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Política

Sánchez se carga el legado de Borrell y provoca un incendio en Exteriores

Pedro Sánchez y Josep Borrell.

Pedro Sánchez ha incendiado el Ministerio de Asuntos Exteriores en apenas una semana. El visto bueno del Gobierno a la apertura de tres de las llamadas 'embajadas' catalanas en el exterior se ha interpretado como una enmienda al legado de Josep Borrell. La decisión se adoptó mientras el Ejecutivo estaba en funciones y con Margarita Robles al frente de la cartera de forma interina.

El aterrizaje de Arancha González Laya al frente de Exteriores está siendo más difícil de lo que se preveía. Su única medida hasta el momento ha sido mantener al mismo director de Gabinete de Borrell, Camilo Villarino, que a su vez era el mismo que tenía Alfonso Dastis (PP) antes de la moción de censura. Y se ha encontrado también con el nombramiento de José Manuel Albares, ex mano derecha de Sánchez en política internacional, como embajador en París. 

El incendio en Exteriores es considerable. El Gobierno asegura que las delegaciones catalanas en Argentina, México y Túnez podrán abrirse tras incluir la Generalitat en su decreto las observaciones que le hizo el Ministerio. Pero muchos diplomáticos están convencidos de que a Borrell jamás le hubieran colado ese gol.

Esta decisión se conoció además el mismo día que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ordenaba el cierre de seis delegaciones catalanas -Reino Unido e Irlanda, Alemania, Estados Unidos de América, Italia, Suiza y Francia- reabiertas por la Generalitat en 2018 tras finalizar la aplicación del 155.

En Exteriores creen que Sánchez y Redondo no quieren otro Borrell en Exteriores. Y prefieren controlar la política internacional desde La Moncloa

El cabreo de Albares

La propia situación de Albares ha sido motivo de controversia. Moncloa ha dedicado un inusual esfuerzo en sus canales de comunicación a alabar el papel del diplomático que más cerca estuvo de Sánchez en el último año y medio. Se ha enviado su biografía, material fotográfico y comunicados glosando su figura.

Pero semejante despliegue, algo nunca visto en salidas de fontaneros de La Moncloa por muy importantes que sean, solo ha sido una cortina de humo. Y lo que se ha intentado, dicen fuentes consultadas por Vozpópuli, es tapar el monumental cabreo de Albares, que se ha marchado a París muy molesto con la elección de González Laya. Él mismo estuvo en las quinielas para el cargo.

Su ausencia en la toma de posesión de la ministra fue la comidilla de muchas conversaciones. Y su salida a la Embajada de París, uno de los destinos más cotizados, es el premio de consolación que Sánchez e Iván Redondo han dado a una de las personas más relevantes de la Oficina del Presidente.

En Exteriores creen que Sánchez y Redondo no quieren otro Borrell en Exteriores. Y prefieren controlar la política internacional desde La Moncloa. Una buena prueba es cómo Presidencia gestionó el anuncio del destino de Albares. Lo normal es que Exteriores comunique los nombramientos de los nuevos embajadores.

Laya se toma un tiempo

La preocupación en Exteriores es que ésta sea la tónica habitual. González Laya necesita tiempo para hacerse con las riendas de un mundo desconocido para ella. Y tampoco es una persona de peso político en el PSOE. El hecho de que no haya hecho un solo nombramiento relevante indica que quiere pensar bien si mantiene la estructura actual del Ministerio o le da un giro de 180 grados.

Hay rumores de todo tipo. Pero su intención es cambiar algunas cosas. Uno de los entes en su punto de mira es España Global, donde sigue de momento Irene Lozano. Pero la antigua Marca España podría convertirse en ese organismo centrado en la diplomacia económica, de la que González Laya es más conocedora.  

El perfil de González Laya, una reconocida experta en comercio internacional. sugiere que Sánchez quiere dar un aire más económico al Ministerio. Pero tampoco se ha concretado de qué manera. Tal y como adelantó este diario, la nueva estructura del Gobierno anticipa continuos choques entre Exteriores, el Ministerio de Industria y Comercio y la nueva vicepresidencia económica de Nadia Calviño

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