Quantcast

Cultura

Sinde: u0022No es bueno que el audiovisual de un país se defina en unos despachos de Los Ángeles o de Londresu0022

La que fue ministra de Cultura entre 2009 y 2011 regresa a la dirección de cine con 'El comensal', adaptación de la novela de la nieta de un empresario asesinado por ETA

Ángeles González-Sinde
Ángeles González-Sinde Mikel Larrea

El duelo y la ausencia son dos experiencias con las que ha tenido que lidiar a lo largo de su vida Ángeles González-Sinde, cineasta, presidenta de la Academia de Cine entre 2006 y 2009 y ministra de Cultura entre 2009 y 2011, durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Su padre, el reputado director José María González-Sinde falleció en 1992, cuando ella apenas tenía 27 años, una muerte prematura a la que se sumó más tarde la pérdida de su hermano pequeño hace once años, y el fallecimiento hace apenas tres del editor Claudio López-Lamadrid, con quien mantenía una relación sentimental.

No es extraño por ello que su regreso a la dirección 14 años después de Una palabra tuya (2008), su anterior filme, esté lleno de guiños a unas circunstancias que, aunque son históricamente remotas, comparten con su experiencia el dolor y la pérdida. En esta ocasión dirige El comensal, la adaptación al cine de la novela homónima y autobiográfica de Gabriela Ybarra, nieta del empresario y político vasco Javier Ybarra, que fue asesinado por ETA en 1977. El filme, protagonizado por Susana Abaitua, Ginés García Millán y Adriana Ozores y que llega este viernes a los cines españoles, aborda la pérdida tanto desde la perspectiva del asesinato terrorista como de la muerte debido a la enfermedad.

En Vozpópuli hemos hablado con Sinde sobre el relato de la pérdida, su nueva película, el panorama audiovisual tras la ley antipiratería que lleva su nombre y el de su sucesor en el cargo -Ley Sinde-Wert-, los retos de la mujer en el mundo del cine y el futuro incierto de las salas de cine.

Pregunta: El comensal es una película que lidia con las ausencias y con el duelo. Tú también perdiste a tu padre cuando eras joven. ¿Fue esta conexión determinante para el proyecto?

Respuesta: Es algo que de manera inconsciente te marca. Las novelas que he escrito o las películas que he dirigido siempre tienen un componente de duelo y de cómo sobreponerse cuando has tomado conciencia de que la vida puede ser muy dura. El comensal es una novela con la que comparto eso tan contradictoria de ser muy pudoroso y al mismo tiempo contar y conectar con los otros. Hablar de lo propio pero sin hacerlo de manera exhibicionista. También me gusta de esta novela el impacto que tiene lo social y lo político en lo íntimo y lo personal. La novela tiene una escritura muy delicada y elegante que me cautivó mucho.

P: En los últimos años hemos visto alguna serie o película sobre ETA. ¿Tienes la sensación de que aún hay muchas historias en el cajón?

R: Tiene que haber más historias porque es un terreno muy rico. Un enfrentamiento entre familias, vecinos y compañeros de trabajo, tantas disensiones, traiciones y ayudas, y esos conflictos que modificaron la vida de tantísima gente durante 50 años. No es algo que afectó al País Vasco, porque todos los que hemos crecido con la sombre y la amenaza de ETA ahí detrás lo vivíamos día a día. Mi infancia en los 70 y los 80 era cada día, había atentados día sí y día no, cada día moría alguien. Has crecido con eso. Un campo de batalla es por su propia naturaleza de donde nacen las historias. Desde La ilíada la literatura se nutre, y el cine y el teatro por supuesto, de esas luchas por la supervivencia y también por la convivencia. Habría mas novelas, más películas y más series.

P: ¿Recuerdas dónde estabas cuando ETA anunció el cese de la lucha armada, en octubre de 2011, cuando aún estabas en el cargo como ministra de Cultura?

R: Ocurrió un jueves y al día siguiente, como todos los viernes, había consejo de ministros. Fue muy emocionante y le regalamos unas flores al presidente Zapatero. Era algo histórico y la mayor parte del Gobierno no teníamos ni idea, solo el ministro del Interior, Antonio Camacho, o Alfredo Pérez Rubalcaba, que era vicepresidente, podían estar al día de esos detalles y de que eso se iba a producir.

P: Has tardado en volver a dirigir desde que dejaste el cargo, aunque sí has trabajado como guionista. ¿Has sentido vértigo?

