Quantcast

Cultura

'Golpe a Wall Street': la rebelión del pequeño inversor que sacudió los mercados

Craig Gillespie convierte en una sátira divertida el caso real GameStop, una batalla financiera entre David y Goliat

Fotograma de 'Golpe a Wall Street'

Si uno busca en Youtube el canal Roaring Kitty encontrará a un excéntrico personaje amante de los gatos que acumuló miles de visitas durante años con sus consejos y enseñanzas sobre sus rutinas de inversión y sus investigaciones sobre las dinámicas del mundo bursátil, un ámbito tan desconocido para el común de los mortales y a menudo inaccesible en el que él se convirtió en gurú.

Aparentemente inofensivo, aquel personaje, Keith Gill, invirtió en 2021 todos sus ahorros en GameStop, una popular tienda de videojuegos, y compartió los primeros resultados en las redes sociales, lo que animó a pequeños inversores de todo el país a seguir sus pasos. El valor en bolsa aumentó de manera exponencial y puso contra las cuerdas a empresas de gestión de inversiones como Melvil Capital, que experimentaron pérdidas millonarias al día.

Aquella ofensiva coordinada que tuvo lugar hace apenas dos años y en plena pandemia dio lugar a una de las batallas bursátiles de Wall Street más mediáticas de los últimos tiempos. Ahora, el cineasta estadounidense Craig Gillespie (Yo, Tonya) convierte aquella lucha entre David y Goliat en una sátira divertida que llegará a los cines este viernes después de haber formado parte de la sección Perlas de la reciente edición del Festival de San Sebastián.

"En tiempos de covid, uno de mis hijos, de 24 años, estuvo muy involucrado desde el principio en las acciones de Gamestop. Empezó por unos cientos de dólares, comprobaba la bolsa cada tres minutos y vendió justo en el momento perfecto. Al día siguiente, cuando congelaron la aplicación Robinhood ya no se podía vender. Viví en casa la indignación, la frustración de la comunidad y la sensación de que el sistema estaba amañado contra ellos", cuenta Gillespie a Vozpópuli en el marco del certamen donostiarra.

Keith Gill se convirtió en la chispa que llevó a una detonación final y que, cuando tuvo que testificar ante el Gobierno de los Estados Unidos, "no se retractó y se mantuvo fiel a sus convicciones", afirma Gillespie

El protagonista de Golpe a Wall Street es Keith Gill, este mesías bursátil del pequeño -y pobre-inversor al que da vida Paul Dano que desapareció de la vida pública en abril de 2021 tras una última publicación y después también de vender sus acciones -diez millones de dólares en 24 horas- y hacerse de oro. "Hemos intentado contactarle mientras preparábamos la película, en preproducción, y por supuesto hay que respetar su privacidad", cuenta el director, que no obstante ha tratado de ser lo más fiel a los hechos que le ha sido posible.

Así, en un tiempo en el que abundan las películas de superhéroes, Gillespie pone el foco en "personajes desvalidos", por los que habitualmente se siente atraído y con los que conecta, quizás por su deseo de "dar voz" a los "marginados", o por observar a "una persona ordinaria en situaciones extraordinarias". Su elección en Golpe a Wall Street es el perfil de una persona que se convirtió en la chispa que llevó a una detonación final y que, cuando tuvo que testificar ante el Gobierno de los Estados Unidos, "no se retractó y se mantuvo fiel a sus convicciones". "Ha sido inspirador tener en este viaje a este personaje", ha destacado.

Del mismo modo, Golpe a Wall Street juega también con el conflicto del sueño americano, al mostrar cómo en las dinámicas del mundo bursátil se generan compartimentos estancos entre pobres y ricos, ciudadanos comunes y la élite financiera, y cómo tras el caso GameStop se consiguió derribar el muro.

"En Estados Unidos te venden que todo se puede conseguir, que no hay barreras, que hay una forma de identificarse en la que piensas que puedes convertirte en esa persona que ha conseguido el sueño americano. En los pilares del capitalismo se habla del individuo en comparación con el colectivo, pero lo interesante aquí es que fue un colectivo el que logró el sueño americano, se necesitaron los unos a los otros", ha señalado Gillespie.

"En los pilares del capitalismo se habla del individuo en comparación con el colectivo, pero lo interesante aquí es que fue un colectivo el que logró el sueño americano, se necesitaron los unos a los otros" Craig Gillespie, cineasta

En definitiva, el cineasta reconoce que se trata de una película que encarna la lucha de clases en una situación de pandemia que tensó la situación, ya que conllevó "pérdida de vidas" pero también "de empleos" que generó "esta alienación tan grande". "Esta furia colectiva e indignación que surgió en la bolsa podría haber sido otra cosa, pero fue una manera de que todo el mundo enfocara esta frustración y fuera detrás de los ricos de una forma muy buena, que era hacerles daño en la cartera, que es lo que les duele", cuenta Gillespie sobre el caso GameStop y sobre una "desigualdad" que a su juicio "cada vez es más grande".

Covid en Wall Street

Gillespie no evita el imaginario pandémico del covid en su película, ambientada en 2021, en las fechas reales en las que sucedió todo, y de hecho uno de esos pequeños inversores afectados por el caso es una enfermera que trabaja en primera línea. Para el director, era importante "recordar lo que estaba en juego", una "sensación de miedo y aislamiento, así como "la falta de conocimiento y de apoyo" que fue importante en la batalla que se desencadenó en Wall Street.

En cualquier caso, no es motivo para dar un tono triste o dramático a esta historia que, en cambio, está narrada desde el humor, a pesar de las empresas de gran tamaño que estuvieron a punto de quebrar. "La vida esa así, no es solo comedia o drama, y en la forma en la que interactuamos siempre hay humor y puede ser un mecanismo de defensa, de conectar unos con otros", apunta el cineasta, que no pierde la oportunidad tampoco de llevar al ridículo algún testimonio de los poderosos de Wall Street ante las autoridades. "Todo está basado en lo que sucedió, así que es un regalo", bromea.

A Paul Dano, un actor "muy metódico y con una formación muy clásica, que ha estado en Broadway desde los 12 años", se suma en el reparto Pete Davidson, un intérprete que aporta "espontaneidad", y America Ferrera, "la voz principal de los descontentos y los marginados". "Había una responsabilidad de transmitir la frustración, ser accesible y mostrar humor", concluye el director.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.