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Para la FIA no existen María de Villota ni las mujeres... salvo si son vedettes

Algunos se envalentonan, se indignan e incluso pretender rebatir con peregrinas argumentaciones la irrefutable teoría sobre el machismo que aún anida en el automovilismo. No hace falta debatir, basta con analizar lo que sucede en citas de altura como la reciente gala de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).

La tradicional noche donde se entregan los premios a los más destacados de cada categoría se celebró este viernes en París. Además de los galardones directos a campeones y subcampeones, la FIA reconoce también públicamente a algunas personas en facetas específicas del automovilismo.

Entre estos últimos galardones, el más significativo fue el recibido por Robert Kubica, prometedor piloto de Fórmula 1 que vio truncada su carrera tras sufrir un grave accidente mientras disputada un rally en Italia que casi le hace perder un brazo, dejándole graves secuelas.

El merecido homenaje al polaco contrastó con la ausencia de una mención siquiera a María de Villota, expiloto española fallecida en octubre y, además, miembrro de la propia FIA como embajadora.

Llueve sobre mojado porque la familia De Villota sigue esperando el resultado oficial de la investigación prometida por la FIA sobre el grave accidente de julio de 2012 que, a la postre, acabó costándole la vida a María.

La FIA parece dar por buena la versión de Marussia, escudería para la que probaba María cuando se estrelló en una aeródromo británico contra la plataforma de un camión aparcado en la pista.

El equipo ruso le echó descaradamente la culpa a la "inexperiencia" de la piloto filtrando que pudo haber acelerado a destiempo. María, sin embargo, desmiente esta versión en un pasaje de su libro póstumo, La vida es un regalo.

Donde no hubo regalos para ella ni para ninguna de las pocas pero heroicas mujeres del mundillo automovilístico fue en la gala de la FIA. En el elegante escenario de París las únicas mujeres protagonistas fueron las vedettes del famoso Moulin Rouge, que amenizaron al personal con sus bailes y posaron como floreros en abundantes fotos con los premiados. Todos hombres.

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