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Punto y seguido para las víctimas: quedan más de 300 crímenes sin resolver

Dos agentes de la Policía francesa durante la intervención llevada a cabo en Louhossoa el pasado mes de noviembre.

ETA busca poner punto y final a su trayectoria de terror. Por medio de un mediático 'día del desarme' -que las autoridades francesas aseguran que no dejarán celebrar-, la banda terrorista aspira a clausurar el proceso que inició hace cinco años con el anuncio de un alto al fuego permanente. Y todo con una disolución oficial que no se sabe con certeza si llegará algún día.

Pero para muchos no es posible pasar página. El desarme de este sábado sólo será un punto y seguido para las víctimas y allegados de los más de 300 asesinatos sin resolver que la banda tiene a sus espaldas. Tras 57 años de actividad terrorista, el balance de crímenes resueltos es cuanto menos llamativo: cuatro de cada diez atentados de la banda no tienen culpable... y muchos penden de la cuerda floja de la prescripción, que se produce a los 20 años, según el artículo 131 del Código Penal. 

Ni siquiera las propias víctimas -el colectivo que realmente ha impulsado iniciativas para que estos asesinatos no queden impunes- se ponen de acuerdo en el número de crímenes que permanecen abiertos. Se han llegado a documentar cerca de 400 y se sabe con seguridad que no hay sentencia para más de tres centenares. A partir de ahí, los números bailan: algunos, como Dignidad y Justicia, incluyen las víctimas de la época franquista y los cifran en 379; otros consideran que un crimen podría no considerarse resuelto si se juzga sólo a los autores materiales y no a los intelectuales (como en el caso del asesinato de Gregorio Ordóñez); y el propio Gobierno vasco concluye que los casos resueltos son aquellos que van acompañados de una sentencia, sea ésta absolutoria o condenatoria.

"Para mí, un crimen resuelto es aquel en el que los autores materiales e intelectuales, así como colaboradores a informadores, han sido condenados", opina Juanfer F. Calderín, periodista y autor del libro 'Agujeros del sistema: más de 300 asesinatos de ETA sin resolver'. Aunque considera importante que la banda entregue parte de su arsenal hoy, Calderín es escéptico respecto a la utilidad que estas armas tendrán a la hora de investigar esos más de 300 asesinatos.

El Estado de Derecho ha cometido negligencias brutales, como que un informe de balística tarde 20 años en llegar a la Audiencia Nacional"

El proceso es complicado por muchas razones. Según detalla el periodista, una vez obtenidas las armas que no se hayan destruido -algo que presuntamente intentaron varios 'mediadores', entre ellos Jean-Nöel Etcheverry, el pasado mes de diciembre en la localidad francesa de Louhossoa-, se realizarían pruebas de balística que determinarían si éstas se han empleado en delitos anteriores presentes en las bases de datos de las fuerzas de seguridad. Pero seguidamente habría que vincular dichas armas a un comando específico, y a partir de ahí, a uno de sus miembros. Si la ubicación de las armas ha cambiado con el tiempo, vincularlas con el autor del crimen sería más difícil.

No es el único obstáculo al que se enfrentan las víctimas. A lo largo de las últimas décadas, esos 'agujeros del sistema' que denuncia Calderín han impedido que las investigaciones no se crucen de forma correcta y cientos de asesinatos queden sin resolver. Todo ello teniendo en cuenta que la iniciativa para reabrir estas causas ha partido siempre de los propios afectados: desde que Maite Pagazaurtundua cogiera las riendas de la Fundación Víctimas del Terrorismo en 2005, se intensificaron los contactos con la Fiscalía que, desde el mandato de Javier Zaragoza, ha conseguido que se reabran crímenes que estaban a punto de prescribir, siendo uno de los últimos el de 'los novios de Cádiz' (1979).

"El Estado de Derecho ha cometido negligencias brutales, como que un informe de balística tarde 20 años en llegar a la Audiencia Nacional o que la confesión de un etarra que confiesa un asesinato no se incluya en el sumario hasta que el crimen prescribe", denuncia Calderín.

Para Iñaki Arteta, director de más de una decena de documentales sobre ETA, las reaperturas se han realizando partiendo de "bases de barro". Por eso va más allá: es necesario conseguir que todos los asesinatos de ETA sean considerados crímenes de lesa humanidad, lo que permitiría que no prescribieran a ojos del derecho internacional.

