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Cultura

#EncuentrosVozpópuli

Encuentro digital con Alex Manresa, director de Estrategia de Acciona Cultura

Alex Manresa, director de Estrategia de Acciona Cultura.

Los lectores de Vozpópuli conversan con Alex Manresa , director de Estrategia de Acciona Cultura, sobre cómo serán los museos del futuro.

Pues hasta aquí nuestro encuentro digital. ¡Muchas gracias a todos!

(Cristina): ¿Diría que los museos españoles se encuentran al nivel de los mejores del mundo?

Pienso que sí. Evidentemente, queda mucho patrimonio por poner en valor, muchos temas que piden ser musealizados, y muchos proyectos, tanto de mejora de instalaciones existentes como de nueva creación, que se encuentran en suspenso y que esperamos se pongan pronto en marcha. Por otra parte, y en líneas generales, en España tenemos un buen conjunto de museos con gran nivel, tanto desde el punto de vista de los contenidos que se exhiben, como de los recursos museográficos que los muestran y explican.

(Jesús): ¿Son rentables económicamente los museos? ¿Es siempre importante que lo sean?

Si nos referimos exclusivamente a la rentabilidad económica, pienso que muy pocos museos del mundo son realmente rentables. Mantener un museo supone asumir unos gastos estructurales, de personal y de operación verdaderamente elevados y que rara vez se reflejan en el precio de las entradas. Por otra parte, creo que lo recursos que se emplean en desarrollar, mantener y operar un museo no son un “gasto” sino una inversión en elevar la cultura del país en cuestión, y ésta es una inversión siempre rentable, que retorna y se recupera de muchas maneras.

(Alberto): ¿Quién diseña lo que vemos en los museos?

De manera general, los contenidos de un museo los desarrollan empresas especializadas en colaboración con expertos en cada tema específico (arqueólogos, biólogos, antropólogos, etc), y con el propio promotor del museo, sea la administración, una institución, una fundación, etc.

Estas empresas, como es el caso de ACCIONA Cultura, están formadas por equipos multidisciplinares en los que se integran arquitectos, ingenieros, diseñadores gráficos, historiadores, iluminadores, productores audiovisuales, etc. Cada proyecto es diferente y requiere un equipo específico para su desarrollo, pero los perfiles que acabo de enumerar siempre suelen estar presentes.

(G.D): ¿Los museos se están volviendo un poco “parques de atracciones”?

No creo que sea así. Si acude Ud. a cualquier museo mínimamente reconocido verá que siguen siendo instituciones rigurosas, que exponen sus contenidos de una manera esencialmente tradicional, más o menos complementadas con el uso de nuevas tecnologías.

A mi juicio, el desarrollo de nuevos formatos de difusión cultural es tan inevitable como deseable; se trata de modelos que no son incompatibles con la museografía tradicional, y que responden a la evolución lógica de la sociedad.

En su momento participé en el diseño y desarrollo de la “neocueva” de Altamira, la réplica de la cueva original que puede visitarse en el museo nacional del mismo nombre. Por entonces, realizar una réplica de la cueva y sus pinturas se consideraba por muchos una usurpación inútil del original, por mucho rigor científico con el que dicha reproducción se ejecutase. También entonces se empleó con frecuencia el término “parque temático”. Veinte años después, se acepta ampliamente y se comprende el valor añadido que aporta la neocueva para los visitantes al museo y es un “modelo expositivo” que se ha repetido en muchas otras localizaciones.

 

(Sara): Las visitas a museos siempre han formado parte de las actividades extraescolares programadas por los colegios. ¿Qué importancia tiene la educación a edades tempranas para inculcar el amor por el arte y la cultura?

Pienso que es esencial que los más jóvenes entren en contacto con la cultura desde las primeras etapas de la educación. La cultura en general y el arte en particular amplían la capacidad de comprendernos a nosotros mismos y a los demás, potencian la tolerancia, la sensibilidad, nos inducen a analizar y cuestionarnos nuestro entorno. Desde este punto de vista, los museos, como grandes preservadores y transmisores de cultura, deben ser percibidos por los más jóvenes como espacios de aprendizaje, pero también de acogida y de diversión.

