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Coachella: ¿el bajón de Blur refuerza la pujanza latina?

El mítico festival californiano necesita mirar más al sur global y separarse del viejo paradigma hípster

Will Smith y J. Balvin en Coachella 2024

La gran polémica del último festival de Coachella fue el enfado de Damon Albarn, líder del grupo Blur, cuando puso el micrófono al público para cantar su éxito “Girls & boys” y se encontró con una respuesta tremendamente tibia. Algunos denunciaron que el público ya va a los festivales más como parque temático que por la música, pero es una conclusión demasiado especulativa. En realidad, Blur no son un grupo conocido en Estados Unidos, sino unas viejas leyendas hípster del britpop de los noventa, que hacía más de diez años que no actuaban en el país.
Además, de forma digamos que delirante, muchas veces se nos olvida que son los artistas quienes están allí para entretener al público y no viceversa. No hay ninguna obligación de cantar por parte del público si el artista te lo reclama, por eso el superventas cobra un caché y el asistente paga una entrada (no trata precisamente, aquí supera los 400 euros).

El fin de semana, con un cartel que se repite dentro de unos días, tuvo uno de sus puntos fuertes en el espectáculo del reguetonero colombiano J. Balvin. Arrancó su show con la contagiosa “Mi gente” y poco a poco fue subiendo la intensidad, lo cual tiene mérito porque esa canción fue el punto de mayor intensidad de su legendario concierto de 2019, cuando la cantó con una invitada de excepción, nada menos que Beyoncé. Hace un lustro Balvin también brilló por incluir una medley de agradecimiento con los grandes éxitos de la historia el reguetón.

Ahora su guinda fue invitar a Will Smith, con quien hizo una versión de “Men in black”, que pegaba estupendamente con la escenografía futurista, una de las más alabadas y elaboradas del festival. Su estrategia siempre es la contraria de Blur: buscar formas de enganchar al público, te conozcan más o menos, en vez de verlos como figurantes cuya función es masajearte el ego.

Subidones latinos

La otra gran disfunción del festival fue el set de la excéntrica canadiense Grimes, un desastre absoluto que en muchos tramos sonó caótico y tuvo que finalizarse de manera precipitada, antes de su duración natural. La artista se disculpó a medias, comentando luego en redes que el problema radicaba en que había subcontratado la parte técnica, algo que no suele hacer, y que por eso se encontró con que alguna de sus bases pregrabadas iban al doble de velocidad deseada. Siendo honestos suena a excusa floja porque eso puede descubrirse en la prueba de sonido y además es poco habitual que ocurra (precisamente porque detecta antes de subir a escena). No revisar cada uno de los detalles del concierto más importante que vas a dar en el año nunca puede ser culpa de un empleado, sino una variante del divismo pop, que piensa que la culpa siempre es de los demás.

Hace veinte años nadie lo hubiera pensando, pero ya es más probable que un debut arrollador en Coachella venga de la parte sur del continente que de la norte.

Releyendo las crónicas de Coachella, parece fácil observar que los superventas anglo se ven como la versión musical de los genios del arte mientras que los latinos tiene el marco mental de los entretenedores, siempre al servicio del público. “¡Arriba la cultura mexicana! ¡Arriba México!”, fue su grito de guerra. Rindió homenaje a algunos de los grandes de la música popular de su tierra como Chalino Sánchez, Valentín Elizalde, Miguel y Miguel, Los Tucanes de Tijuana y Jenni Rivera.

Otro gran triunfo latino fue la actuación del debutante Bizarrap, que confirma que la música urbana latina ya tiene más pegada que el hip-hop incluso en Estados Unidos. ‘Biza’ aprovechó la ocasión para invitar a Shakira a interpretar “La fuerte” y la exitosa sesión #53 (donde arremetía contra Piqué) y de paso anunciar su cercana gira mundial. Aunque aún no se dieron a conocer las fechas ni las ciudades para esta esperada gira, se estima que dará inicio a mediados de este año y se extenderá hasta 2025. Bizarrap debutó a lo grande en el Sahara Stage, bajo una gran bandera argentina y acercando sus éxitos al formato de la música electrónica para convertir la pista en un enorme club de baile. Hace veinte años nadie lo hubiera pensando, pero ya es más probable que un debut arrollador en Coachella venga de la parte sur del continente que de la norte.

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  • R
    Rekaldeberri

    No lo entiendo: “los superventas anglo se ven como la versión musical de los genios del arte mientras que los latinos tiene el marco mental de los entretenedores”.

    Si los “anglo” lo son por cantar en inglés, los latinos supongo que cantan en latín, ¿no? Si cantan en español serán hispanos. No sé, llámenme loco, pero a mí me parece una obviedad. Latinos eran Ovidio, Horacio, Virgilio, Catulo, Lucrecio, Propercio... Grandes poetas que, ellos sí, escribían en latín.

    • E
      estebanmc

      En el vaticano están descorchando el champan: El Latin vuelve. Ya solo falta que tengan la mas mínima idea de cantar. Es el mismo modelo que el que propone que no lleves a tus hijos al colegio, que vayan a jugar al futbol: Tendrás al nuevo Ronaldo, eso sí, algo más inteligente.