Conseguir que los asesinatos de ETA fueran considerados crímenes de lesa humanidad permitiría que no prescribieran a ojos del derecho internacional

En su documental 'Contra la impunidad', Arteta analiza de la mano de policías, personas del mundo judicial, políticos y víctimas cómo tantos crímenes han podido desembocar en el vacío legal. El director y guionista, que confiesa que el desarme de este sábado le deja "frío" por proceder de una banda que no reconoce su pasado terrorista, no encuentra una respuesta rotunda.

"No hay una sola razón, sino varias que se han cruzado de forma nefasta. Ha habido muy pocos medios para investigar, sobre todo en los años 80, pero también se ha producido una especie de dejadez, una voluntad constante de negociar con los terroristas, la sensación de que aquello iba a parar pronto a medida que aumentaba el autogobierno en el País Vasco... Esas cosas lo enturbiaron todo un poco, a diferencia de lo que ocurrió con otros grupos armados de la extrema derecha como el GRAPO", explica. El filmógrafo coincide con Calderín, en todo caso, en que en esta situación no vale una mirada 'naïf': "No creo que entreguen armas con pruebas para que les detengan después. Me da igual lo que dejen encima de una mesa o saquen de un agujero: pensar que ETA está diciendo la verdad no me interesa nada.", asegura.

"Van a entregar pistolas sin huellas"

Las expectativas de las víctimas del terrorismo ante el desarme de este sábado son mínimas. En un comunicado emitido este jueves por la Fundación Víctimas del Terrorismo y firmado por 26 asociaciones de afectados -incluidas la AVT, la Fundación Miguel Ángel Blanco, Covite y Dignidad y Justicia-, se limitan a exigir la "entrega total de todas las armas", la "disolución incondicional e inmediata de la banda" y "la estricta aplicación de la ley" por parte de los Gobiernos español y francés, porque "este supuesto final de ETA no puede estar presidido por la impunidad". Añaden, además, que la derrota de la banda sólo llegará cuando ésta desaparezca y se logre su deslegitimación política, social y moral.

La desesperanza es palpable entre este colectivo. Para Daniel Portero, presidente de Dignidad y Justicia, la entrega de mañana es "una pantomima". "Van a entregar pistolas sin huellas: aquí no se va a resolver nada", insiste, alegando que este sábado no es el 'día del desarme', sino "el de la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Policía francesa". 

De la misma opinión es la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez: "Es lamentable que se esté produciendo un circo en torno a un anuncio de una organización terrorista. También es importante destacar que pese a que ETA entrega ahora un conjunto de armas, queda el verdadero desarme de la banda: el de su proyecto político, social y cultural", dado que ETA y sus miembros "son glorificados en el País Vasco a diario". "El hecho de que entreguen las armas que les quedan no significa que se vaya a conseguir erradicar la cultura del odio que han conseguido implantar con apoyo de la izquierda abertzale", explica.

Fuentes de la Audiencia Nacional aseguran que la Fiscalía que ahora dirige Jesús Alonso seguirá trabajando para evitar que estas causas prescriban

Según fuentes de la Audiencia Nacional consultadas por Vozpópuli, la Fiscalía que ahora dirige Jesús Alonso "continuará luchando para esclarecer" los crímenes sin resolver de la banda terrorista. Estas mismas fuentes insisten en que se seguirá trabajando para evitar que estas causas prescriban y se tratará de que las víctimas sean un "eje prioritario" en la actuación de la Fiscalía.

Alonso ya está en contacto con las asociaciones de víctimas: desde Covite confirman haberse reunido con él y con otras personas de la judicatura para lograr que los responsables de los asesinatos irresueltos acaben en los tribunales. "Tenemos mucha confianza en él, viene con nuevos aires y muchas ganas", apuntan desde la asociación.

Sea cual sea el resultado del desarme de hoy, lo cierto es que el capítulo de los crímenes sin resolver seguirá abierto si no se trabaja en el ámbito judicial. Portero considera este punto imprescindible: "Lo único claro es la derrota policial de ETA. Ahora falta la derrota judicial. Esto no es un final: es un final parcial. Hay que seguir".

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