Quantcast

Cultura

DEMOCRACIA TABERNARIA

¿Por qué defender la monarquía (hereditaria)?

Pocos darían la vida por un sistema; muchos la darían por un rey justo. Él puede obrar el milagro de reunir las voluntades más dispares; el milagro de que dos enemigos acérrimos empuñen juntos la espada

Una mujer sostiene un cartel contra la Monarquía
Una mujer sostiene un cartel contra la Monarquía EFE

Ante las pretensiones de muchos que querrían presenciar la proclamación de Pedro Sánchez como jefe de Estado, de muchos que fantasean con una III República feminista y ecosostenible, los monárquicos, indignados, esgrimen multitud de argumentos favorables a «la institución». Algunos ―supongo que catalanes de nacimiento o ascendencia― afirman que la monarquía nos resulta infinitamente más barata de lo que nos resultaría cualquier república y recuerdan que esto, en tiempos de penalidades y privaciones, cuando uno se hurga los bolsillos y apenas encuentra monedas de cinco céntimos ya mohosas, no es cosa menor. Otros aseveran que, siendo la monarquía que-nos-hemos-dado una monarquía constitucional en la que «el rey reina pero no gobierna», es también perfectamente democrática y, por tanto, indiscutiblemente buena.

Entiendo los argumentos, pero se me antojan del todo impertinentes. Ensalzar un bien porque es barato sólo es tan frívolo como ensalzar un bien porque es caro. Puedo comprender que alguien practique el esquí porque lo considere estimulante; me parecería estúpido que alguien lo practicara por el simple y anecdótico hecho de que sea lujoso. Si la monarquía nos pareciese una forma superior de gobierno, nosotros habríamos de reivindicarla aunque ello implicase abjurar de nuestra austeridad. Quien defiende la monarquía porque es económica defiende menos el trono que el ascetismo, menos la corona que la frugalidad.

El segundo argumento es, con todo, aún peor. Consiste en defender la monarquía actual por cuanto no tiene de monárquica o sí de democrática. La idea de que el rey debe reinar pero no gobernar me resulta tan inadmisiblemente paradójica como la de un niño al que se le impele a correr sin moverse. El gobierno es una de esas penosas tareas que están intrínsecamente vinculadas con el reinado. Un monarca sólo puede renunciar a ella a condición de que renuncie también a serlo.

La monarquía exige lealtad a un hombre. La república, por el contrario, exige lealtad a una abstracción

A la luz de los párrafos anteriores, alguien podría acusarme de ser antimonárquico. Todo lo contrario. Es precisamente mi condición monárquica la que me ha impelido a escribirlos. Si la monarquía es una forma valiosa de gobierno, si es ontológicamente superior a otras, merece la pena defenderla con argumentos dignos. Uno tiene que ver, creo, con la búsqueda del poder y las servidumbres inherentes a ella. Nada más sensato que entregarle el gobierno a quien no lo ha pretendido. El heredero no gana el poder como conquista; lo recibe como don. Está libre, pues, de ese proceso degenerativo que acontece en el alma de todos los hombres que pugnan por el dominio. ¿Cuántas promesas ha de traicionar quien desea el poder? ¿Cuántas amistades ha de violentar en su persecución? En la carrera por el gobierno, el vicio es casi una exigencia; la virtud parece un imposible.

Monarquía y lealtad

Hay otra posible defensa que esboza santo Tomás de Aquino en su De Regno. Si el bien común consiste, como demuestra en páginas previas, en algo así como una unidad de la paz, entonces la monarquía es el mejor de los regímenes posibles: «Evidentemente mejor puede lograr la unidad lo que es uno por sí mismo que muchos (…) Luego es más útil el gobierno de uno que el de muchos (…) Las provincias y las ciudades que no son gobernadas por uno padecen disensiones y vacilan faltas de paz, de tal forma que parece cumplirse aquello de lo que el Señor se queja al profeta al decir: “Muchos pastores han arruinado mi viña”. Por el contrario, muchas ciudades que se encuentran bajo un solo gobernante gozan de paz, se distinguen por la justicia y se alegran por la abundancia. Por eso el Señor prometió a su pueblo a través de los profetas como gran regalo que les daría una sola cabeza y que habría “un solo príncipe en medio de ellos”».

