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Cultura

¿Cuánto vale una vida? La pregunta que el 11-S obligó a responder

Michael Keaton y Stanley Tucci protagonizan 'Worth', un drama basado en hechos reales sobre la compensación a las víctimas de los atentados

Este sábado 11 de septiembre se cumplen 20 años de los atentados terroristas que acabaron con la vida de más de 3.000 personas y que causaron 25.000 heridos en los ataques perpetrados por suicidas yihadistas en las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono. Tras el estado de shock inicial del 11-S, inédito en la historia de los Estados Unidos, el país tuvo que afrontar una situación anómala y de difícil solución: la compensación a las miles de familias afectadas por la pérdida de sus seres queridos.

¿Cuánto cuesta una vida? ¿Qué valor tiene una pérdida frente a otra? ¿Qué fórmula es la ecuánime? ¿Existe la manera de compensar la pérdida incalculable de un padre, un hijo o una pareja? ¿Es el dinero suficiente para aliviar la pena irreparable? Estas son algunas de las preguntas que trata de responder la película Worth, un filme dirigido por Sara Colangelo y protagonizado por Michael Keaton y Stanley Tucci, basado en el caso real al que se enfrentó el gobierno estadounidense, que llega este viernes a los cines españoles tras su paso por el Festival de Sundance.

Ante la difícil tarea de indemnizar a los familiares de las víctimas, el Congreso estadounidense encargó al abogado Kenneth Feinberg, a quien da vida Keaton, dirigir el Fondo de Compensación a las Víctimas del 11 de Septiembre. La difícil misión contaba con varios obstáculos, como las presiones de los abogados que quisieron presentar una demanda a toda costa o de las aerolíneas que, en cambio, buscaban un acuerdo. A estas barreras se sumó la oposición de Charles Wolf (Stanley Tucci), un organizador comunitario entre los afectados que perdió a su esposa en los atentados.

Más allá de presentarse como una película de abogados y entresijos judiciales y políticos, Worth mantiene cierta solemnidad y respeto ante unos hechos que aún erizan la piel y da voz a testimonios ficticios -basados, probablemente, en las miles de historias reales registradas por medios de comunicación, cineastas o escritores- que ponen el foco en la dimensión humana de la tragedia.

11-S: ¿Es posible ser imparcial?

Aquel fondo de compensación supuso algo único en la historia de Estados Unidos y gracias a este logro se distribuyeron 7.000 millones de dólares a 5.560 personas, pero llegar a un acuerdo que ponderase el valor de las pérdidas y la justicia no fue algo sencillo para el bufete dirigido por Feinberg, tal y como muestra esta película, que a pesar del tono obvio y simple que presenta en ocasiones, logra transmitir la pesadilla burocrática que supuso aquel trámite de manera clara y directa.

Además, y lo más importante, no resulta melodramática en ningún momento y la lágrima fácil está desterrada desde la primera hasta la última escena de la película, a pesar de escuchar el relato de una madre que perdió a su hijo o de padres que velaron durante días cuerpos ajenos, mientras sus propios hijos estaban muriendo solos. La tragedia conmueve en Worth pero la cinta no se recrea en el dolor y mantiene un ritmo ágil imprescindible para conservar el interés del espectador.

Lo cierto es que los culpables de captar la atención son sus protagonistas, Michael Keaton y Stanley Tucci, una pareja que se enzarza con mesura y retórica en un duelo interpretativo en el que el dinero y lo material queda enfrentado a la sed de justicia, y en el que la compensación económica choca con la necesidad de cambiar la visión de las víctimas. La "calculadora del gobierno" que se presenta ante el espectador encarnada en el personaje de Keaton se ve obligada a ganarse la confianza de los afectados y, para ello, no hay otra vía que la empatía que le propone el personaje de Tucci. ¿Cuánto cuesta una vida? Al menos, que la administración preste la atención que merece cada uno de los casos afectados.

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