(Virginia): La tecnología lleva tiempo introducida en museos y centros culturales. Por ejemplo, con las audioguías. ¿Qué nuevos avances veremos en el futuro?

Cada cierto tiempo podemos ver como nuevas tecnologías que se han generado para otros usos pasan a integrarse en los contenidos expositivos de los museos. Las pantallas planas y táctiles, la tecnología LED en luminarias y proyectores de vídeo, o el gran incremento en la capacidad de almacenamiento de los soportes digitales, son algunos ejemplos de tecnologías que han modificado radicalmente el modo de presentar los contenidos expositivos.

Creo que en estos momentos los principales cambios vendrán provocados por el desarrollo y la generalización de la inteligencia artificial, de la realidad aumentada, y quizá incluso del Metaverso. Estas tecnologías producirán aplicaciones novedosas relacionadas con el aprendizaje y la difusión de contenidos que acabarán por integrarse en los museos.

(Daniel): Ahora existen muchas iniciativas de museos virtuales en los que la visita se realiza por Internet y sin necesidad de pisar físicamente la sala. ¿Cómo valora esta modalidad? ¿No está desvirtuando un tanto la experiencia de visitar un museo?

Creo que es muy difícil que la visita virtual a un gran museo, por muy conseguida que ésta esté, pueda llegar a sustituir la experiencia de una visita real al mismo.

Por otra parte, una visita virtual de calidad puede hacer accesibles los contenidos de un museo magnifico, como puede ser el Hermitage, a todos aquellos que no tengan la posibilidad de desplazarse hasta San Petersburgo, y además puede añadir información complementaria en forma de realidad aumentada, vídeos, textos e imágenes de contexto, mostrar detalles de difícil visualización, piezas almacenadas en los depósitos del museo por falta de espacio expositivo, etc.

(Marcos): ¿Cuáles son nuevas tendencias en el mundo de los museos?

No creo que se pueda hablar de “tendencias” en los museos como si nos refiriésemos a modas pasajeras que cambian constantemente, pero en todo caso, sí se pueden identificar ciertos rasgos comunes en buena parte de los nuevos museos, o de los museos existentes que están siendo renovados:

Desde un punto de vista puramente material, los museos se están tecnologizando cada vez más, tanto en lo invisible para el visitante, su gestión, como en los recursos expositivos que presentan y desarrollan sus contenidos.

Desde un punto de vista conceptual, los museos de nueva creación tratan de ser diversos e inclusivos, se abren cada vez más al diálogo con sus visitantes, dan voz a las comunidades en las que se insertan, y tratan de equilibrar el rigor científico en sus contenidos y su misión divulgativa con la diversión y la espectacularidad. Esto último, obviamente, varía mucho según el tipo de museo, su temática, recursos, público objetivo, etc.

(M.J): Visitar grandes espacios como El Louvre, El Prado o El British Museum puede ser una experiencia asfixiante por las aglomeraciones de gente. ¿No cree que convertir los museos en productos de consumo masivo es contraproducente para la difusión de la cultura?

Es cierto. Recorrer el Louvre o los Museos Vaticanos junto con grupos de visitantes que corren de sala en sala interesados solamente en ver la Gioconda o la Capilla Sixtina, puede resultar frustrante y desmotivador para el viajero más reposado. Pero este es un problema con una difícil solución.

Por una parte, limitar el acceso a los museos más populares, más allá de lo que ya se hace por motivos de seguridad y conservación, nos privaría a muchos de la experiencia única de contemplar directamente las obras maestras más célebres, aunque sea en el contexto de una sala repleta de visitantes.

Por otra parte, un alto número de visitantes contribuye a garantizar la supervivencia de los grandes museos, aportando buena parte de los recursos para mejoras y mantenimiento de las instalaciones y las colecciones, y para la inclusión de nuevos recursos expositivos.