El argumento tomista es útil también para el contemporáneo debate entre monarquía y república. Dice Tomás que el gobierno de uno es preferible porque puede preservar mejor la unidad social. Tiene razón. Yo añado que el principal motivo está relacionado con la naturaleza humana, tan carnal como espiritual. La monarquía exige lealtad a un hombre. La república, por el contrario, exige lealtad a una abstracción. Pocos darían la vida por un sistema; muchos la darían por un rey justo. Él puede obrar el milagro de reunir las voluntades más dispares; el milagro de que dos enemigos acérrimos empuñen juntos la espada, tensen unidos el arco, para defender hasta la muerte su causa.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • K
    Karl

    Parafraseando a Brecht:
    Pobre es la Nación que necesita reyes.
    __
    "Unglücklich das Land,
    das Helden nötig hat!"
    ~Bertolt Brecht

  • K
    Karl

    Mientras el Estado siga haciendo del robo un privilegio legalizado, la pelea por ese priviliegio continuará.
    __
    "As long as the State makes the seizure of wealth a matter of legalised privilege, so long will the squabble for that privilege go on."
    ~Albert Jay Nock

  • K
    Karl

    "Cuando un asno es de muchos,
    los lobos se lo comen.“
    ~Juan de Mariana,†1624
    __
    Las instituciones, e.g. el gobierno, como bienes comunes que son, padecen de la misma tragedia:
    https://es.m.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_los_bienes_comunales

  • K
    Karl

    Un político profesional es un hombre profesionalmente deshonroso; Para acercarse a la posibilidad de tener a un alto cargo tiene que hacer tantos compromisos y someterse a tantas humillaciones que se vuelve indistinguible de un perro callejero.
    __
    "A professional politician is a professionally dishonorable man.
    …to get anywhere near high office he has to make so many compromises and submit to so many humiliations that he becomes indistinguishable from a streetwalker."
    ~H.L. Mencken

  • K
    Karl

    "El poder atrae a los peores
    y corrompe a los mejores".
    ~Ragnarr Loðbrók, "Vikingos".

  • K
    Karl

    El trabajo más impropio para cualquier persona es mandar a otras personas. Ni una entre un millón es apta para ello, y menos aún aquéllas que quieren hacerlo.
    __
    "The most improper job of any man is bossing other men.
    Not one in a million is fit for it, and least of all those who seek the opportunity."
    ~J.R.R. Tolkien

  • K
    Karl

    Que el autor nos quiera hacer creer le parece "tan frívolo" "[e]nsalzar un bien porque es barato [..] como ensalzar un bien porque es caro" es como esperar que nos anuncien las cosas con "malo, feo y caro", en lugar de "bueno, bonito y barato."

    • K
      Karl

      Que el autor nos quiera hacer creer que le parece "tan frívolo" "[e]nsalzar un bien porque es barato [..] como ensalzar un bien porque es caro" es como si nos quisiera hacer creer que prefiere lo "malo, feo y caro", en lugar de lo "bueno, bonito y barato."

  • K
    Karl

    "La democracia por sí es enemiga de la libertad, y por su propio peso, si no es contenida por otras fuerzas ajenas a ella, lleva al absolutismo mayoritario."
    ~José Ortega y Gasset

  • K
    Karl

    "[L]os políticos de una democracia son demagogos profesionales que recurren constantemente a los instintos igualitarios. Y como a los políticos elegidos por el pueblo nunca se les hace personalmente responsables de los actos que realizan en el desempeño oficial de su cargo público, son mucho más peligrosos para la propiedad privada de lo que lo haya podido ser nunca cualquier rey."
    ~Hans-Hermann Hoppe

