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Paolo Vasile ataca a El Economista: denuncia una furibunda campaña contra Mediaset

Paolo Vasile y Alejandro Echevarría

La relación de amistad que ha existido durante varios años entre Mediaset y El Economista se ha enfriado. Es más, actualmente se encuentra varios grados bajo cero y se aproxima poco a poco al cero absoluto. Ambas compañías rompieron oficialmente su relación el pasado abril después de que la televisión privada decidiera salir del accionariado de Editora Digital de Medios, la empresa que compartían al 50% y con la que editaban el portal Ecoteuve. Desde entonces, Mediaset denuncia que existe una campaña “injustificada” contra su consejero delegado, Paolo Vasile, que ha exigido formalmente que termine.

El vínculo entre estos dos medios de comunicación se quebró la pasada primavera, cuando Mediaset comunicó a su socio su intención de abandonar el negocio que compartían debido al éxito que consideraba que había alcanzado Telemanía, la web sobre noticias de televisión que había puesto en marcha unos meses atrás y que en esa época había sobrepasado la barrera de las 500.000 visitas de usuarios únicos mensuales. Los responsables de la compañía consideraron que continuar prestando su apoyo a Ecoteuve -sobre el que tampoco "veían visos de que pudiera llegar a ser rentable"- suponía “duplicar esfuerzos”, de ahí que decidieran vender sus participaciones en Editora Digital de Medios.

Mediaset entró en Editora Digital de Medios en 2012, tras realizar una inversión de 500.000 euros

Vozpópuli ha tenido acceso a una dura carta enviada por Paolo Vasile al presidente de El Economista, Alfonso de Salas, en la que acusan a este medio de comunicación de utilizar la imagen de Paolo Vasile para ilustrar todo tipo de noticias negativas sobre el sector de la televisión desde que terminó su colaboración.

“Lo hace cada vez que tiene ocasión de escribir cualquier noticia que afecte a la empresa en la que trabajo, Mediaset, ya se trate o no de un hecho noticiable, o con ocasión de cualquier información que afecte, no ya a Mediaset de forma individual, sino al sector de la televisión”. Como, por ejemplo, “cuando su periódico ha tratado, de forma totalmente desinteresada, el novedoso asunto del duopolio televisivo entre Mediaset y Antena 3”, denuncia la misiva.

La carta critica que esta “curiosa y deontológica práctica” se haya puesto de manifiesto una vez que Mediaset decidiera abandonar el accionariado de Ecoteuve, a pesar de que los problemas sobre la estructura del sector de la televisión en España existen desde hace varios años. En esas líneas, los firmantes de este documento aprovechan para lanzar un dardo al periódico económico: “Esta empresa, como usted recordara, la pusimos en marcha como vía para hacerle llegar los 500.000 euros que nos pidió en el año 2012 ante la mala situación económica de su empresa”, recuerda la compañía responsable de Telecinco y Cuatro.

Las críticas a las televisiones privadas

Durante los últimos meses, han arreciado las críticas contra Atresmedia y Mediaset por la posición dominante en el mercado de la que gozan desde que absorbieran La Sexta y Cuatro, respectivamente. El miembro del Gobierno que más incisivo se ha mostrado a este respecto ha sido Cristóbal Montoro, que ha llegado a acusarles en el Parlamento de simpatizar con el PSOE por los "favores" que les hizo durante los gobiernos de Rodríguez Zapatero, fundamentales -a su juicio- para fortalecer su posición. Desde organismos como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también se ha avisado en reiteradas ocasiones de los peligros que conlleva la estructura bicéfala de este sector.

Diversos medios de comunicación se han hecho eco de este tipo de mensajes, pero en Mediaset ha dolido la forma y el tono con la que lo ha hecho El Economista, un medio de comunicación con el que, al margen de Ecoteuve, también ha colaborado en un proyecto para divulgar en Telecinco y Cuatro informaciones de índole financiera y con el que mantenía una buena relación hasta hace no mucho. No cabe duda de que esa buena sintonía se ha roto. La gran pregunta es si recuperarán la cordialidad o continuarán los ataques.

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