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Cultura

'Bullet Train': Brad Pitt salva un thriller sin frenos

El actor de 58 años demuestra su buena forma en una película de acción frenética y divertida

Fotograma de 'Bullet Train'
Sony Pictures

¿Quién ese actor que aparece al lado de Bad Bunny? El mundo se rinde al reguetón, a sus ritmos, a sus letras y a sus grandes héroes en la música, pero también en el cine, donde el famoso cantante puertorriqueño interpreta a un sicario mexicano en busca de venganza en la película Bullet Train, que acaba de llegar a los cines. Su objetivo no es otro que acabar con Brad Pitt, ese archiconocido actor para unos y un completo desconocido para otros que interpreta a otro asesino a sueldo. Su encuentro en la gran pantalla marca el punto de inflexión entre dos generaciones que convergen en un punto: la diversión.

Una vez superado el choque generacional, del que no saldrán indemnes los más veteranos cuando descubran que Brad Pitt ya no es el actor absoluto y que los más jóvenes no saben quién es, lo cierto es que Bullet Train tiene justo lo que necesita este verano tan asfixiante: una trama delirante de principio a fin, entretenida, enrevesada hasta puntos insospechados, frenética y sin descanso que cuenta con dos buenos motivos para no perdérsela. Por un lado, unos personajes redondos, memorables y carismáticos, por otro, un humor grotesco y desbordante.

Aaron Taylor Johnson, Joey King y Brian Tyree Henry completan el elenco principal de esta película, cuya acción se desarrolla en el famoso tren bala japonés. En un viaje sin escalas por el país nipón, un grupo de asesinos diferentes pero conectados entre sí se encuentran y tratan de llegar a su destino y cumplir sus misiones, pase lo que pase.

De todos los motivos por los que merece la pena ver Bullet Train -dirigida por David Leitch (Deadpool 2) y basada en la novela Maria Beetle, de la escritora japonesa Kōtarō Isaka- el más llamativo para esta redactora de Vozpópuli es que Brad Pitt, a sus 58 años, ha demostrado estar más en forma que cualquier otro actor de su quinta, con permiso de Tom Cruise, nacido un año antes. No ha perdido atractivo físico, se mantiene ágil y es capaz de sostener el difícil equilibrio entre el humor y la tensión que propone esta película, un combinado de acción y diversión a 460 kilómetros por hora.

Si hay que poner algunas objeciones al buen funcionamiento de este filme, se puede destacar la escasa habilidad, en ocasiones, para sostener un elenco tan variado y con un protagonismo tan coral, algo que se suma a a las situaciones enrevesadas que por momentos parecen perder el control de la película. Sin embargo, a pesar de discurrir sin frenos en ocasiones y saltar de un personaje a otro a demasiada velocidad, el tren no descarrila en ningún momento.

Este festín de Bullet Train es atrevido y canalla, recuerda al mejor Quentin Tarantino en su festival de violencia y a las locuras de Guy Ritchie, y el desfile de sicarios resulta tan atractivo como alocado: dos falsos gemelos, un miembro de la yakuza, una joven vestida de colegiala japonesa o un señor aparentemente apacible (Brad Pitt) que atrae a la mala suerte y, con ella, una ola de violencia sin frenos.

Es el veterano actor quien reflota cualquier atisbo de caída en el descontrol o el aburimiento: Brad Pitt resulta divertido, tanto como para atraer al público más joven, ese que parece haber desaparecido de las salas de cine, ese al que cuesta tanto atraer. Como si fuera un reto, Bullet Train y su protagonista, Brad Pitt, probablemente conseguirán conquistar a quienes no conocen su nombre pero bailan al ritmo de Bad Bunny. En 2022, no haber desconectado jamás del espectador y presentarse ante nuevos públicos es un logro que pocos tienen la capacidad de lograr.

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