R: Una película tiene mucha responsabilidad. Es un presupuesto muy alto, con un equipo de muchas personas y un tiempo tasado. El vértigo también se controla trabajando y preparando. Costó sacarla adelante por distintas circunstancias. Empecé en 2016 con el guion y hasta 2021 no rodamos, así que ha pasado tiempo.

No es bueno que en una cinematografía haya poca variedad, y lo que garantiza que haya diversidad es que haya productores independientes", sostiene la directora

P: Y además han pasado muchas cosas en el audiovisual. ¿Es una industria diferente a la que conociste?

R: Han cambiado la manera en que se financian las películas, la manera en la que se distribuyen y en que se consumen, pero la mecánica de hacer una película es la misma, tampoco ha variado tanto desde el cine mudo. Ya se inventó el método y sigue siendo parecido.

P: ¿Imaginabas como ministra este panorama de plataformas audiovisuales, con este flujo de contenidos?

R: Prever el futuro es difícil, pero por eso en aquel momento la distribución por internet era tan importante en mi tarea de ministra, porque estaba claro que ahí estaba el futuro y el presente más inmediato y o bien se pactaban bien las reglas del juego o podía llevarse por delante la industria.

P: Hay una cuestión que preocupa mucho a los productores españoles, que desde el Festival de Cannes han hecho un llamamiento al actual ministro de Cultura, Miquel Iceta, ante la previsible aprobación este jueves de la Ley Audiovisual. A su juicio, pone en peligro la producción independiente.

R: No es bueno que en una cinematografía haya poca variedad, y lo que garantiza que hay diversidad es que haya productores independientes, es decir, que no todo el patrimonio audiovisual de un país sea definido en unos poquitos despachos de Los Ángeles o de Londres, sino que haya todo tipo de historias de broten cada una de una manera. Es estupendo que podamos ver cine español en las plataformas de las que somos suscriptores, pero es bueno que haya una convivencia, porque eso es lo que hace que el cine europeo tenga un valor extra.

El porcentaje de mujeres que llegan a la dirección cada año no creo que llegue ni al 20%. Sin embargo, las mujeres que dirigen -Icíar Bollaín, Isabel Coixet o Carla Simón- tienen muy buenos resultados", afirma Sinde

P: El cine español que viaja más allá de las fronteras a los grandes festivales independientes está casi capitaneado por mujeres, pero no cuentan con grandes presupuestos.

R: Hay que tener cuidado porque a veces se produce un espejismo. El porcentaje de mujeres que llegan a la dirección cada año no creo que llegue ni al 20%. Sin embargo, las mujeres que dirigen -Icíar Bollaín, Isabel Coixet o Carla Simón- tienen muy buenos resultados. Hay una proporción muy alta de esas películas que tienen mucha visibilidad y nos puede dar la sensación de que porque Jane Campion ha hecho una película que ha tenido mucho éxito es que hay muchas mujeres en Hollywood. No, hay solo dos o tres, lo que pasa es que las vemos más, pero seguimos siendo muy pocas. Otra cosa es las razones por las que las mujeres -quizás por autoexigencia o porque llegamos a la dirección después de habernos sometido a unos filtros- llegan con un nivel de madurez o de preparación muy distinto. Pero como norma general siguen siendo muy pocas y, sobre todo, muy pocas jóvenes, que es lo que es grave.

P: Las cifras de la taquilla son dramáticas. ¿Es necesario bajar el IVA?

R: No es un problema del precio de las entradas sino del valor que le damos a ir al cine. Si lo comparas con otras actividades no son caras, y si lo comparas con otras capitales europeas es muy asequible. Es un problema del hábito, que se ha transformado, y del valor que se le da. La pandemia ha acelerado una tendencia que ya venía manifestándose desde hace unos años y que es ese abandono de las salas por las pantallas. Cada uno consumimos además nuestras series por separado. En una misma casa a lo mejor cada hijo está viendo su serie en su pantalla y en el salón los padres están viendo otra cosa. Creo que las salas se recuperarán porque la experiencia de ir al cine a ver una película a una pantalla grande y sin interrupciones en un mundo en el que tenemos constantes interrupciones sigue haciendo que sea mágico.

P: El próximo 4 de junio se celebran elecciones a la presidencia de la Academia de Cine. ¿Cuáles son los asuntos más urgentes que hay que abordar en esta institución? ¿Sigue existiendo una desafección entre el público y el cine español?

R: Creo que esos prejuicios ya se han superado, quedan muy atrás y ahora los problemas que pueda tener el cine español para llegar a sus espectadores son los mismos que tiene el cine europeo en España para acceder a los espectadores. Quien tiene mejor promoción puede hacer llegar su mensaje de manera más eficaz.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.