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Cultura

Bares, vecindarios y políticos: las series que mejor retratan España con humor

Ficciones como 'Siete vidas', 'La que se avecina' o la reciente 'Poquita fe' demuestran que no hay nada como la comedia para captar la esencia del país

Fotograma de la serie 'Venga Juan'
Virginia Martín Chico

Luis García Berlanga fue a los ojos de todos el mejor retratista de la España de la picaresca, de las corruptelas y de los privilegiados, y a pesar de los cambios que ha vivido el país desde los años 50, cuando el valenciano estrenó sus primeras películas, cualquiera percibe en sus títulos y en esa visión agridulce tan característica la esencia de un país alegre y al mismo tiempo pesimista, tan poco acostumbrado a escuchar y tan adicto a la incomunicación, como el propio cineasta señaló en alguna ocasión.

Aquellas ficciones tan locales y al mismo tiempo tan universales, que proponen una manera de entender España para las que incluso la Real Academia Española (RAE) adoptó un término específico ("berlanguiano"), dejaron un buen puñado de discípulos en las series, deudoras de una sátira que no caduca.

Al hilo del éxito reciente de Poquita fe, de Movistar+, una oda desternillante a las vidas con menos lustro y menos instagrameables de la red, en Vozpópuli repasamos algunas de las series españolas que mejor han captado desde la carcajada o la risa cómplice las miserias y las alegrías que cualquiera identifica en la calle y que mejor definen el país.

7 vidas (1999-2006)

Es apabullante la nómina de actores que pasaron por la serie 7 vidas, una "sitcom" que se mantuvo en antena desde 1999 hasta 2006 y que arrancó con la casi milagrosa recuperación de uno de los personajes tras permanecer 18 años en coma. Amparó Baró, Toni Cantó, Blanca Portillo, Gonzalo De Castro, Javier Cámara, Paz Vega, Guillermo Toledo, Anabel Alonso o Santi Millán son solo algunos de los nombres que pasaron por aquella comedia en la que sus personajes se citaban en el bar "Kasi ke no". Irreverente y divertida, las 12 temporadas se pueden ver en Netflix.

Aída (2005-2014)

El personaje de Carmen Machi en 7 vidas, Aída, una limpiadora doméstica que trabajaba en la casa de Sole y que más tarde trabajó en el bar en el que todos se reunían, se convirtió en "sin-off" homónimo que retrataba la vida en el barrio obrero en el que vivía junto a su familia. Como ha ocurrido en otras ocasiones con otras series derivadas de otras ficciones (sirva como ejemplo Cheers y la posterior Frasier), en este caso también llegó a hacer sombra o, al menos, a igualar el éxito de su predecesora.

Una exalcohólica, una hija choni, un hermano exdrogadicto y una vecina prostituta fue el panorama en el que esta ficción no dejó de arrancar carcajadas en sus diez temporadas emitidas.

Aquí no hay quien viva (2003-2006)

Si hay que hablar de vecindarios, la serie estrella de la televisión es Aquí no hay quien viva, una suerte de 13, Rue del Percebe con tantas situaciones de enredo como uno pueda imaginar y algunas frases que han quedado grabadas en el imaginario colectivo. Por allí han pasado multitud de actores (Malena Alterio, Gemma Cuervo, Mariví Bilbao, Daniel Guzmán, María Adánez, Luis Merlo o Fernando Tejero) y tras varias temporadas su elenco se trasladó a otra producción (La que se avecina) con diferentes personajes pero el mismo espíritu de hacer de la convivencia entre vecinos una misión de supervivencia.

Camera café (2005-2009)

Si los bares y los vecindarios son ecosistemas perfectos para medir el comportamiento humano, no lo son menos las oficinas, como bien intuyeron los creadores de Camera café, Pepón Montero y Juan Maidagán, responsables de la reciente Poquita fe. Esta serie, que adapta la versión francesa del mismo nombre, constaba de capítulos de diez minutos en los que el espectador asiste a los diálogos robados de los variopintos trabajadores de una empresa. Recientemente, la famosa serie ha tenido su adaptación al cine.

Vota Juan (2019-2022)

Diego San José pasará a la historia de la ficción española como uno de los mejores autores de comedia. Suyo es el guion, junto a Borja Cobeaga, de la película más taquillera de España, Ocho apellidos vascos, y también suya es una de las series más divertidas que se han rodado jamás: Vota Juan y su continuación en dos temporadas más: Vamos Juan y Venga Juan.

Tal y como se suele decir cuando se habla de los Simpons, no hay ninguna situación de la vida que no aparezca en la serie de animación de Matt Groening. Del mismo modo, no hay nada que ocurra en la política española que no se haya visto antes en esta serie, en la que un político riojano, a quien da vida Javier Cámara, echa mano de toda la jeta posible para vivir bien a costa del erario, le pese a quien le pese. Sus comillas, una boda entre políticos y su viaje a Turquía ya son historia de la televisión.

No me gusta conducir (2022)

Borja Cobeaga se sacó el carnet a los 40 y convirtió aquella experiencia en comedia con la serie No me gusta conducir, protagonizada por Juan Diego Botto, una de las más divertidas del pasado año y que, además, dio a conocer a uno de los personajes más entrañables que han pasado por televisión: Lorenzo, un profesor de autoescuela apasionado con un sinfín de metáforas y consejos que aplica tanto a la conducción como a la propia vida.


Manos a la obra (1998-2001)

En la frontera entre la comedia más casposa y el humor más hilarante se encuentra Manos a la obra, una serie de seis temporadas protagonizada por Carlos Iglesias y Ángel de Andrés López y emitida entre 1998 y 2001, que reflejaba de manera muy fiel y por momentos caricaturesca, según los entendidos, a los profesionales de la construcción. En los albores de la burbuja inmobiliaria, estos albañiles de obras menores enseñaron al país cómo introdujeron el gotelé en España al tiempo que destrozaban los encargos para los que habían sido contratados. Tan rancia que costaría esfuerzo volver a verla, pero es fácil recordar las carcajadas en familia.


Pepa y Pepe (1995)

Humor ácido y adulto en una "sitcom" de los 90 inspirada en algunas ficciones coetáneas estadounidenses pero sin perder de vista una identidad muy castiza que arrancaba cada episodio con algo tan cañí como el pasodoble Suspiros de España. Pepa y Pepe nació para llevar a la pantalla los deseos, las frustraciones y los sueños de una familia de clase media con tres hijos y se adelantó a su tiempo en algunos asuntos que no reflejaban otras series, como el feminismo. Unos irrepetibles Verónica Forqué y Tito Valverde y unas jóvenes María Adánez y Silvia Abascal protagonizaron una serie que transmitió la esperanza de muchos españoles por tener una vida mejor en el contexto optimista de los primeros 90.

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