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Un acuerdo con Novartis dispara las cuentas de Laboratorios Rovi al abrirle un mercado de 1.500 millones

Laboratorio farmacéutico

Hace unos meses, durante la Junta General de Accionistas de Laboratorios Rovi, su consejero delegado, Juan López-Belmonte Encina, ya avisaba de lo que iba a pasar con su negocio. “El año 2019 va a ser un año brutal”, aseguró entonces, citando conceptos como la internacionalización o la penetración en nuevos mercados. No se equivocaba.

Este martes, la compañía farmacéutica, controlada en más de un 60% por la familia López Belmonte, presentaba resultados correspondientes a los nueve primeros meses de 2019. Los laboratorios lograban en apenas un año mejorar sus beneficios un 96%, sus ingresos operativos un 24% y su resultado bruto de explotación (ebitda) se ha disparado hasta un 83%. Unas cifras difíciles de alcanzar sin haber lanzado ningún fármaco revolucionario al mercado durante este periodo de tiempo.

La realidad detrás de estos resultados, que le han valido a la farmacéutica notables subidas en bolsa durante la jornada de ayer, reside en un acuerdo prácticamente ignorado por los medios de comunicación que la compañía alcanzó con Sandoz, la filial de medicamentos genéricos de la multinacional Novartis, a finales del año pasado.

Bajo el acuerdo, Sandoz se hacía con la distribución y comercialización de uno de los productos estrella de Rovi, su biosimilar de enoxaparina. Un equivalente a un superventas contra la trombosis obra de la farmacéutica francesa Sanofi que había perdido la patente.

De esta manera, Novartis ha abierto a Rovi un mercado internacional de más de 1.500 millones anuales, ya que está distribuyendo su medicamento a más de 14 países en varios continentes del mundo. Es uno de los tratamientos más populares contra la trombosis en los hospitales y al ser un biosimilar, es mucho más económico que el original de Sanofi.

Un aumento del 200%

De hecho, las ventas de este biosimilar de enoxaparina -el cedido a Sandoz para su distribución y bautizado de manera comercial como Becat- se han disparado en más de un 200%, pasando de suponer 16,7 millones de facturación hasta alcanzar en menos de un año unos 53 millones de euros. No obstante, esto es sólo el principio: diversos bancos de inversión consideran que el producto puede tener unas ventas máximas al año entre 150 y 250 millones anuales.

De hecho, las ventas de Becat sumadas a las de su súperventas tradicional, Hibor -una heparina que también se utiliza contra la trombosis- suponen el 45% de los ingresos operativos de todo el grupo. No obstante, mientras que Becat se ha disparado gracias al acuerdo con Novartis, las ventas de Hibor se han mantenido estables, creciendo un 1% durante este periodo.

“Nos queremos convertir en uno de los grandes jugadores a nivel mundial en heparinas”, aseveró el directivo el pasado mes de junio. Para ello, durante el año pasado, Laboratorios Rovi destinó más de 65 millones de euros en I+D. La inversión ya está comenzando a dar sus frutos, ya que durante la jornada de ayer sus acciones se disparaban en Bolsa al conocerse sus resultados.

A principios de septiembre, dentro de este marco de inversiones, la farmacéutica anunciaba que iba a construir una nueva planta de producción en Granada de heparinas. Esta nueva fábrica implicará una inversión de 24 millones de euros durante tres años, y respondía a las previsiones -ya cumplidas- que tenía la compañía de crecimiento.

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