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Cultura

Protocolo de Santa Pola: primera rebelión contra Urtasun

Más de 500 profesores, entidades y particulares exigen al ministro una disculpa o su dimisión por su “vasallaje a las corrientes negrolegendarias”

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun Europa Press.

El Protocolo de Santa Pola, unión de diversas asociaciones hispanistas, ha decidido alzar la voz contra las declaraciones de Ernest Urtasun, ministro de Cultura de Pedro Sánchez, el pasado 31 de diciembre en la cadena SER. “Ante una pregunta del periodista sobre si España debía devolver obras presentes el Museo de Antropología, el Thyssen o el Prado a sus países de origen, el Ministro respondió comparando la obra de la Hispanidad con la actuación belga en el Congo señalando que ‘hemos heredado esa cultura colonial que, de alguna manera, tenemos que ver y gestionar’’”, lamentan. Su respuesta ha sido un manifiesto firmado por asociaciones como la Fundación Gustavo Bueno, académicos como Iván Vélez, Marcelo Gullo Omodeo y José Javier Esparza, además de por particulares de toda índole, que se identifican como "profesores", "parados" o "jubilados".

¿Primera pega expresada en el manifiesto? “La misión de un Ministro español de Cultura es defender la Cultura de España, no atacarla o despreciarla. Si no se siente preparado para cumplir esa misión debería buscar otra ocupación. Comparar la obra civilizatoria de 300 años basada en el mestizaje y extensión del mensaje cristiano y el legado greco-romano, con el dominio colonial abusador sistemático, de carácter mayormente privado, llevado a cabo por el Rey Leopoldo II resulta ahistórico e inaudito”, declaran.

¿Qué diferencia el legado hispánico del belga? “España no tuvo nunca colonias sino una extensión de ella misma llamada por eso mismo ‘Las Españas’, la ‘España ultramarina’ o simplemente ‘Las Indias’”, recuerdan. Destacan el ejemplo el artículo 1 de la Constitución de 1812: “La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”. También el artículo 5, que dice así: “Los españoles: 1º…Todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas, y los hijos de estos”.

Urtasun contra España

Usando la reducción al absurdo, subrayan que desde nuestro país no exigimos nada a naciones que intentaron colonizarnos. “En España también podríamos ahora lanzar una campaña para destruir los vestigios del Imperio romano urdiendo una leyenda negra que resaltara su lado oscuro: los 200 años que duró la conquista, la imposición de una lengua extranjera (latín) y de una religión romana, la violencia, la esclavitud legitimada por los propios emperadores, la matanza de inocentes no aceptados por sus padres (expósitos), los periodos de tiranía o las violaciones masivas (sabinas y otras). No lo hacemos. Preferimos centrarnos en lo positivo que nos aportaron asumiendo el hecho de la civilización como parte de nuestra esencia. ¿Por qué
debería ser diferente con el Imperio hispano, pues fue éste el que supo heredar y llevar ‘plus ultra’ todas y cada una de las grandes aportaciones del legado greco-romano?”

La actividad de Urtasun contrasta vivamente con la de Gennaro Sangiuliano, ministro de Cultura de Meloni, que defiende el legado intelectual italiano, sea del signo que sea

Desde su toma de posesión, Ernest Urtasun generó un tenso debate al declarar que la cultura es la mejor arma de combate político y que “la extrema derecha intenta atentar contra los valores de la democracia”. El perfil del ministro de Pedro Sánchez es contrario a muchos emblemas de la cultura nacional: antitaurino, fan de la música de inspiración anglosajona y defensor de que la Unión Europea es un organismo más sustancial que España. En una entrevista con Onda Cero este verano, defendía con satisfacción que es en Bruselas en donde se debaten los problemas a largo plazo (cambio climático, Inteligencia Artificial…) mientras en España nos limitamos a enzarzarnos en las cuestiones menores.

Su actividad contrasta vivamente con la de Gennaro Sangiuliano, ministro de Cultura de Meloni, que defiende el legado intelectual italiano, sea del signo que sea. Recientemente hizo en redes un elogio del intelectual comunista Antonio Gramsci, con el siguiente texto: “Gramsci es una de las más grandes personalidades intelectuales y políticas de nuestro siglo XX. He querido acoger el llamamiento de los estudiosos y de los ciudadanos con una placa conmemorativa en el lugar donde falleció”, compartía hace unos días. Dos perfiles antagónicos en países hermanos del sur de Europa.

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  • L
    Lenora

    Este va a conseguir que echemos de
    Menos a Iceta-panceta

  • T
    txemadero007

    ¿Ministro de Cultura? Pero que cultura va a tener si viene de Catalufa, la parte de nuestro país más retrasada intelectualmente. Parece mentira con lo que era Barcelona en los años 70 / 80.
    Pues este el plan cultural de los socios del Gobierno del sátrapa Sánchez, denigrar cada día un poco más a su país en aras de la ignorancia que es donde ellos realmente se encuentran a gusto. ¡¡ Viva las caenas !!, que diría aquel.