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Cultura

Festival de San Sebastián: Cristi Puiu divide al público con su visión de la pandemia

El cineasta rumano presenta 'MMXX', una cinta que describe la sociedad rumana durante la crisis de la covid

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Fotograma de 'MMXX'.

El de este lunes era uno de los platos fuertes de la Sección Oficial del Festival de San Sebastián. Cristi Puiu, uno de los nombres más relevantes de la nueva ola del cine rumano, responsable de películas como Sieranevada (candidata a Palma de Oro en Cannes), presentaba en el certamen donostiarra su nuevo proyecto, MMXX, un retrato en cuatro actos de la sociedad rumana en tiempos de pandemia tejido a base de diálogos naturalistas, largos planos secuencia y escenas cotidianas.

Para algunos, se trata de una de las firmes candidatas a la Concha de Oro, el máximo galardón del certamen, que se entregará el sábado. Para otros, una película prescindible de 160 minutos que conduce al tedio. Lo cierto es que en su primer pase para prensa y público, más de la mitad del aforo abandonó la sala, mientras que durante la presentación oficial, con el equipo de la película, la sala del Kursaal tuvo un goteo constante de espectadores que desistían.

En la rueda de prensa celebrada este lunes, a la que ha asistido Vozpópuli, Cristi Puiu ha sido muy directo sobre las intenciones de esta película, que se mueve entre conversaciones aparentemente ligeras, con cierto humor negro en ocasiones y que desembocan en un final dramático, el punto álgido de la película a la que no todos han llegado.  "La película es muy seria, es más que seria. Habla por sí misma, no se trata de que yo tenga que descodificar. Tiene que ver con la matanza de los bebés y esto, de lejos, es más trágico que lo que podemos experimentar", ha señalado.

"No hay una búsqueda del humor negro. Nadie trabaja así, ni siquiera los Monthy Python, ellos son muy serios" Cristi Puiu, cineasta

El cineasta hace referencia al desarrollo final de estos cuatro episodios. En el primero, el espectador asiste a la consulta de una psicóloga y su paciente, con largas conversaciones sobre aparentes banalidades en las que entra en escena la mascarilla. En el segundo, los preparativos del cumpleaños de su hermano y una llamada de teléfono inquietante: una amiga, embarazada de ocho meses y medio tiene problemas y ha de firmar un consentimiento para dejar de ver a su bebé 15 días. En el tercero, una conversación entre el esposo de la psicóloga, médico, y otro compañero durante una guardia. El cuarto -y ahí llega la acción- una investigación policial que irrumpe en un funeral y que se centra en la explotación de mujeres y otros crímenes difíciles de imaginar.

Por ello, quizás, a Puiu no le ha gustado que se piense en los asuntos de su película como situaciones banales, ya que se centran en aspectos terribles que siguieron ocurriendo durante el tiempo que duró el confinamiento, en el que cada uno estaba inmerso en sus asuntos, más ligeros y menos preocupantes, eso sí, que los de algunos protagonistas de este filme.

"Había muchas preguntas sin respuestas y debido al temor que instigaban las autoridades fue una época complicada para vivirlo y entenderlo" Cristi Puiu, cineasta

"El hecho de que algo sea serio no me impide observar cómo han sucedido las cosas y ver cómo las personas han interactuado. No hay una búsqueda del humor negro. Nadie trabaja así, ni siquiera los Monthy Python, ellos son muy serios. He repetido lo que todos ya sabíamos y sabemos, espero", ha subrayado el cineasta en referencia a su gusto por crear un híbrido entre el drama y el humor negro.

Sobre la pandemia y el retrato que realiza en una época en la que la comunicación se limitaba a los móviles, y preguntado acerca de ese mantra tramposo con el que se decía que la sociedad iba a salir mejor, Cristi Puiu no está seguro de si se aprendió algo. "Es una pregunta que me hago a mi mismo. Era difícil porque había muchas preguntas sin respuestas y debido al temor que instigaban las autoridades fue una época complicada para vivirlo y entenderlo", ha dicho.

Cristi Puiu no quería acudir al festival

Sea o no una excusa ante el tono de sus respuestas, Cristi Puiu ha confesado ante la prensa que no quería acudir al Festival de San Sebastián "por una razón muy seria". "Mi madre falleció el 16 de agosto y hoy es el día 40. Íbamos a hacer la conmemoración del fallecimiento pero no podía leer las señales: si era bueno venir o quedarme. Vine con mi hermano y volveremos el sábado para realizar ese homenaje", ha señalado el director que, en caso de ganar la Concha de Oro, como algunos críticos apuntan, no será él quien la reciba.

A continuación, el cineasta ha asistido en la importancia de prestar atención a los signos, y de seguir hablando "acerca de lo que sucedió en 2020, 2021, 2022, 2023, y lo que sucederá en 2024, 2025...". "Si no asumimos nuestra condición de humanos no vamos a sobrevivir. No hago predicciones pero creo que es muy serio", ha destacado en un tono pesimista.

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  • P
    PijoListo

    La censura que sufrimos durante la pandemia fue despreciable en dos aspectos. En primer lugar, los medios sociales como Google, Facebook , YouTube y la mayoría de televisiones,radios y diarios impresos y digitales deberían intentar ganarse nuestra confianza con información precisa e imparcial. En cambio, abusaron de esa confianza cerrando el debate, silenciando a los críticos que tenían argumentos válidos e impulsando mentiras oficiales.

    En segundo lugar, lo hicieron en cooperación con la mayoría de gobiernos y los que no, ya sabemos que pasó al igual que con científicos relevantes.
    ¿qué pasará en la próxima pandemia? Para mí que seguirá la misma tónica e incluso más agresiva. La agenda 2030 no será, quizás, hasta 2040 o no será. Todo depende de si la AI (inteligencia artificial) es capaz a destrozar mentiras o a aumentarlas. Que no ocurra un maremoto en el Mediterráneo porque entonces ni siquiera las mentiras contarán