Personalmente, visito con frecuencia los grandes museos multitudinarios, pero también acudo a muchos museos menos conocidos pero no menos interesantes, donde puedo disfrutar de sus contenidos con mayor tranquilidad y recogimiento.

(Héctor): ¿De qué manera pueden conectar los museos con las inquietudes y gustos de las nuevas generaciones?

En general, los museos han comprendido que para garantizar el reemplazo generacional de sus visitantes deben adaptarse a los nuevos tiempos, tanto en los contenidos expuestos como en el modo de presentarlos. Las nuevas generaciones tienen acceso a una enorme cantidad de información en tiempo real, presentan unos intereses y un rango de atención muy distinto al de sus padres, y a menudo se encuentran, por así decirlo, “sobreestimulados”.

El modo de conectar con las nuevas generaciones de visitantes a los museos debería basarse en un equilibrio entre el empleo de las múltiples posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, con una selección de contenidos que capten la atención de los más jóvenes. Un museo no puede ni debe competir con el estímulo y la gratificación instantánea que ofrece un videojuego pero debe ser sensible a las nuevas realidades sociales, a los nuevos modos de comunicación, las nuevas preocupaciones, los nuevos intereses y las nuevas sensibilidades. Un museo actual debe ser participativo, diverso, divertido e incluir un cierto factor de sorpresa y espectacularidad.

 

(Marisa): ¿Cuáles son a su juicio los museos que mejor se han adaptado a los nuevos tiempos?

Es difícil escoger uno o varios museos como ejemplos de “museo ideal”. Cada museo es un mundo con unos objetivos, contenidos, público, entorno y recursos totalmente diferentes.

Como ejemplo de museo que ha sabido renovarse haciendo uso de la tecnología y que que fue un precursor en este sentido mencionaría al “Museo de Arte de Cleveland” y su “Gallery One”. Se trata de una institución en la que la tecnología ha permitido no solo incrementar considerablemente el número de visitantes sino estrechar el vínculo entre los visitantes y la propia colección del museo.

Por otra parte, un ejemplo de museo de nueva creación que ha tratado de incorporar de manera activa los conceptos de inclusividad, participación y debate, tan importantes hoy en día, sería el “Forum Humboldt” en Berlín, un museo que se plantea como un marco para el intercambio cultural y la confrontación de ideas, más allá de los propios contenidos expuestos.

 

(Salvador): ¿Qué aplicaciones tienen tecnologías como la IA o la realidad aumentada en el mundo de la difusión cultural?

Las posibilidades de empleo de la IA y la realidad aumentada son realmente enormes.

La IA se utiliza en la gestión diaria de los museos más modernos analizando datos como el número y tipo de visitantes, el patrón de sus visitas (día de la semana, duración, puntos de atención, recorridos, etc), para tomar decisiones informadas que optimicen la experiencia de público.

 

En lo que se refiere a los contenidos, tanto la IA como la realidad aumentada multiplican la capacidad de cualquier recurso expositivo y facilitan captar y retener el interés del visitante generando recreaciones, simulaciones, cruces de datos, etc, a menudo en tiempo real. Se trata de recursos que nunca deberían sustituir a los profesionales que estructuran y desarrollan los contenidos de los museos (curadores, etc), pero si suponen unas nuevas herramientas, realmente poderosas, que permiten complementar el discurso expositivo.

 

 

 

(Antonio): La interacción es un concepto que ha entrado hace relativamente poco en el mundo de los museos. ¿Cómo mejora la experiencia del visitante?

Tradicionalmente, la relación entre los museos y sus visitantes era unidireccional. El museo planteaba unos contenidos completamente cerrados y el visitante los asumía desde una posición completamente pasiva. Con la introducción paulatina de la interacción el visitante gana cierto poder de decisión sobre los contenidos que ve, cuánto quiere profundizar en los mismos, y además la información se presenta de un modo más lúdico. Todo esto permite al visitante integrarse más en el discurso expositivo, lo que aumenta la compresión y el disfrute de dichos contenidos.

Arrancamos

En breves minutos empieza nuestro encuentro.

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