las 7.000 rpm para ofrecer una experiencia de conducción difícil de encontrar en otros deportivos. Con la presencia de levas en el volante la conducción fluye con una sensación de control muy elevada, que transmite mucha confianza para aprovechar todo el potencial.

La tracción quattro transmite toda esa potencia sobre el asfalto con máxima eficacia, y la motricidad a la salida de las curvas permite pisar con decisión el acelerador para disfrutar en la siguiente de un brillante mordiente en la frenada.

Y aunque los consumos pasan sin duda a un segundo plano en estos modelos, de cara a viajar puedes moverte en una conducción eficiente a ritmo sostenido y tranquilo entre 8 y 9 l/100 km, aunque es fácil a poco que te dejes llevar estar por encima de los diez litros.

FICHA TÉCNICA:

VERSIÓN TT RS Coupé TFSI quattro; MOTOR Gasolina, 5 cilindros, turbo; CILINDRADA 2.480 cm3; POTENCIA MÁXIMA 400 CV a 7.000 rpm; PAR MÁXIMO 480 Nm a 1.700 rpm; CAMBIO Automático doble embrague de 7 vel.; VELOCIDAD MÁXIMA 250 km/h;  ACELERACIÓN 0-100 KM/H 3,7 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 9,5 l/100 km; AUTONOMÍA 570 km; DIMENSIONES 4.201 / 1.832 / 1.344 mm; NEUMÁTICOS 245/35 R 19; PESO 1.550 kg; MALETERO 305 l; PRECIO 92.900 €

BMW M4 Competition

Un deportivo puro en el sentido de su concepción de tracción trasera y motor de seis cilindros en línea sobrealimentado con más de 500 CV para domar. Un purasangre que requiere para buscar sus límites no sólo hacerlo en un circuito, sino también de manos experimentadas.

Circular muy rápido con el M4 Competition es fácil, pero aprovechar sus 510 CV entre curvas llega a ser hasta delicado a pesar de la mucha electrónica que atesora, pero que sin ella sería realmente complicado moverse a alto ritmo entre curvas. Sus reacciones al acelerador son inmediatas, más rápidas aun que las del TT RS con un motor sin duda referencia por su rendimiento.

Con un mejorado funcionamiento tanto del control de tracción como del diferencial autoblocante, la brusquedad de respuesta del motor es algo más asimilable ahora que en anteriores generaciones de los M3/M4, aunque requiere cierto mimo con el acelerador para no perder la trayectoria con cierta facilidad.

Porque junto a esos 510 CV que van directos al eje trasero, la suspensión no deja apenas margen para el confort por la firmeza de sus tarados y la mínima capacidad de absorción que tiene y que se aprecia cuando el asfalto no está en perfectas condiciones o sobrepasas algún bache por pequeño que sea.

Un deportivo que no ha buscado cierto equilibrio con el confort –para eso hay versiones del Serie 4 como el M440i de 374 CV–, y este M4 Competition en pura radicalidad. Ya se aprecia en el ruido de rodadura que produce desde baja velocidad, aunque a muy alto ritmo casi desaparece por el sonido del motor.

Puedes viajar con él, sabiendo que el nivel de confort no es el habitual de cualquier otro Serie 4, pero a ritmos sosegados en el modo de conducción menos agresivo y con consumos en este caso de unos 9 l/100 km de media hasta disfrutas de una autonomía del orden de 600 kilómetros.

Pero quien pone sus ojos en este M4 lo hace sin duda por disfrutar de sus prestaciones y de sus reacciones. La dirección transmite mucha precisión y enorme confianza entre curvas a alto ritmo, con una gran facilidad a la hora de cambiar de dirección y con una motricidad a la salida de la curva que permite acelerar con cierta contundencia gracias al buen trabajo de la electrónica que corrige cualquier exceso con facilidad.

Aun así, sientes como el eje trasero tiende a deslizar, y con buenas manos al volante lo hace de forma más o menos progresiva y no excesivamente violenta, pero aun así conviene estar muy atento a esas rápidas reacciones que pueden llegar a ponerte en apuros con más facilidad que el TT RS o el SL AMG, ambos con tracción total.

