Un equipo de científicos hace un llamamiento a la ONU para que fije su atención en las urbes de menor tamaño, donde existen menos medios y el riesgo es mayor en caso de grandes terremotos, inundaciones o huracanes.
De confirmarse los datos de Estadística del Movimiento Natural de la Población, se volvería a la tendencia a la baja en los nacimientos que se venía registrando desde 2008 y que se interrumpió el año pasado, cuando se habían incrementado un 0,5 por ciento en comparación con 2013 y por primera vez en cinco años.
Un informe de La Caixa certifica que la clase media es la que más ha sufrido La Gran Recesión. El número de ocupados en la franja salarial intermedia se ha desplomado un 35%, mucho más de lo que ha descendido en los tramos bajos o altos. En definitiva, la crisis se salda con una España bastante más desigual. Sólo que esta erosión de la clase media obedece a tendencias globales que nada tienen que ver con la crisis y que han llegado para quedarse, subrayan los autores del estudio.
España continúa perdiendo población. Un total de 206.492 personas abandonaron el país en el primer semestre de este año, de las que 42.685 son españolas. Asturias y Castilla y León, las más afectadas.
El anuario regional de eurostat, que refleja el envejecimiento europeo, explica que salvando algunas zonas de Irlanda, los territorios con la población más joven de la UE se encuentran nutridos de inmigrantes o en las antiguas colonias en África o Latinoamérica.
Lo asegura un estudio que analiza los efectos económicos, sociales y ambientales de este cambio demográfico desde una vertiente positiva, descubriendo las oportunidades que se generan en las sociedades que envejecen.
Además de prohibir este tipo de intervenciones también limita la publicidad de métodos de control. La natalidad está actualmente en 1,6 hijos por mujer pero debe ser mayor para “reforzar la identidad nacional” y poder hacer frente a “los indeseables aspectos del estilo de vida occidental”.
Alejandro Macarrón, presidente de la fundación Renacimiento Demográfico, alerta del precipicio poblacional al que se dirige España y de las políticas de los grandes partidos para hacerse con el voto de los pensionistas.
España perdió 220.130 habitantes en 2013, según datos del INE. Esta cifra es un 80% mayor de la registrada en 2012 y es fruto de un descenso de la inmigración sumado a un aumento de las emigraciones. Se ha producido un movimiento de retorno de población de origen latinoamericano.
Sólo la comunidad china creció en 2013 mientras el resto de colectivos se redujo, encabezados por británicos, rumanos y ecuatorianos. España queda por debajo de 47 millones de habitantes mientras que 141.361 españoles volvieron al país.
El INE anunció el pasado enero que en la Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 2014 los resultados se calcularán con la nueva base de población. Al recoger un incremento de población residente, se determinará que hay más personas ocupadas, lo que hará que el porcentaje de paro baje en torno a un punto.
El porcentaje de población activa en EEUU se situó en 2013 en el 63,2%, idéntico al de hace casi 36 años, bajo otro presidente demócrata, Jimmy Carter. El número de personas fuera del mercado laboral, por el motivo que sea, supera los 92 millones en un país de 316 millones.
El Padrón Municipal de 2012 hecho público este viernes fija la población foránea en 5,5 millones de personas, que suponen un 11,77% del total de la población.
En tan solo diez años, la cifra anual de nacimientos descenderá hasta 339.805, un 24,9% respecto a 2012. Tanto el saldo vegetativo como el saldo migratorio serán negativos.
El debate de la Fundación Foro de Encuentros sobre demografía arroja proyecciones poco favorables para España en las próximas décadas. La posibilidad de que se vuelva al nivel de reemplazo generacional no se contempla, el envejecimiento poblacional es cada vez más evidente y los flujos migratorios han invertido su signo.
La mayor pérdida se da en la población entre 25 y 34 años. Desde que el INE recoge datos anuales, nunca se había producido el fenómeno de 2012: vinieron 314.358 personas por 476.748 que se marcharon, con un saldo de 162.390 menos.
La fuga de extranjeros es el principal motivo para que el padrón haya perdido población por primera vez en 15 años. Un 11,7% del total de residentes en España son extranjeros.
La población procedente de otros países ha experimentado un crecimiento del 234% en los últimos diez años, con la entrada de tres millones y medio de personas.
El saldo entre nacimientos y defunciones entrará en las próximas décadas en una dinámica continuamente decreciente. De hecho, los resultados del informe del INE ofrecen una perspectiva de crecimiento natural negativo desde 2018, lo cual aceleraría el declive poblacional.
El número de españoles empadronados creció en 62.944 personas (+0,2%), meintras que el de extranjeros cayó en 40.447, un 0,7%. Los pertenecientes a la Unión Europea subieron en 45.494, hasta un total de 2.440.852.