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Cultura

115 aniversario del nacimiento de Rafael Alberti, el poeta que rescató a Las Meninas

Rafael Alberti llegó al mundo un 16 de diciembre de 1902 hace ya 115 años, más de un siglo. Su vida entera fue un fogonazo. No llegaba todavía a los treinta cuando ya había ganado el Premio Nacional de Poesía por Marinero en tierra. El joven gaditano pintaba, había publicado seis libros y ya formaba parte de un compacto grupo, la Generación del 27. Había cierta precocidad en su genio pero también en la intensidad con la que vivió su vida. Miembro activo del Partido Comunista de España, era amigo de Federico García Lorca, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego, a quienes conoció en la Residencia de Estudiantes y con los que conformó una de las más potentes quintas literarias de la poesía española del siglo XX.

"Fuimos a Toledo con la idea de salvar el cuadro del Conde de Orgaz, pero no nos dejaron sacar nada, quizá intuyendo la próxima llegada del general Franco"

El pronunciamiento del 17 y 18 de julio de 1936 que dio inicio a la Guerra Civil lo sorprendió en Ibiza. Volvió inmediatamente a Madrid en compañía de su esposa María Teresa León.  El regreso a la capital los colocó en el centro de una tormenta a la que hicieron frente con la creación de distintos proyectos culturales, incluso los más complicados de llevar a cabo. Fundaron la revista El Mono Azul, se metieron en las trincheras, recorrieron calles y arengaron soldados, a la vez que pertrechaban una obra tan literaria como ciudadana. Ella, junto a Alberti, acudió al rescate de las obras de arte-1.300 en total- del Museo del Prado y el Palacio Real de Madrid, a punto de ser bombardeados en noviembre de ese años por las fuerzas golpistas. Aquellas vivencias del Madrid bélico han sido descritas por el poeta en su correspondencia y algunas de sus obras. Sin embargo éste en concreto, del que se cumplen este 2016 ochenta años, ha sido uno de los más icónicos de la Guerra Civil Española.

"María Teresa y yo evacuamos el Carlos V de Tiziano y Las Meninas. Pedimos al Ejército el camión más grande que tuvieran"

"Fuimos a Toledo con la idea de salvar el cuadro del Conde de Orgaz, pero no nos dejaron sacar nada, quizá intuyendo la próxima llegada del general Franco. Teníamos idea de sacar el San Mauricio del Greco, y sacamos del Museo del Prado un Velázquez y dos Goyas. Hicimos con ellos un tubo, como un anteojo enorme, y lo mentamos en un camión. En la mitad del camino nos sorprendió un bombardeo. Ardieron los pinares. Pero fortuitamente no fuimos alcanzados. Los llevamos al Banco de España, pero no hubo forma de bajar aquel tubo enorme, y finalmente tuvimos que dejarlos en los sótanos del Museo del Prado (…) Largo Caballero nos autorizó a María Teresa y a mí para entrar en el Museo del Prado. María Teresa y yo evacuamos el Carlos V de Tiziano y Las Meninas. Pedimos al Ejército el camión más grande que tuvieran. Alguien de las Brigadas Internacionales nos procuró uno, contó hace ya unos años (1990) cuando dictó una conferencia sobre el tema en el museo del Prado.

"Salimos con él en dirección a Valencia. Antes de partir arengamos a los soldados que se hacían cargo del convoy diciéndoles: Llevamos las obras más colosales del arte universal"

"Salimos con él en dirección a Valencia. Antes de partir arengamos a los soldados que se hacían cargo del convoy diciéndoles: Llevamos las obras más colosales del arte universal. Nadie hablará de los muertos de esta guerra, pero si los cuadros se pierden será un desastre para la humanidad”, dijo en aquella intervención en los noventa refiriéndose al episodio que llevó las obras hacia Valencia. De ahí, estas fueron a Barcelona y de la capital catalana a Figueres. Tan solo del museo del Prado salieron un total de 525 cuadros y las piezas del Tesoro del Delfín. La labor de embalaje, almacenamiento, catalogación, evacuación y protección de las obras de arte alcanzó a numerosos museos, colecciones, iglesias, archivos y bibliotecas.

"Cuando volví a España, me encontré la pintura española negra, llena de barnices, de porquería", dijo Alberti en 1985

La derrota del bando republicano en la guerra obligó a Rafael Alberti y a María Teresa León  a sobrellevar un largo exilio. Primero a París, donde trabajaron ambos como traductores y locutores en la radio. En marzo de 1940 en Marsella embarcaron rumbo a hacia Argentina, donde vivirían en Buenos Aires durante veintitrés años. En aquellos días, la pintura fue uno de los principales asideros del poeta.  Quedaban todavía  casi 40 años para que Alberti regresara a España, sin embargo, Las Meninas y las muchas obras que él ayudó a rescatar, habían vuelto a su hogar mucho antes que él. Lo hicieron a bordo de un tren que salió de Ginebra la noche del 6 de septiembre de 1939. El ferrocarril hizo el viaje por el territorio francés con las luces apagadas, para evitar los bombardeos alemanes.  Después de tres años fuera museo, en octubre de ese año, estaban al fin de vuelta. Alberti en cambio apenas comenzaba su larga peregrinación antes de regresar a casa. Su decepción al reencontrarse con Las Meninas casi 40 años después fue mayúscula: "Cuando volví a España, me encontré la pintura española negra, llena de barnices, de porquería", dijo en 1985. Como al lienzo de Velázquez, al poeta también se le había llenado de polvo el espíritu. A él también. 

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