FICHA TÉCNICA:

VERSIÓN M4 Competititon Coupé; MOTOR Gasolina, 6 cilindros, turbo; CILINDRADA 2.993 cm3; POTENCIA MÁXIMA 510 CV a 6.250 rpm; PAR MÁXIMO 650 Nm a 2.750 rpm; CAMBIO Automático convertidor de par de 8 vel.; VELOCIDAD MÁXIMA 250 km/h;  ACELERACIÓN 0-100 KM/H 3,9 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 10,3 l/100 km; AUTONOMÍA 560 km; DIMENSIONES 4.794 / 1.887 / 1.393 mm; NEUMÁTICOS 285/35 R 19; PESO 1.800 kg; MALETERO 440 l; PRECIO 119.500 €

Mercedes-Benz SL 63 AMG

La séptima generación del SL está encomendada a versiones tan solo AMG y cuenta con una configuración diferente a las anteriores, con capota de lona e interior para cuatro plazas, aunque las dos traseras sean casi testimoniales por el poco espacio que ofrecen.

De las tres versiones disponibles, este 63 AMG es la máxima expresión por lo que a su mecánica se refiere, con un V8 sobrealimentado que alcanza los 585 CV y que está asociado a un cambio automático de 9 velocidades, al sistema de tracción total 4Matic… y a un precio que supera los 200.000 euros. La tracción total supone una novedad en este modelo, que desde siempre fue tracción trasera.

A cambio, un modelo sin duda muy exclusivo en muchos aspectos, entre ellos ser de los pocos deportivos que no tienen limitada su velocidad máxima, que se sitúa nada menos que en 315 km/h, contar con un eje trasero además direccional que gira cuando circulamos entre curvas a más de 100 km/h para ayudar a cerrar la trayectoria y con barras estabilizadoras activas y diferencial autoblocante trasero. Todo, para conformar un cabrio especialmente eficaz en conducción deportiva.

Abruma ya al ponerse a sus mandos, con un volante grueso y con la parte inferior achatada que aporta un tacto muy agradable y con una enorme pantalla en la consola central de 12,3 pulgadas desde la que se accede a un menú completísimo de funciones, incluyendo una que permite que el manejo del cambio automático sea exclusivamente manual y mantenga el régimen de giro sin subir de marcha como es habitual.

La capota, ahora de lona en lugar de metálica, es más ligera y ayuda a reducir el centro de gravedad, pero está fabricada con tres capas de lona y una esterilla insonorizante de alta densidad para ofrecer minimizar la rumorosidad en marcha. Para abrirla se pueden utilizar tanto los botones físicos de la consola como un menú específico del sistema multimedia.

Arrancar el V8 ya es toda una experiencia, con un sonido que te incita a subirlo de vueltas para descubrir su poderío y su impactante capacidad de empuje. Las reacciones al acelerador son inmediatas y gana velocidad con insultante facilidad desde cualquier ritmo al que te muevas. Un empuje demoledor acompañado de un sonido embriagador del V8 que el chasis digiere con máxima naturalidad.

Una puesta a punto de suspensiones y del sistema de tracción total que mantienen al SL 63 AMG pegado al asfalto con una precisión a la hora de mantener la trazada que hace su conducción mucho más fluida y sencilla de lo que puedes esperar. Muy firme de amortiguación, mantiene además un razonable equilibrio a la hora de cubrir largas distancias, más confortable sin duda que el M4 Competition.

FICHA TÉCNICA:

VERSIÓN SL 63 AMG; MOTOR Gasolina, 8 cilindros, turbo; CILINDRADA 3.982 cm3; POTENCIA MÁXIMA 585 CV a 6.500 rpm; PAR MÁXIMO 800 Nm a 2.500 rpm; CAMBIO Automático doble embrague de 9 vel.; VELOCIDAD MÁXIMA 315 km/h;  ACELERACIÓN 0-100 KM/H 3,6 s; CONSUMO EN RECORRIDO PRUEBA 12,2 l/100 km; AUTONOMÍA 550 km; DIMENSIONES 4.705 / 1.915 / 1.359 mm; NEUMÁTICOS 295/35 R 20; PESO 1.970 kg; MALETERO 240 l; PRECIO 216.700 €

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