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Cultura

Las mujeres y los menores de 35 años, los que más leyeron en el confinamiento

Una imagen de archivo de Sant Jordi, en Barcelona.

Los barómetros y estudios de hábitos de lectura publicados en los años anteriores revelan que dos de cada tres españoles aseguran no leer un libro jamás. Eso supone un 38,9%. El dato positivo, es decir, el número de lectores frecuentes alcanzaba el 49%, según las estadísticas de 2019. Tras el confinamiento ocasionado por la expansión del coronavirus se produjo una modificación significativa de esas magnitudes.

Según un estudio sobre el papel del libro y la lectura durante el estado de alarma elaborado para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) por la empresa Conecta Research & Consulting y con el apoyo del Centro Español de los Derechos Tipográficos (CEDRO), el número de lectores frecuentes, aquellos que leen al menos semanalmente, se incrementó en siete puntos porcentuales durante el confinamiento hasta alcanzar el 57%, es decir un 4% más con respecto al Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2019, presentado en febrero de 2020.

Según este trabajo, han sido las mujeres y los menores de 35 años quienes han dedicado mayor tiempo a la lectura durante el confinamiento. En el caso de las mujeres, el incremento de lectoras frecuentes ha alcanzado el 66% de la población femenina (10 puntos más que en el periodo anterior al confinamiento). En el caso de los hombres, el incremento ha sido de 4 puntos, hasta alcanzar el 48%.

Por edades, el mayor incremento se produce entre los españoles de entre 25 y 34 años, que alcanza el 65%, 15 puntos más que antes del confinamiento. Este mismo porcentaje se registra entre el tramo de población con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años. En cuanto al soporte preferido para la lectura, los españoles siguen prefiriendo el libro en papel que el libro digital. Un 83% ha leído en este formato, un 38% por ciento lo ha hecho en formato digital. Entre los lectores digitales se observa un incremento en el uso de los e-reader como soporte de lectura y un menor uso del ordenador.

Leer más, pero menos que en Europa

Las cifras han mostrado una tendencia favorable, al menos desde hace un lustro: la lectura en España crece, lenta y perezosamente, pero crece. Este miércoles será posible saber si rinde o no sus frutos el Plan de Fomento de la Lectura 2017-2020 implementado por el Observatorio de la Lectura y el Libro hace ya dos años y que contempla 57 medidas para corregir lo que tanto el CIS como lo editores constatan año tras año: 40% de los españoles no lee nunca o casi nunca. ¿Las razones? Varias, la mayoría de ellas lo suficientemente complejas como para hundir sus raíces en la educación, el epicentro de esta situación. Las competencias lectoras arrastran carencias que se reflejan en las cifras. 

Según las cifras de 2019, el número de lectores aumentaba ya hasta el 49%. Si se comparaba este dato con la media de la Unión Europea (68%), España quedaba casi 11 puntos por debajo del resto de los países de la región. Esa era la fotografía que aportaba la medición de participación cultural, un indicador publicado por la Comisión Europea (CE). Se lee más, ¿con respecto a qué? ¿existen suficientes variables para definir cuál es el rendimiento de las competencias lectoras? Saber leer un texto no implica entenderlo, bien porque no conoce el significado de algunas de las palabras que aparecen o porque no hay capacidad de interpretación.

Los estudios de 2017 reflejaban que un 56% de los niños españoles aseguraba que le gustaba leer, un porcentaje que superaba en 20 puntos al promedio de la OCDE. Sin embargo, al dar el salto a secundaria, el entusiasmo decrecía, entre otras razones, según los especialistas en educación, por los programas de enseñanza de literatura, que adolecen de una estructura continuada y coherente y que se caracterizan por sus constantes cambios tanto en el diseño como en la aplicación de los criterios pedagógicos. 

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