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Cultura

Pedro Lasuén: una apuesta fuerte en la novela negra española

Los libros 'Tal vez' y 'Quizá' pueden enganchar a la parroquia que disfruta de Lorenzo Silva y Pérez Reverte

Espías, delincuentes, jueces, políticos y guardias civiles enredados en una trama vertiginosa que tiene su principal escenario en la Costa del Sol. Historias con ritmo de serie televisiva. Narraciones sin sosiego en cuyas páginas hay rastros evidentes de lecturas que conectan con los Follet y Forsyth, pero sobre todo con Clancy. Episodios imaginados, o no tanto, que harían suyos los Lorenzo Silva o Pérez Reverte. De todo eso hay en las dos primeras novelas de Pedro Lasuén.

Madrileño, a punto de cumplir los 50, Lasuén se lanza en plancha al duro mercado editorial con Tal vez y Quizá (Mascarón de Proa), dos relatos como dos torrenteras que te empujan cuesta abajo y sin frenos hacia un despeñadero de sobresaltos en el que descubrimos a periodistas, espías, delincuentes, jueces, políticos y guardias civiles enredados en una trama vertiginosa y encadenada que tiene su principal escenario en la Costa del Sol.

No es fácil encontrar hoy en el mercado editorial un libro que, como ‘Quizá’, te empuje a leerlo de un tirón

Si Tal vez es una historia que parece pensada para la televisión (Lasuén es un periodista que ha trabajado veinte años en la cadena Euronews y ha sido corresponsal de la Agencia EFE en África), Quizá consolida claramente esa impresión: es la continuación natural, la segunda temporada de una serie que algún día alguien debiera hacer realidad. No es fácil encontrar hoy en el mercado editorial un libro que, como Quizá, se lea de un tirón, con el ritmo trepidante del guion de Fauda y la solvencia argumental de los autores de Line of Duty.

Alguien dijo una vez que el mejor libro es el primero que se escribe. No es verdad. Casi nunca es verdad. Tal vez fue una sorpresa, pero Quizá es aún mejor, es la constatación de un descubrimiento. Habrá, como mínimo, tercera entrega, pero con estas dos primeras Pedro Lasuén ya se ha ganado el derecho a soñar con “vivir de esto”.

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