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Bárcenas vuelve a ser 'Luis el Cabrón' y el albornoz 'talla M' de López Viejo

Isabel Jordán, gestora de Correa, dice que le conoció a través de Sepúlveda

Los esfuerzos que habían hecho durante sus declaraciones Francisco Correa, Pablo Crespo y Álvaro Pérez por desligar el alias de 'Luis el Cabrón' de Bárcenas han encontrado en la declaración de una de sus empleadas una vía de agua que puede hacer naufragar el único 'gesto' que 'Don VIto' había tenido hasta ahora con el ex tesorero del PP desde que se inicio la vista. Isabel Jordán, administradora de varias empresas de la trama y la mujer a la que todos acusan de derrochar dinero de las sociedades en comprarse bolsos, ha asegurado en la sesión de la mañana de este lunes que cuando oía al cabecilla hablar por teléfono de 'Luis el Cabrón' ella "y mucha gente" tenían claro que se referían al entonces senador 'popular'. Y lo ha dicho dos veces.

Isabel Jordán ha asegurado en dos ocasiones que cuando oía hablar de 'Luis el Cabrón' todo el mundo entendía que se trataba de Bárcenas

Una afirmación que va más allá de lo meramente anecdótico, porque en ese detalle el ex tesorero se juega ser condenado o no por el delito de cohecho.No obstante, no será la última vez que lo que 'El Bigotes' definió como un apelativo "cariñoso" vaya a salir durante el juicio ya que también este lunes el Tribunal ha confirmado que el empresario Luis Delso, al que Correa y sus muchachos señalan como el auténtico y genuino 'Luis el Cabrón', va a ser citado para que declare como testigo durante el juicio. Tal vez entonces se sepa si él es el verdadero, si el 'sambenito' corresponde a su tocayo político... o a los dos.

El resto de la declaración de Isabel Jordán ha tenido pocas consecuencias para sus compañeros de banquillo. Como todos los que han sido interrogados hasta ahora, ella también se ha agarrado a la pseudo confesión de su jefe, Francisco Correa, para declinar cualquier responsabilidad en las actividades de la trama y en el pago de 'mordidas' a políticos. De hecho, esta empleada de la red, para la que la Fiscalía Anticorrupción  pide 39 años y un mes de cárcel, ha asegurado que ningún político le pidió dinero ni ella hizo entregas de sobres. Sólo admitió haber dado regalos de Navidad, "detalles" como los calificó, a Alberto López Viejo, entre otros. En concreto a este último un albornoz "talla M" y sesión de 'spa'.

'El Toyota'

Este político, ex concejal 'popular' en el Ayuntamiento de Madrid y considerado durante mucho tiempo el 'delfín' de Esperanza Aguirre, ha sido de los más mencionados por Isabel Jordan en su declaración ante el Tribunal. De él ha dicho que oyó que le llamaban 'El Toyota' por su vinculación familiar con un concesionario de esta marca y el sospechoso hecho de que el Consistorio comprase todos los vehículos de la misma. Y también que a él y a sus secretarias se le hacían regalos pero sin ninguna intención de sobornar, faltaría más. Incluso ha negado que la mujer del político, también procesada, fuera la receptora de un bolso cuando la fiscal le ha mostrado la factura de compra con anotaciones que ha reconocido como suyas y que sugieren claramente que se le entregó a la misma. No ha sabido explicar por qué escribió aquello, pero ha asegurado tener claro que a esta mujer la Gürtel no le dio dicho "detalle".

Jordán ha justificado ser accionista y administradora de cuatro empresas de la trama porque se lo pidieron Correa y Crespo, y ella "era muy inocente"

Ha sido un ejemplo más de que la declaración de Isabel Jordan ha tenido como principal objetivo nadar y guardar la ropa, colaborar con la Justicia pero no salpicar a nadie más allá de Correa. Por ello, ha insistido una y otra vez que ella se limitaba a hacer su trabajo, que no se enteraba de la trastienda societaria que había detrás de todo y que, al fin y al cabo, la última palabra la tenía siempre 'Don Vito'. De hecho, ha insistido que si ella figuraba como administradora única de cuatro empresas claves de la trama era porque "era muy inocente" y se lo pidieron casi como un favor al que no se pudo negar. Aunque, visto lo visto ahora, asegura que si se lo ofrecen ahora, no lo haría "ni harta de vino".

En ese esfuerzo por desligarse de las oscuras actividades de esas mercantiles en las que ella aparecía como directiva y accionista, ha llegado a decir que de algunos de los detalles por los que le estaba preguntando la fiscal se estaba enterando en ese mismo momento. Por supuesto, tampoco sabía nada de facturas falsas aunque sí conocía que había una carpeta de "facturas especiales" de cuyo contenido y función no se llegó a enterar bien cuando se lo intentaron explicar. Como ha recalcado en varias ocasiones, de temas administrativos no estaba muy puesta. Por ello, cuando en 2007 intuyó que algo olía mal "me quité de en medio. No quería saber nada de ellos". Al fin y al cabo, ha recalcado que ella se consideraba "en todo momento una trabajadora, una empleada" que siempre creyó que los 6.000 euros que le daban periódicamente eran "un bonus" por su buen trabajo y no por jugar el papel de testaferro. Bendita ignorancia. 

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