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Prisa dilata la negociación del convenio colectivo de la SER hasta tener luz verde para un nuevo ERE

Imagen de la redacción de la Cadena SER en Madrid completamente vacía durante la jornada de huelga convocada por los trabajadores de Prisa Radio el 29 de junio de 2012.

Grupo Prisa, que en el último año ha reducido de manera drástica su plantilla, tiene una asignatura laboral pendiente: un nuevo ERE en su división radiofónica. Varias fuentes del sector consultadas por Vozpópuli aseguran que la compañía cotizada aplicará un expediente de regulación de empleo en abril, mes en el que vence la restricción legal que hace un año impidió que se redujese la plantilla de la de la red de emisoras. Fuentes de los trabajadores coinciden en señalar en que el runrún de que este hecho tenga lugar se repite por los pasillos de las redacciones de Cadena SER desde hace meses y que temen que su puesta en marcha tenga lugar en unas semanas.

La representación sindical de Prisa Radio advierte de que la empresa denunció el convenio colectivo en diciembre de 2012 y hasta la fecha no ha citado a los trabajadores para negociar los términos del nuevo acuerdo laboral. Fuentes del comité interecentros, en este sentido, hacen hincapié en que propusieron a la empresa renovar el último (2010-2012), pero los directivos rechazaron esta opción, un hecho que alienta entre la plantilla el temor de que se negocie el nuevo convenio junto al expediente de regulación de empleo.

Vozpópuli se ha puesto en contacto con la empresa para preguntar sobre este hecho, pero sus responsables han declinado hacer ningún tipo de declaración. La representación ejecutiva de Recursos Humanos de Prisa Radio comunicó en junio de 2012 a los trabajadores la intención de la empresa de acometer un ERE que afectaría a 200 trabajadores y una reducción salarial media del 10 por ciento. Ese anuncio se realizó ocho meses después de que llevasen a cabo un ERE que supuso una reducción de plantilla de 258 trabajadores. Dicho expediente se cerró con el compromiso de la empresa de renunciar a plantear otro ERE en un plazo de 18 meses, un pacto que Prisa trató de saltarse, pero las protestas y huelga de la mayoría de la plantilla paralizó.

El incumplimiento del último convenio, cuya duración estaba prevista para tres años, supuso uno de los últimos varapalos judiciales para Prisa. La Sala de lo Social de la Audiencia Nacional reconocía en enero de este año el derecho de las plantilla a percibir los incrementos del IPC marcados en el convenio y que la empresa no había actualizado desde el 1 de enero de 2012.  El comité intercentros pedía el reconocimiento del derecho de los trabajadores y trabajadoras a percibir con efecto de 1 de enero de 2012 el 1’4% de incremento retributivo sobre el salario efectivamente cobrado en el año 2011, en el que no hubo actualización salarial. El IPC real de este año fue del 2’4%, pero ya se había abonado el 1% de previsión del gobierno. El 1’4% restante sí fue pagado a la plantilla, pero no tuvo consolidación en las tablas salariales, asegurabaa CCOO.

Números rojos

Prisa perdió 255 millones de euros el pasado año, un 43 % menos que los 451 millones de pérdidas de 2011, después de provisionar 305,28 millones en 2012 por deterioro del fondo de comercio e inmovilizado inmaterial. Según informó a la CNMV, los ingresos de explotación alcanzaron los 2.664 millones de euros (un 2,2 % menos) y su beneficio bruto de explotación (Ebitda) los 427 millones (un 2,3 % menos).

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