  • K
    Karl

    Así como el antiguo régimen se basaba en el mito del derecho divino de los reyes, el mito del presente es el derecho divino de los parlamentos y la santidad su leyes.
    __
    “The great political superstition of the past was the divine right of kings. The great political superstition of the present is the divine right of parliaments. The oil of anointing seems unawares to have dripped from the head of the one on to the heads of the many, and given sacredness to them also and to their decrees.”
    ~Herbert Spencer

  • K
    Karl

    Cuando las cuestiones importantes que afectan la vida de un individuo se decididen por otra persona, para el individuo en cuestión es indiferente si esa otra persona es un rey, un dictador[, un consejo de ministros, el comité del partido,] o la sociedad en general.
    __
    "When important issues affecting the life of an individual are decided by somebody else, it makes no difference to the individual whether that somebody else is a king, a dictator, or society at large."
    ~James Taggart

  • R
    Rac_Lpez

    Es casi risible como los plumillas de este "periódico" justifican a los borbones: una saga de puter@s, ladron@s, corrupt@s mangant@s. Espero que al menos se les recompense adecuadamente por su servilismo medieval. https://diario-de-un-ateo.blogspot.com/2020/12/los-borbones-se-rien-en-nuestra-cara-y.html

  • J
    jgalesco

    El rey en este sistema actual de España se ha convertido en un trampantojo que solo sirve para engatusar a la generalidad de ciudadanos para que sigan creyendo que España es un Estado que defiende la igualdad y la justicia. España se ha convertido en un Estado asimétrico con ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda y el rey no ha podido impedirlo porque no tenía Potestad para hacerlo. España es una partitocracia en la que es el líder del partido con menos escrúpulos el que manda.
    Yo he sido monárquico siempre, pero los últimos acontecimientos me han abierto los ojos, la monarquía no sirve. En una república, normalmente el Jefe del Estado no es el Jefe del Gobierno, y esa es la ventaja que tendría una República sobre la Monarquía española, en una república el Jefe del Estado puede pararle los pies al jefe del gobierno como ha ocurrido en Portugal hace pocos meses. De todas formas una república no nos salva del peligro que tanto el Jefe del Estado como el Jefe del gobierno sean del mismo partido y además sean ambos unos traidores.

    • S
      Sprngr

      El pueblo vota según el criterio de un buen Rey que puede ser derrocado por el mismo pueblo. Y un presidente de Republica es un político de un partido que puede imponer una dictadura. Me quedo con la Corona, además de más barato es más rentable. Déjense de estupideces de aventuras de repúblicas bananeras.

  • T
    tteniax1tipointeligente

    Meritocracia, autogobierno, independencia, soberanía, responsabilidad individual y un montón de conceptos más que depende de con quién y para que los utilicemos significan una cosa o su contraria. Al final el Rey está para llevarnos borrachos a casa sin que nos multe el gobierno o nos estrellemos nosotros mismo? Me temo que con esos razonamientos y compañeros de farra al final la hostia va a ser inevitable y quizá hasta merecida. P.D. El texto aparece duplicado. Perfecta metáfora para cobrar (poco según el) por la misma palabra y trabajo (poco según yo).

  • X
    XaviLopez

    Lo comenta el autor en el texto, pero para mi es la razón más importante: el Rey no está intoxicado por la competición por alcanzar el poder, por lo que tiene la libertad en ese sentido para obrar lo que considere justo para España, y no lo que más le beneficie a él en una carrera electoral o profesional. Lamentablemente tenemos mucha experiencia en ver políticos que toman decidiones que son barbaridades en su propio beneficio o por ra mantener el poder y ahora mismo, con Pedro Sanchez, más que nunca.

    Siempre he dicho que “el Rey es el que se mantiene sobrio en una fiesta para que, cuando todos se han emborrachado y perdido el control, pueda llevar a casa a cada uno y devolverlos a su sitio”.

    Por eso, los únicos que pueden desear que desaparezca la monarquia son los que quieren que todo reviente por los aires y no haya nadie para evitarlo.

    ¿Monarquia o Republica? Ojala el Rey tuviese más poder del que tiene.

    • S
      Stephen Dedalus

      Pero su padre lo rechazó... y ahora pasa lo que pasa.